“Revivo en este instante mi primer día en Venceremos. Subo las escaleras en busca de Haydée León Moya, entonces directora del órgano, para reclamar una plaza de periodista. Soy un egresado de la Universidad de Oriente en la aventura de comenzar, lleno de ilusiones, un camino nuevo, enigmático y, debo decir, que ese medio de prensa no me defraudó”.
Así abre el diálogo para los lectores Ricardo Ronquillo Bello, hoy presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), pero entonces en 1993 imberbe camagüeyano Licenciado en Periodismo que encontró el amor en sus días de estudiante y, flechado, dio con sus sentimientos en El Güirito, zona cacaotera de Baracoa y su horizonte laboral en Venceremos.
“Venceremos fue mi primera escuela, la primera redacción… donde entendí la naturaleza de un periódico de los periodistas y de las personas que allí trabajan desde variados oficios. Llegué en un momento singular del desarrollo de la prensa en Cuba y descubrí el proceso de la impresión a partir del linotipo. Aquellas máquinas parecían apariciones de siglos pasados que sucumbieron al empuje del mundo digital. Viví en Guantánamo esa transformación.
“Recuerdo con mucho cariño el tan rico ambiente de la redacción del diario, y con particular afecto la familiaridad con que fui recibido, el cariño y el respeto que siempre me prodigaron.
“Llegaba, como sucede a los recién graduados, cargado de cuanto enseñaban y sembraban los profesores en los estudiantes, lleno de sueños, de ideas transformadoras. Quería cambiar las cosas, innovar… y nunca encontré freno entre el colectivo del rotativo, para esas ensoñaciones.
“Me permitieron, por ejemplo, entre otras licitudes, incursionar en el periodismo literario luego de un recorrido precioso por la Ruta martiana con jóvenes guantanameros, tras el cual intentaba imitar el Diario de Campaña de José Martí. Otra vez se nos ocurrió fundar una columna editorial como tenían otros medios del país, y la idea fue acogida con beneplácito.
“También hicimos los primeros pininos en el periodismo de investigación o de tesis, tratando de contrastar la realidad con investigaciones de fondo sobre distintos problemas, idea practicada en equipo, acompañado por los periodistas más reconocidos de la publicación en ese momento. No había idea renovadora que no valorara el colectivo y su dirección.
“Son inolvidables personas con quienes desarrollé vínculos profesional y de amistad, relaciones hermosas y profundas: Reunel (Gómez Ramírez), Miguel McKenzie Iznaga, Elena (Baró Torres), José Antonio Ocaña, Omar Ivo (Llorente) y tantas personas con las que sosteníamos discusiones interesantísimas sobre la situación política de Cuba y del mundo…
“El equipo editorial, muy profesional, exigente con la calidad de los contenidos. Guardo como enseñanza lo que todo periodista debe tener en cuenta al adentrarse en la profesión: el respeto profesional se gana entre los compañeros de trabajo, de la redacción, y los editores en la medida en que sean pulcros sus textos, una enseñanza especial de aquel colectivo.
“Entonces escribíamos en cuartillas de papel y máquinas Robotron y, cualquier equivocación, obligaba a botar al cesto el papel tecleado, perder tiempo y demorar la edición, a diferencia de ahora que todo se resuelve en pantalla. El tiempo había que respetarlo por la hora de cierre y el periodista en cobertura era consciente de lo sagrado de esa palabra: Cierre.
“Aquel tiempo fue mágico y me marcó para toda la vida; Venceremos me convirtió en el periodista y ser humano que soy. Fue una escuela y, por tanto, es un gran honor y un orgullo inmenso haber pertenecido al colectivo, ‘mi círculo infantil’, con unos seres humanos extraordinarios como ‘cuidadores’, quienes me acogieron con respeto y tantísimo afecto.
“Puedo asegurar que, a pesar de las distancias y las dinámicas que impone la vida, sigo recordando a todos los ‘venceremistas’ con especial afecto, cariño y agradecimiento y me siento parte de las celebraciones por los 60 años de una publicación que he visto crecer, modernizarse; que es presente en las redes sociales y avanza aceleradamente a la par que todo el sistema de prensa del país.
“Buena parte de las ideas, sueños y empeños que ahora tenemos en la UPEC donde ocupamos responsabilidades que nos dieron los periodistas cubanos, tienen que ver con las aspiraciones y los sueños que un día comenzamos a alimentar en esa redacción del periódico Venceremos. Un fuerte abrazo”.