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1 panEn El Progreso y El Cisne Blanco se produce en dos turnos para otras panaderías que no pueden por el horario y el tiempo de afectación eléctrica

Me advirtieron que el maestro dulcero José Brooks Masó, capacitado igualmente como hábil panadero de urgencia ante la necesidad, estaba “fundido” por el cansancio y el sueño. Es que lleva varias horas de madrugada, en la emblemática panadería-dulcería El Progreso, al frente de un septeto de operarios en la producción de siete mil panes, de 80 gramos cada uno, para la canasta básica.

                                         

Podría estar igual de “quemado” por la circunstancia Erelis Rojas Vázquez, administrador de este centro destinado idealmente a producciones especiales de pan y dulces, y sus demás trabajadores, pues han tenido que reconvertirse y garantizar en turno continuo otros nueve mil panes de los normados para la población.

El Progreso está en el centro de la ciudad de Guantánamo, y debió asumir lo de otras panaderías de Consejos Populares donde es frecuente la falta del servicio eléctrico.

Miguel Ángel Vichí Llanfly es otro de esos “achicharrados” para encender la luz diaria del pan. Maestro en la también céntrica y conocida panadería El Cisne Blanco, señala:

“Tenemos dos turnos, de cinco mil 880 panes cada uno, para la población del Centro-Sur y el reparto Ho Chi Minh, que asumimos de otras panaderías, aparte de otras producciones para centros de salud pública”.

El Centro tiene prioridad en relación con otros circuitos en la disponibilidad de energía eléctrica. Y la contingencia energética del país obliga a la unidad empresarial de base (UEB) Alimentaria del municipio de Guantánamo a asumir una estrategia que aproveche mejor sus capacidades instaladas, para garantizar, a pesar de las diversas dificultades, la producción del “pan nuestro de cada día”.

De hecho, la UEB adscrita a la empresa provincial de la Industria Alimentaria tiene que proveer diariamente más de 16 mil panes de 80 gramos para los consumidores de las libretas de abastecimiento de la ciudad y barrios aledaños, entre otras prioridades.

Al exponerlo, Rubiel Fernando Sánchez Romero, director de la UEB Alimentaria Guantánamo, explica que de sus 26 panaderías, solo 11 tienen grupos electrógenos, están distribuidas en todos los Consejos Populares.

 

Según fuentes de la entidad provincial, en todo el territorio guantanamero solo 62 establecimientos, entre los 96 existentes, disponen de generadores, también limitados por combustible y eventuales roturas.

“Cuando los cortes eléctricos se extienden más de cinco horas -explica Sánchez Romero, interrumpen el proceso en alguna fase y dañan el material con que se fabrica el primer pan. De ahí la estrategia aplicada de trasladar materia prima y taller para panificadoras con más cobertura de servicio eléctrico, incluidas las que tienen autonomía energética, aunque a estos equipos hay que darles descanso periódico y combinar su generación con los momentos de servicio de la red”, advierte.

Destaca la entrega de los operarios que deben alternar los turnos de trabajo en las unidades y horarios en que se ha concentrado esta, con lo que van sorteando afectaciones y se estabiliza el proceso de elaboración, para poder entregar el producto a la población, aunque se alteren los horarios.

“Toreando” de esta manera las dificultades por la contingencia energética, los panaderos también evitan que haya pérdidas de materia prima o tengan que reprocesarla por interrupciones, eventos que suelen incidir directamente de diferentes formas en la calidad del pan. 

Desde inicios de mes, el Gobierno municipal chequea diariamente la situación en las primeras horas de la mañana, verificación trasladada a días alternos ante una relativa mejoría de la situación. Junto a otros procederes organizativos, personas como las mencionadas logran con sus manos en las tahonas que se mantenga encendida en Guantánamo la luz cotidiana del pan.