"Las unidades, ahora mismo, pueden comprarse en cualquier tienda de Sasa en el país", aclara Juan Esteban.
Siempre hay alguien que espera, en las afueras de la subdirección técnica de la Dirección provincial de Transporte, sita en Los Maceo entre Emilio Giró y Carretera.
Allí, radican los principales jefes de dos de los procesos más requeridos de los últimos tiempos: la legalización de los riquimbilis -o por su nombre real, vehículos armados por partes y piezas- ya tratados en una entrevista anterior, y la realización de cambios y conversiones en vehículos de motor.
En un año, se realizan entre 600 y 700 conversiones de las previstas en la Resolución 349 del 2019, la mayoría adaptaciones de motores, y de partes y piezas en motos de pequeño cilindraje que “crecen” hasta convertirse en Suzukis, o como se acuñó alguna vez, en karpazukis.
Son estas últimas, de hecho, las que generan las mayores expectativas a pesar de que han pasado tres años desde su aprobación, asegura el ingeniero Juan Esteban Rodríguez García, especialista en departamento técnico que atiende estos procesos.
A él, llegamos con preguntas e inquietudes que todavía quedan entre la población.
¿Cuáles son, grosso modo, los trámites para estas conversiones?
El propietario o representante, debe presentar ante esta oficina fotocopias del carné de identidad, la circulación y el comprobante del pago del impuesto sobre el transporte terrestre, conocido como chapa; tres fotos de la moto, por delante y por atrás y de lado, y el Anexo 1, que es la solicitud al director provincial de transporte para que apruebe la compra y adaptación de unidad, o unidad y partes y piezas, según la decisión de cada cual.
Si la moto no está circulando y fue declarada no apta, entonces en vez de circulación se presenta la fotocopia del certificado de propiedad que emite el Registro de Vehículos, no la de la notaría, como pasa con frecuencia.
El formulario del Anexo 1, es un modelo oficial que está disponible en el negocio de impresión que radica en Los Maceo entre Narciso López y Paseo.
Los documentos se presentan ante nosotros los miércoles o viernes, de 8:00 am a 12 del mediodía.
¿Qué pasa después?
Procesamos esos documentos y conformamos el Anexo 2, donde se especifica el proyecto tipo que se va a ejecutar, los datos generales, el taller autorizado que hará el trabajo y se lleva ante el Delegado de Transporte, para firmarlo.
Esto, tarda alrededor de una semana. Antes, era más porque había que ir a San Lino a hacer el proyecto. Hoy, se aprobaron proyectos tipos para cada tipo de conversión y por tanto es más rápido. Los carros, por otra parte, siguen necesitando ese paso.
Con ese documento, se compra la unidad en Sasa, y se lleva la factura al Registro de Vehículos para legalizarla -este paso, insiste, es muy importante. A partir de ahí, ya el propietario debe ir al taller y comenzar a adaptar el cuadro y armar.
La moto debe salir armada y llevarse ante al taller de la reconstructora de la Empresa provincial de Transporte (al lado del servicentro de Confluentes), donde se verifica la calidad del trabajo, las soldaduras, y que lo hecho coincide con el proyecto aprobado. Si todo está bien, emiten una certificación técnica.
Lleva la certificación a la UEB Apoyo al Transporte, en San Lino entre Paseo y 1 Norte, donde se revisa la documentación, se paga el proyecto y se emite un documento del cobro, con el que ya se puede ir a pasar por la planta de revisión técnica, o somatón.
Si aprueba, vuelven a mi oficina, y traen toda la documentación tres fotos (frontal, trasera y lateral) de la moto ya terminada. Yo reviso todo ese expediente y conformo el Anexo 3, que es el dictamen técnico. Ahí, se incluyen las fotos, la factura si es el caso, la orden de servicio, las fotocopias del carné y la circulación, y el resultado del somatón. Ese documento, lleva tres firmas, dos de la subdirección técnica y la del Delegado de Transporte.
Cuando ya se firma, llevo el expediente con un acta de entrega al Registro de Vehículos y notificamos a los propietarios que deben ir allí a terminar la legalización del nuevo motor.
¿Sigue siendo un problema la tardanza del delegado para firmar esos documentos? ¿Se cumplen los términos?
A veces sí, otras no. Siempre digo que el delegado es uno solo. Hoy, lo que más se tarda es la parte del taller -y es lógico- y la confección del Anexo 3, por la gran cantidad de expedientes que han entrado este año tras los meses que nos detuvimos por la pandemia.
Desde enero, concluimos 562 proyectos y me faltan otros 200 por el Anexo 3. Y siguen llegando. En cuanto a los términos, se cumple que la legalización debe realizarse en un año y, de manera excepcional, otorgarse una prórroga de seis meses: hoy, solo tres.
¿Cuáles son los talleres autorizados para hacer estas conversiones?
En estos momentos, son tres ubicados en Luz Caballero entre 12 y 13 Sur, Pinto entre 6 y 7 Oeste y el antiguo TM1, frente al hotel El Molino, en la circunvalación Oeste, hoy la mipyme Fernández. Todos son particulares.
Son pocos, incluso menos de los que existían al inicio del proceso… ¿Es allí donde se supone que deben armarse todas esas motos? -pregunto a raíz de muchas historias que hablan de precios excesivos en esos talleres y la realidad más pujante: que no son suficientes y la mayoría de las veces la gente va a otros y paga para la firma autorizada que requiere el trámite.
Antes eran cinco, y no se supone: Usted debe ir con el cuadro de lo que desarmó, la unidad y el kit, y debe salir con la moto hecha solo en esos talleres, que son los autorizados a emitir la orden de servicio.
Cuando empezó el proceso, la gente compraba el kit y la unidad en Sasa, pero hoy hay venta entre particulares, importación de piezas… y mucha inquietud al respecto. ¿Podría explicar cómo funciona?
Las piezas deben tener factura, y si son importadas además la certificación de la aduana. Las “criollas” se aceptan pero con la documentación de que fueron hechas con algún cuentapropista de la actividad de soldadura y chapistería. En el caso de las motorinas, sus piezas pueden adaptarse para ponerlas en el cuadro, nunca montarles la unidad. Eso es una violación.
Las unidades, también pueden comprarse a otro particular por medio de una declaración jurada que hacemos aquí mismo. Primero viene la persona que quiere comprar con el número de la unidad y la marca, para confirmar que está liberada.
Una persona no puede venderte una unidad, si no montó una nueva legalmente. Y si lo hace, usted no puede montarla hasta que el otro legalice con otra nueva.
¿Cuáles son las violaciones más frecuentes?
En realidad, hemos ido reduciendo las violaciones. Hace un tiempo, era un problema la dimensión de los cuadros, pero llegamos a un consenso y los karpatys, por ejemplo, miden un metro.
También, tuvimos dificultades con las motorinas, pero advertimos a los talleres que no podían ponerles una unidad, aunque los dueños quisieran, porque no es lo establecido.