El mensaje fundamental es usar la electricidad con racionalidad, no conectar todo al mismo tiempo. Eso ayudará a que otras personas puedan tener electricidad, asegura Díaz Cantillo. En la recepción hace un calor atroz y el hombre detrás del buró me da a escoger entre quedarme abajo o esperar al director en la sala contigua a su oficina. “Aquí, por lo menos corre el aire que entra por la puerta, porque allá arriba…”, me dice y convence.
Unos minutos más tarde, Joaquín Díaz Cantillo, director de la Empresa Eléctrica, me hará subir las escaleras y me dirá que la vuelta de tuerca al sector estatal, que recrudece las ya estrictas medidas de ahorro de los últimos tiempos, empieza, “deben empezar en casa”. Y, lo que ya sabíamos, que no son suficientes.
La situación es realmente difícil, pero hay días peores que otros…. ¿Cuáles han sido, a su juicio, los más complejos?
En un momento reciente la provincia tuvo un déficit de hasta 40 Megawatts (MW), que es la mitad de la demanda máxima, que está entre los 70 y 80 MW.
¿Qué hicimos? Organizar dos bloques de apagados de 30 MW cada uno, que permiten que la población un día se afecta en tres ocasiones, al siguiente lo hace solo dos.
Por supuesto, si el déficit es menor, entonces no afectamos a todo el bloque, vamos rotando los circuitos, y en vez de apagar las seis horas, lo hacemos cuatro, o tres en dependencia de la disponibilidad y la demanda.
Si a usted le toca de 8 AM a 2 PM, y la disponibilidad lo permite, entonces no apagamos a las ocho sino a las 10, por ejemplo, pero eso está dentro del horario.
También hay ocasiones que las personas nos llaman porque debe llegar la corriente a las cuatro, por ejemplo, y no les llega inmediatamente. Eso pasa porque, aunque la mayoría de los 64 circuitos apagables de la provincia se operan de manera remota, hay otros que hay que quitar y poner manualmente, y eso puede tardar algunos minutos.
Y están las averías, que cuando ocurren, se reportan y se solucionan en el menor tiempo posible.
¿Hay muchas averías?
La situación energética actual es propensa a las averías, a los disparos de las subestaciones, de los transformadores. ¿Por qué? La explicación es simple y lo vemos en nuestras casas: cuando la electricidad llega, automáticamente la reacción de las personas es conectar todo al mismo tiempo, y esa coincidencia sobrecarga el sistema.
¿Eso también tiene que ver con el sobreconsumo en algunos hogares?
La Empresa Eléctrica siempre recibe quejas de alto consumo, pero en estos tiempos las personas cuestionan el crecimiento de la factura, porque no entienden cómo es posible, si han tenido, digamos, 20 horas de apagón en un mes. Esa es la percepción de la población.
Sin embargo, en la práctica, cuando llega la corriente, las personas tienden a conectarlo todo, en su casa, en la mía…, y el tiempo de uso de los equipos a veces es igual, incluso mayor, que cuando no hay afectaciones. No es una percepción nuestra: lo vemos en las demandas.
También hay equipos, como los refrigeradores, neveras -los cuales tienen un peso grande en el consumo familiar- que se mantienen trabajando más tiempo, pues se descongelan y tienen que volver a alcanzar la temperatura baja, media o alta que indica el termostato…
También, cuando usted pone toda la carga de la casa, si los conductores no están en óptimo estado, también puede incrementarse el consumo, no de manera significativa, pero cuando lo sumas a otros factores.
La gente también reclama, porque la corriente ya no solo se va en los horarios picos, también en las horas de más baja demanda, incluidas y me atrevo a decir que, sobretodo, las de las madrugadas.
Los horarios picos del día (11 am-1 pm) y de la noche (6-10 pm) son el espacio de mayor coincidencia de instalación de equipos, cuando la demanda llega a sus puntos máximos, pero siempre hay demanda, y el problema ahora es que el SEN no siempre puede cubrirla.
Eso sí, las mayores afectaciones siguen ocurriendo en los horarios picos, pues indudablemente, el consumo es superior.
Guantánamo no tiene termoeléctricas, pero también produce electricidad. ¿En qué medida apoyan nuestras capacidades al SEN?
La provincia tiene, en primer lugar, una serie de emplazamientos de grupos electrógenos de diésel y fuel oil, que entran al sistema, sobre todo, en los horarios pico, pero que tienen limitaciones en varios sentidos.
En los grupos hay déficit de piezas de repuesto, pero también tenemos varias unidades, en el caso del diésel, que llegaron a un tiempo de explotación tras el cual deben recibir mantenimiento, y por tanto no pueden trabajar a toda su capacidad.
Además, la entrada de los grupos al SEN depende de la disponibilidad de combustible, que no es suficiente para cubrir las 24 horas o todo el tiempo que hay déficit, y por tanto, se reserva casi siempre para apoyar la generación en los horarios picos, especialmente el nocturno.
Existe, por cierto, todo un plan de mantenimiento a nivel nacional para recuperar MW de potencia en los grupos electrógenos.
Y están las fuentes renovables de energía (FRE)… ¿Cuánto aportan realmente, son eficientes?
Tenemos, en parques fotovoltaicos, unos 15 MW de potencia instalada, más cuatro hidroeléctricas conectadas al SEN, que aportan 1,7 MW. Lo que generan, en general, representa el cinco por ciento de toda la energía que se consume en el territorio.
En junio, por ejemplo, los parques fotovoltaicos han trabajado con una potencia máxima de 11 MW -lo que se considera eficiente, pues dependen de la intensidad de la radiación solar y las horas de luz- y han generado mil 186 Megawatts hora (MWh) que apoyan, especialmente, el horario pico del mediodía.
Las hidroeléctricas, que dependen de la disponibilidad de agua, por su parte, produjeron 153 MWh, de modo que las FRE en junio –hasta el día 21- habían generado mil 339 MWh.
En este contexto ¿qué peso tiene el ahorro, así sea el más mínimo, una luz menos, un equipo menos?
El presidente lo dijo muy claro: si apagamos un bombillo en cada casa es equivalente a lo que podría producir una termoeléctrica. Lo que pasa es que, en una vivienda, uno lo ve como algo mínimo, que no cambia nada, pero si todos lo aplicamos, entonces cambiamos las cosas.
Yo creo que es importante que las personas hagan un uso racional de la electricidad, cuando les llega, pues esa energía que dejarían de consumir pudiera aprovecharse para encender otros circuitos. Crear esa conciencia es importante.
En cuanto al ahorro, también hay una voluntad de lograrlo por medio de equipos más eficientes. En nuestro caso, por ejemplo, la sustitución de parte del alumbrado público que consumía hasta 500 Watt (W) por luminarias led de entre 70 y 150. Esto depende de financiamiento y recursos.
Y no somos los únicos. Las entidades avanzan en el desarrollo de las FRE y la búsqueda de eficiencia.
¿Cuánto esfuerzo demanda de los trabajadores un momento como este?
El eléctrico tiene la característica de quedarse hasta resolver lo necesario, de trabajar cuando haga falta. En este contexto, se hacen grandes esfuerzos en los despachos, acomodando los circuitos, teniendo en cuenta el tiempo que estuvieron apagados, sus características…, operando el sistema.
Y lo hacemos, al tiempo que sufrimos los mismos cortes que afectan a la población.
Hay quien dice que quitan la corriente, pero que los jefes de la Empresa Eléctrica seguro tienen…
Yo tengo, por supuesto. Cuando me toca.