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lepra en Dominicana

La lepra o enfermedad de Hansen, diagnosticada y tratada oportunamente se cura, sin embargo, aún en el mundo, sobre todo en países menos desarrollados, el miedo a la marginación y las deficientes atenciones médicas hacen que los enfermos la oculten, por lo que continúa siendo contagiosa y los afectados quedan con daños y discapacidades irreversibles, así lo afirma Estela Bustabad Artigas, responsable del programa en el centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.

El padecimiento es infecto-contagioso, causado por el Mycobacterium Leprae, y puede afectar la piel, los sistemas nerviosos periféricos y los órganos internos. El contagio ocurre (a través de las vías aéreas superiores) de un enfermo no diagnosticado y sin tratamiento médico, cuyos bacilos resistentes que genera llegan a personas susceptibles a padecerla.

Entre los principales síntomas están las manchas de color más claro que la piel y con poca o nula sensibilidad, resequedad por el déficit de sudoración del cuerpo. Aparecen con más frecuencia en brazos, piernas, espalda y glúteos, desaparecen los vellos, ocurre la caída del pelo de las cejas, incrementa el adormecimiento en las zonas afectadas, y no presenta dolor ni comezón.

En ocasión de celebrarse, este domingo, el Día Mundial contra esa dolencia, bajo el lema Actúa ahora. Poner fin a la lepra, en la provincia se realizan actividades en todos los municipios y Áreas de Salud para reforzar las acciones educativas con el personal médico y la población con el fin de reducir su prevalencia, lograr la curación y control de esa afección, así como evitar el desarrollo de discapacidades.

Bustabad Artigas explicó que el Sistema de Salud mantiene la dolencia bajo estricta vigilancia epidemiológica y no constituye un problema de salud, sin embargo, en el territorio seis municipios tienen incidencia de la enfermedad: Guantánamo, El Salvador, Baracoa, San Antonio del Sur, Imías y Manuel Tames; el primero, puntualiza, “ requiere de la realización más intencionada de la pesquisa para detectar la prevalencia oculta, pues algunas personas con síntomas de la enfermedad no asisten al médico y otras se demoran en atenderse”.

“Es totalmente absurdo que hoy en día tengamos que lamentar la detección de pacientes con lesiones irreversibles, como la parálisis de manos, pies… Se trata de que el estigma social todavía está arraigado y existe un miedo irracional al contagio, a pesar de haberse encontrado la cura definitiva hace más de 30 años, ello impide, en muchos casos, acudan ante síntomas y, de hecho, el tratamiento inmediato, por lo que sigue siendo un desafío médico”, enfatiza la especialista.