Adriennis Durand Ramírez es una niña ciega de siete años de edad que cursa el primer grado en la Escuela 14 de Junio de la provincia de Guantánamo, en la cual se rehabilitan casi 200 infantes con necesidades educativas especiales en las áreas sensoriales de visión y audición.
Al igual que el resto de sus compañeros, el aprendizaje de Adriannis se ha retardado por los efectos del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos hace más de 60 años, el cual impide la entrada al país de instrumentos y medios necesarios para la instrucción de los educandos.
Esas limitaciones provocan que el proceso sea más lento que lo normal, enfatiza a la Agencia Cubana de Noticias Yaima de la Caridad Salas Ramírez, Máster en Educación Especial y directora del centro, fundado en 1985.
Remarcó las dificultades con los medios tiflotécnicos (regletas, punzones, hojas y máquinas Braille, bastones) para la atención a niños con discapacidad visual, recursos que en algunos casos cuentan con más de 10 años de explotación, se desgastan y dificultan su manejo por los pequeños.
Salas Ramírez enfatizó en las trabas que a diario se sortean para la rehabilitación de estos niños y que puedan incorporarse a la sociedad, para lo cual resulta indispensable la ayuda de los dispositivos que se adquieren en el exterior.
Especificó el caso de las máquinas Braille, cuyo precio es de 400 dólares en el mercado mundial, pero se compran hasta en el triple de ese valor al tener que adquirirlas en un tercer país.
Las prótesis auditivas de alta potencia también escasean, no nos llegan, y las que existen hay que repararlas, lo cual es esencial para que los niños escuchen mejor y aprendan, ganen en autonomía y en calidad de vida, puesto que esos medios les amplifican el sonido, refirió.
Nos faltan lentes y cristales de alta graduación para los miopes y el equipamiento preciso y medios para la rehabilitación de los estrábicos y ambliopes, como los parches tradicionales, y aplicamos la opción de los parches piratas, de tela, menos estéticos y más molestos.
Ante esta problemática, los maestros crean alternativas que reemplazan los recursos importados, entre los que se encuentran las maquetas, laminarios, tapices que ayudan a la formación de los alumnos, explicó Antonia Coello Castillo, Máster en Educación Especial y coordinadora de ciclo de los niños sordos de la Escuela.
Manifestó que con este esfuerzo contribuimos a que las familias tengan la seguridad de que el sistema educacional especial avanza y garantiza a sus hijos lo esencial para que se rehabiliten e inserten a la sociedad, pese a las trabas que nos impone el bloqueo imperialista.
Ante el cerco económico se crece esta obra de infinito amor de profesores, especialistas de salud y personal de servicio de nuestra escuela, porque esa es la manera más efectiva que tenemos de enfrentar un bloqueo abominable de más de 60 años.