Reunel GómezReunel Gómez Ramírez se autocalifica como fotorreportero, pero si conversas con él tendrás ante sí a un auténtico profesor de Periodismo, aunque su desempeño en esta profesión fue de manera autodidacta.

 

Contando con 20 años de edad y muchas ganas de hacer, llega el 6 de agosto de 1968 a la esquina de Los Maceo y Donato Mármol, donde radicó inicialmente la sede del periódico Venceremos. Allí empieza como aprendiz de fotografía, luego labora como formatista y periodista.

“Ya el 7 de noviembre de ese mismo año me encuentro en el periódico Granma en un curso de corresponsales. Aprendí allí de la flor y nata del periodismo, entre ellos, de Marta Rojas, Boby Salamanca, Gabriel Guzmán... Esa fue mi primera escuela, hasta que en 1983 me gradúo como periodista, en la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba.

 

“Venceremos tenía seis años de fundado, pero seguía con una imprenta obsoleta, por ello teníamos que viajar a Santiago para lograr el fotograbado, algo que hice varias veces. Eso fue hasta que en los años 70 la redacción es trasladada para Cuartel entre Narciso López y Jesús del Sol, y los talleres a Ahogados entre Paseo y Narciso López. Este último local disponía de una infraestructura apta para editar un diario: una rotoplana, linotipos, áreas diversas, entre ellas, de corrección y fotograbado”, relata Reunel.

Recuerda que de 1985 a 1988 se dispuso de una rotativa soviética, mucho más avanzada que la rotoplana, y a partir de 1988 se imprime en el Poligráfico Juan Marinello con el sistema offset, con la que ganaba en calidad la presentación del órgano de prensa.

“Con la lectura y mucho estudio aprendí a escribir, bajo la guía de Dante Miraglia, quien ejercía como fotógrafo, pero sus conocimientos abarcaban todas las áreas del quehacer periodístico. A ello se le sumó el aprendizaje que aporta la práctica y las faenas diarias en esta labor, que asumí con pasión. Lo que más disfruté en el periodismo fue la fotografía, especialización donde más me realicé, al convertir las imágenes en arte.

Reconoce que su historia está muy ligada a la de Venceremos, porque a este órgano le dedicó 42 años de su vida. En él permaneció desde 1968 hasta 2009, año de su jubilación. Fue también un tiempo de grandes emociones, pues pudo vivir importantes momentos, como la inauguración, por Fidel, del Poligráfico Juan Marinello, en 1977, o la apertura de la Escuela de Trabajadores Sociales, también fundada por el Comandante en Jefe, en Santiago de Cuba.

 

Otros recuerdos imborrables en Reunel fueron su participación en el acto por el vigésimo aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, celebrado en Santiago de Cuba, y la cobertura, en esa provincia, al recibimiento de varios presidentes de otras naciones.

 

A nuestro entrevistado, por su modestia, no le gusta hablar de reconocimientos o premios, aunque no fueron pocos los que recibiera durante su extensa carrera laboral. No desvela méritos, pero sí tiene en cuenta el agradecimiento de aquellos macheteros, milicianos y tantas otras personas que visibilizó a través de sus entrevistas, dando a conocer cómo hacían Patria desde los más diversos sectores. “El reconocimiento de los lectores, del pueblo, es para mí el mayor de los premios”, sentencia.

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