Una estación de anillamiento de pequeñas aves migratorias y autóctonas será creada en El Guanal, localidad cercana a la Punta de Quemados, el extremo más oriental del país, por expertos del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIOECO), de Santiago de Cuba, y trabajadores del área protegida Elemento Natural Destacado (END) Maisí-Caleta, de Guantánamo.
Para materializar ese propósito el Doctor en Ciencias Freddy Rodríguez Santana, investigador de BIOECO, impartió por vez primera en Maisí un curso preparatorio preliminar para fomentar el uso de la técnica con anillos fabricados en Cuba.
Alexis Morales Prada, administrador del END perteneciente a la Unidad Baracoa de la Empresa para la protección de la Flora y Fauna, subrayó que la Punta de Quemados y otras localidades cercanas inexploradas por el hombre son frecuentadas a menudo por aves migratorias del orden Passeriformes.
La mayoría de los pájaros se desplazan desde Norteamérica hacia el Sur, y viceversa, entre ellas las pichitas y bijiritas, explicó el directivo. Hasta el momento se dispone de datos anecdóticos sobre la migración del pitirre (Tyrannus dominicensis), el cual suele abandonar a Cuba en grandes bandadas por la zona.
En la captura de los animalitos se emplean redes montadas siempre en la misma posición, las cuales miden 6, 9, 12 y 18 metros de largo por 2,6 metros de alto, con un paso de malla de 30 milímetros, apropiadas para aprisionar aves del tamaño aproximado de una paloma doméstica.
Rodríguez Santana, miembro de la Sociedad Cubana de Zoología, resaltó que el establecimiento de la futura estación forma parte de la iniciativa del proyecto internacional Corredor Biológico en el Caribe (CBC) para extender el conocimiento, el monitoreo y la conservación de la diversidad biológica a nivel regional.
El personal técnico del CBC también emplea el anillamiento en otros sitios como la estación Juan Cristóbal Gundlach en Siboney-Juticí y el Paisaje Natural Protegido Gran Piedra (Santiago de Cuba), y los Refugios de Fauna Lagunas de Maya (Matanzas) y Cayo Santa María (Villa Clara).
El procedimiento permitirá identificar posibles daños a sus poblaciones, adoptar medidas adecuadas para su supervivencia y conocer cuánto tiempo viven las aves, hacia dónde se dirigen cuando migran, y cuándo se van o llegan a los lugares donde se desplazan.
La literatura científica recoge que los pájaros viajeros equilibran el medio ambiente y evitan la propagación de plagas nocivas para la salud de los seres humanos.
En Cuba existen registros confirmados de 216 especies de aves migratorias que no anidan en el país, de las cuales 40 son invernantes comunes, 40 menos frecuentes, 57 transitorias y 79 ocasionales.