Una reactividad de casi el 50 por ciento, lo que significa que casi la mitad de los pacientes febriles fueron positivos a la prueba IgM y se consideran casos de dengue, e índices de infestación que todavía no logran controlarse, signan la compleja situación epidemiológica de la provincia de Guantánamo al cierre de semana.
No obstante, hubo una reducción de los pacientes con fiebre, que llegó a ser hasta de 2 mil 600 en una semana durante septiembre y en el último cierre de siete días descendió a mil 400, informó a Venceremos Marjoris Mengana González, especialista del Centro provincial de Higiene y Epidemiología.
La reactividad más alta, en por ciento con respecto a la cantidad de pacientes con síntomas sugestivos de la enfermedad, se concentra en Baracoa, con una tasa de 368,5 casos por cada 10 mil habitantes, que duplica ampliamente la provincial, de 114,9, que ya se considera muy alta.
Baracoa, también, tiene la singularidad de ser el único municipio que, dentro de los más complicados tanto por los febriles como por la cantidad de focos del mosquito trasmisor del dengue, mantiene una tendencia al alza de esos indicadores y aporta el 12 por ciento de todos los focos identificados en la provincia.
No obstante, y aunque mejora discretamente, Guantánamo se mantiene como el municipio con más viviendas positivas a larvas de Aedes aegypti, en tanto aporta el 70 por ciento de los 789 focos reportados en la provincia en octubre, concentrados sobre todo en las áreas de salud de San Justo, Centro y Sur de la ciudad.
También a la baja, con números que todavía no permiten cantar victorias, está Caimanera, que completa la tríada de los territorios más complicados con el vector y mantiene, como Guantánamo, índices de infestación casa por encima del provincial, de 0.59.
Las difíciles condiciones medioambientales de la provincia por la existencia de zanjas, salideros, enyerbamiento y problemas con el abasto de agua; y el incremento de las precipitaciones podría complicar la situación entomológica aunque, como se ha demostrado, los principales riesgos siguen al interior de las casas.