Un equipo de investigadores de la Unidad provincial de Servicios Ambientales (UPSA) en Guantánamo validó la eficacia de un método hidrográfico adaptativo que dinamiza las acciones para el control y extinción de incendios forestales en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH), sitio natural declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2001.
El biólogo Gerardo Begué Quiala, subdirector de la UPSA, explicó que el procedimiento evaluó el rol de 13 especies de plantas propagadoras de fuego y definió las lecciones para fortalecer la defensa contra los siniestros en el Departamento de Conservación Ojito de Agua, zona proclive a las igniciones.
El principal aporte teórico-práctico del método es el uso de tecnologías sin obras de ingeniería, las cuales ahorran recursos financieros, humanos y físicos en el combate contra los incendios, los cuales tienden a incrementarse en la zona, subrayó el directivo.
Entre sus ventajas se incluyen la reducción del tiempo para sofocar el fuego, la humanización del trabajo, disminución de limitaciones topográficas y la creación de trampas de humedad en los flancos para esparcir agua en la vegetación.
También contempla la limpieza de las márgenes de los sistemas fluviales, eliminar las tramas de la vegetación, árboles secos caídos y especies de plantas propagadoras para ralentizar los efectos del incendio.
Una vez localizadas las pozas y charcas ideales para el bombeo sostenido de agua, se garantiza el acceso expedito del personal especializado y el despliegue de la tecnología activa para la extinción de las llamas.
Durante los días 17 de abril y 11 de mayo de 2021, en Ojito de Agua se desató el mayor incendio forestal de grandes proporciones registrado en la historia del PNAH, núcleo principal del área protegida de recursos manejados Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa, en la cual se afectaron mil 896 hectáreas de bosques.
Después de varios días de investigaciones, el Cuerpo de Guardabosques de Cuba, perteneciente al Ministerio del Interior, señaló a la minería ilegal artesanal como la causa del desastre en la mayor reserva natural del país, considerado un paraíso del endemismo y la biodiversidad.
A unos metros del río Yarey, las autoridades encontraron uno refugio rústico, latas con restos de alimentos, muestras de piedras, huellas de personas, movimientos de tierra, así como mechones usados como fuente de luz y de calor.
Según los expertos de la delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la provincia, la combustión encontró condiciones favorables para propagarse por la escasez de lluvias y las altas temperaturas, las características de los pinares (Pinus cubensis Griseb), más la presencia de vientos moderados y la suficiente carga de material combustible, estimada en 45 toneladas por hectárea.