Imprimir

1 Panoramica a todo el ancho de páginaLa matriz energética de Guantánamo tiene potencia instalada de 150.646 MW, de los cuales 15,216 son aportados por los parques solares fotovoltaicos: La Yaya, Subestación Guantánamo, Punta de Maisí, Los Siguatos, y Santa Teresa-Los Güiros)

Le pido que me repita la cifra, y lo hace. Con la calma que confieren los años, Gustavo Fernández Salva, especialista de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía (Onure), sostiene que las potencialidades de generar electricidad con fuentes renovables supera varias veces la demanda.

“Según estudios, lo que podría producirse hace más de una década con esas fuentes alternativas, era ocho veces superior a la máxima demanda de la provincia…, y las cosas no han cambiado mucho”, asegura el Máster en Ciencias.

El tema, me dice, es que no todas las posibilidades pueden explotarse. Por cuidar el medio ambiente se descartaron y se siguen descartando propuestas, incluido el proyecto hidroeléctrico Toa-Duaba, en la década de los 90, con su promesa de 360 Megawatts (MW) de potencia instalada.

Con lo que contamos…

¿Cuáles son las potencialidades más viables entonces? ¿Con qué podría moverse nuestro futuro, más allá de los combustibles fósiles?, inquiero.

En el primer puesto, precisa el Premio Nacional Vida y Obra, de la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba, Unaicc, está la energía solar fotovoltaica.

“Tenemos una radiación solar de cinco kilowatts hora (KWh) por metro cuadrado al día, cinco veces superior a la de Alemania, que la explota ampliamente. Es una tecnología que ha avanzado mucho y los costos se han abaratado”.

Así, “esa tecnología se ha dispersado en campos, ciudades…, primero en casas aisladas, gracias a las gestiones de la Organización No Gubernamental Cubasolar y luego en parques fotovoltaicos…, y va en aumento”.

Como parte del cumplimiento del Programa nacional para el desarrollo de la energía renovable, hasta el 2030, acorde con los Objetivos del Milenio, “proyectamos un incremento de 10 MW de potencia con sistemas fotovoltaicos con inyección a red en techos de entidades del Estado y viviendas, en parte gracias a la posibilidad de que las personas naturales importen estos equipos o los compren aquí mismo, cuando exista una oferta”.

“De calentadores solares -a la venta en Copextel hace varios meses, pero de momento agotados- “calculamos que podríamos alcanzar 10 mil metros cuadrados, también entre estatales y particulares”.

En segundo puesto en potencialidad, enumera, se abrazan las energías eólica e hidráulica. Del viento, se espera mucho en los próximos años, “sobre todo en la parte norte y sur de Maisí, donde hay velocidades significativas y un buen factor de capacidad, que da la idea de la cantidad de horas que puede generarse electricidad en un año”.

Las posibilidades de la energía hidráulica, defiende, es también significativa en Guantánamo, aunque, a su juicio, “la proyección de las FRE del Estado cubano para el 2030 no la explote de manera suficiente.

“Existe gran potencial en las presas, en los acueductos por gravedad, que en general se desaprovecha. Con el agua se puede hacer hidroacumuladores, capaces de generar electricidad según las necesidades del hombre, pues es un agua que se sube a un punto alto y se deja caer a conveniencia…”.

También se reducen las hidroeléctricas (micro, minis y pequeñas), las que generan electricidad en la práctica en el territorio. “En los ochenta, había solo dos instalaciones, unos años después, por la voluntad de la Revolución, se montaron más de 80, y actualmente tenemos unas 50”.

La falta de lluvia ha golpeado, y el avance del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) monte adentro ha vuelto obsoletas muchas de esas instalaciones, cuyo servicio -aunque agradecido- no siempre tiene la calidad y la estabilidad necesarias.

Incluso así, le sabe a poco la proyección de construir hasta el 2030 solo dos centrales para aprovechar las corrientes acuíferas: una de 160 KW en Jaibo y otra de 2000 KW en las obras del Trasvase Norte-Sur.

La biomasa, dice, es otra alternativa. El único central de la provincia, el Argeo Martínez, podría aportar, incluso fuera de zafra.

“Allí, puntualiza el experto, pudiera elevarse la capacidad generadora a 13 MW, pero eso requiere cambiar parte de la tecnología y disponer, en un radio de 50 kilómetros, de suficiente caña, bagazo, aserrín, paja… Todo eso depende de Azcuba”.

En la biomasa no cañera la historia tampoco ha tenido una evolución a más. El biogás “ha retrocedido, según se fueron cerrando los convenios porcinos por falta de pienso, y la pecuaria Iván Rodríguez tampoco aprovecha el gran potencial de desechos para instalar biodigestores”.

 

Servicios Comunales, apuntó también, “tiene en sus manos la oportunidad de usar la basura. Existen, incluso, propuestas concretas de usar el gas de los vertederos para generar gas que alimenten viviendas, a pequeña escala, como ya hemos visto en Cuba”.

Hay otras empresas con potencialidades, como son la destilería, el cárnico… Pero en todos los casos es necesario que se proyecten en ese sentido y las desarrollen”.

Megawatts en mano

Lo concreto, me dice Ernesto García Infante, director de la Unidad Empresarial de Base FRE Guantánamo, “es que de los 150 MW de potencia instalada en Guantánamo, 22 corresponden a energías limpias, especialmente la fotovoltaica”.

Incluso así, solo del cuatro al cinco por ciento de la generación eléctrica de un día promedio sale de las FRE, “pues son tecnologías que dependen de la radiación solar o el caudal de un río, y no siempre producen”.

La idea, además de cambiar la matriz energética del territorio para el 2030, cuando se espera que el 69 por ciento de la potencia instalada use fuentes renovables, es incrementar en un dos por ciento, cada año, la generación real que hace frente a la demanda.

Para lograrlo, asegura, hay varios proyectos en mano y otros en proceso. Este año, por ejemplo, terminaron el montaje de 300 paneles fotovoltaicos de 1,5 KW, donados por la Agencia Española de Colaboración Internacional para el Desarrollo, para igual cantidad de viviendas en San Antonio del Sur, Imías y Yateras.

A finales de mayo, precisó, inició la instalación de sistemas solares de 300 W que forman parte de un donativo del Ministerio de Medio Ambiente de China para cinco mil hogares aislados en todo el país. “A Guantánamo, precisó, corresponden 671 de ese programa, que se conoce como LEMI”.

Se priorizará, dijo, la sustitución de los 410 que están dañados, y luego se energizarán las 261 viviendas que no tienen solución por ninguna otra vía, según un censo de abril del año pasado.

Hasta la fecha se instalaron 38 paneles, principalmente en Maisí e Imías. “Formamos a personal de la Empresa Eléctrica y tenemos los recursos a mano. El mayor obstáculo es la lejanía, pues más del 80 por ciento de estas casas están en sitios de muy difícil acceso, en Aguacatal, Los Jagüeyes, Tres Palmas…y aisladas unas de otras”, explicó.

También se ejecuta el proyecto FRE Local, de la Universidad de Sancti Spíritus, con fondos de la Unión Europea, que incluye dos miniparques fotovoltaicos en La Escondida de Monte Rus, de El Salvador, y Los Abiertos, de Imías, y 52 sistemas de 1,5 MW en Palenque, Yacabo Arriba, municipio Imías a ejecutar este año y el próximo.

“Al unísono seguimos trabajando en Los Siguatos, de San Antonio del Sur, donde solo faltan 12 mesas que significarían 71 KW, y en Jesús Lores, en Imías, muy afectado por la falta de recursos. Proyectamos para crecer en 78.5 MW con 18 nuevos parques solares, cuyas áreas están en preparación en espera de financiamiento extranjero o nacional”, reconoce.

Un punto aparte merece la energía eólica. “Es un proyecto de dos parques en Punta Fraile y Punta Quemado, en Maisí, con capacidad instalada conjunta de 175 MW, que podrían crecer a 300 MW, según una propuesta de la empresa de capital totalmente extranjero Rhylium Energia SA, con casa matriz en España.

“¿En qué proceso estamos en cuestiones de preparación? Se hacen varios estudios técnicos económicos, de geología, topografía y geotecnia, así como los proyectos o las contrataciones para hacerlos de varias obras inducidas directas que requerirá la inversión, como un atracadero de patanas en Maisí, las líneas de interconexión, la adecuación del puerto de Moa por donde se deben recibir los barcos con los recursos, y luego enviarse a Guantánamo por medio de barcazas autopropulsadas…”.

Esas, concluye, “son grandes inversiones…, pero también es importante que las entidades cumplan con lo dispuesto en el Decreto Ley 345 sobre FRE y eficiencia energética, y tengan sus planes de desarrollo de energía limpia. Si tienen áreas para paneles, que las aprovechen, si tienen biomasa, que la desarrollen… La responsabilidad, aquí, es un asunto compartido”.