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José Sánchez Guerra DSCN6458“La relación con el periodismo y los periodistas me marcó personal y profesionalmente”, reconoce José Sánchez Guerra, historiador de la ciudad de Guantánamo.

José Sánchez Guerra contabiliza la firma de más de 100 artículos en el periódico Venceremos, sin los de otros redactores que se sirven de él como fuente. El primero apareció el 17 de mayo de 1978, conmemorando el centenario del último combate de la Guerra Grande en Oriente.

A la vuelta de más de 40 de los 60 años de existencia de este órgano, el Historiador de la Ciudad de Guantánamo ha publicado más de 20 libros como autor o coautor de investigaciones históricas, dos de ellos premiados en el Concurso nacional de periodismo 26 de Julio y tres en el litarario Regino E. Boti. El también miembro de la Academia de la Historia de Cuba sigue siendo habitual colaborador del impreso guantanamero, y está siempre dispuesto al diálogo.

¿Cómo se inició en la creación y publicación de estos trabajos?

Yo no era historiador, sino activista de historia, como cuadro de la Unión de Jóvenes Comunistas. Sí me interesaba escribir y publicar en Venceremos, entonces el único medio impreso en el territorio. Para lograrlo me ayudó mucho el desaparecido periodista Ramón Boris Miranda, quien vivía a unos 100 metros de mi casa: me revisaba, corregía, enseñaba, evaluaba…

Él y otros profesionales me ayudaron y estimularon para seguir publicando. Ese mismo año, en agosto, sale Boti periodista, un artículo con motivo del centenario del nacimiento del mayor intelectual guantanamero, con la contribución también de la Doctora Florentina Boti. Creo que con cierto rigor profundizo algo, por primera vez, en ese tema. Repito: como historiador empírico.

Debe recordarse que compañeros amantes de la historia local, como Roberto Mineto, Guadalupe Quert, Rolando Quintero y otros, y personal de la prensa, la divulgaron antes a través de nuestro periódico.

Mientras cumplo Misión internacionalista en Angola, durante mi estancia de vacaciones en Cuba, me ocupo de seguir colaborando, con temas sobre historia del periodismo local. Tras mi regreso, trabajo en la sección de Historia del Partido en la provincia, con mayor dedicación a la investigación y la organización de eventos, y creamos la revista El Managüí, como su órgano, que pasa a serlo de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en el territorio, al constituirse esta aquí.

Ya entonces sí era usted historiador

Sí. En la década del 80 me gradúo como Licenciado en Historia, y sigo posgrados, participo en eventos, publico más en nuestro periódico y otros medios. Siempre con el respaldo crítico de profesionales del medio de prensa, como Pablo Soroa, Víctor Hugo Purón, Ariel Soler, Magda Rosales y otros, y de colegas de las Ciencias Históricas con mayor experiencia.

Ningún trabajo publicado por mí me parece más importante que otro, sino el que ha salido más reciente. Siempre se puede mejorar. No obstante, me ha apasionado mucho la investigación y divulgación realizada sobre Pedro Agustín Pérez, a raíz de cumplirse en 2013 el centenario de la muerte del Mayor General guantanamero. Próximamente debe salir el libro Conflictos en Guantánamo (1959-1961), sobre el enfrentamiento a la contrarrevolución aquí.

¿Qué significa para usted la experiencia historia-periodismo?

La relación con el periodismo y los periodistas me marcó personal y profesionalmente. A la vez que me ayudó a expresar mejor lo que quería transmitir a los lectores, me dio reconocimiento público como intelectual en esta materia. Por otra parte, la dirección y el colectivo del medio me han tenido presente en sus actividades profesionales.

Venceremos es un baluarte de la Revolución en Guantánamo. Es trinchera. Su papel es central e insustituible en la labor político-ideológica, divulgativa de la obra revolucionaria. A la vez, a los periodistas les toca seguir siendo sistemáticamente combativos, críticos en la defensa de esa obra, lo cual pasa por la divulgación de la historia.

Alguna recomendación

En general, puede mejorarse el trabajo con la historia. Habría que empezar por recuperar el movimiento de activistas del que yo provengo, y que tuvo sus momentos más fuertes hasta la década del 90. Es un arma que cuesta poco y rinde mucho. De ahí salieron los historiadores de Consejos Populares, de comunidades, con actividades de recordación de figuras y hechos a nivel de barrio.

Esos son historiadores de corazón sin ser licenciados, aunque algunos lo sean, pero lo importante es la pasión por divulgar los sucesos de nuestra patria.