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vejez saludable2Fernando Almagro asegura sentirse feliz en la institución al compartir con personas de su edad y mantenerse activo a sus 95 años.A sus 95 años, Fernando Almagro Batista se siente feliz en la Casa de Abuelos Carlos Manuel de Céspedes, ubicada en la ciudad de Guantánamo. Llegó a la institución por decisión propia, desafiando la decisión de su familia, a quienes tuvo que convencer de que en ese lugar también estaría bien cuidado.

“Yo pasaba por una etapa difícil de la vida; habían fallecido dos de mis cuatro hijos, y más reciente mi esposa, eso me devastó. Ya conocía de las atenciones en la Casa de Abuelos, todas las actividades que hacían, y sentí que necesitaba socializar con otras personas de mi edad.

“Cuando se lo dije a mi hija se negó rotundamente. Tengo el orgullo de contar con una familia amorosa, unida y, sobre todo, muy preocupada por mí, pero a pesar de eso precisaba salir del entorno hogareño, romper la rutina que me hacía extrañar tanto a mis seres queridos ausentes”, agrega Almagro Batista.

“Esas mismas razones se las comenté a mi hija, ella accedió, pero solo como prueba, quería estar segura de que me cuidarían bien. Desde entonces han pasado seis años, y sigo allí. Juego dominó, participo en las actividades que programan con los profesores del Índer y de Cultura. Me siento bien y mis familiares igual, porque me ven anímicamente mucho mejor”, asegura Fernando.

Similar opinión comparte la octogenaria Josefa López San Martín, quien afirma sentirse cada día más feliz de estar en la institución.

Cuenta que un vecino le sugirió asistir, y desde que la visitó por primera vez en el 2009, quedó prendada del sitio. Allí participa en gimnasias matutinas, peñas culturales, caminatas por la comunidad, y talleres de manualidades. Confiesa que las partidas de dominó son su mejor recreación, o más bien lo eran, pues desde el pasado año el centro cerró por labores de rehabilitación.

“En un principio seguimos allí, hasta el mediodía, luego cuando la construcción avanzó, el polvo y el olor a pintura eran ya muy intensos y acordaron recesar funciones el 20 de diciembre hasta terminar la obra.

“Estoy deseosa de regresar, en mi casa no me dejan hacer nada por temor a que me pueda caer, si ellos supieran cuantos malabares hago yo con mis amigos abuelos…”, dice mientras mira pícaramente a la hija, que responde con una sonrisa.

vejez saludable3 Las partidas de dominó son de los atractivos que más extraña Josefa López.

Casa de los Abuelos, casa del amor

En la Casa de Abuelos Carlos Manuel de Céspedes la rutina ha cambiado este 2023, hay un ir y venir de constructores que enchapan baños, ponen piso, instalan redes eléctricas y pintan la instalación. La rehabilitación integral es la nueva realidad de la entidad desde diciembre pasado, para su reapertura a finales del presente mes de enero.

Ricardo Santoya Labrado, administrador de la Casa, precisa a Venceremos que estos trabajos eran necesarios para mantener la certificación del Ministerio de Salud Pública, que requiere un buen estado constructivo, incluyendo un área para la recreación con medios audiovisuales y juegos de mesa, así como servicios de rehabilitación biológica, psicológica y social, entre otros requerimientos que se mejorarán tras la actual intervención.

“Conocemos la importancia de nuestras prestaciones para los ancianos y su familia, por eso nos reunimos con ellos antes de empezar las labores y les informamos de todo lo que se realizaría. En un primer momento los mantuvimos aquí, por decisión de los propios abuelos, pero apenas empezaron los trabajos con cemento y pintura cerramos”, explica.

“Nuestros inquilinos permanecen ahora en sus hogares, porque no fue posible reubicarlos en otro sitio. La Santa Catalina (donde también se brinda este servicio) ya tiene ocupadas todas las plazas, además de que es una unidad pequeña y no ofrece más cupos. Otra opción podía ser el Centro Médico Psicopedagógico Enrique Rodríguez Picasso, pero allí solo se cuidan personas con retrasos mentales severos y profundos”, detalla Santoya Labrado.

vejez saludableLa Casa de Abuelos Carlos Manuel de Céspedes rehabilita sus áreas para brindar un mejor servicio.

Keilin Barbiel Viance, licenciada en Rehabilitación Social y Ocupacional, reconoce la necesidad y ganas de los adultos mayores de volver a la Casa, así lo ha comprobado en las visitas a las viviendas de algunos, quienes expresan la añoranza por el esparcimiento que tienen allí donde se fomenta una vida más activa.

“Los convenios de trabajo con el Índer, Educación y Cultura ayudan mucho al desarrollo de esa vejez sana que tanto necesita nuestra sociedad. En ese sentido la Casa cumple un rol vital, ejemplo de su impronta es el proyecto comunitario Peña de Gallo, protagonizado por personas mayores que demuestran que la edad no es un límite para crear”, detalla.

Según Barbiel Viance urge agilizar las labores constructivas, pues la realidad es que en sus hogares los ancianos no están cubriendo esas necesidades espirituales y físicas que la Casa les daba.

Ciertamente debió preverse algún programa alternativo para atender a los abuelitos que durante todo el mes de enero estuvieron en sus hogares, porque en la vejez el tiempo perdido se siente y pesa más, pero al parecer los vientos están a favor de febrero. Resta esperar que se reanuden el mes próximo, a más tardar, las actividades para bien de los impacientes inquilinos.

vejez saludable4“Las Casas brindan herramientas a los longevos que permiten aumentar la confianza en sí mismos y mejorar su estado sicológico”, asegura la doctora Rosa Iris Luna.

El adulto mayor es prioridad

Cada año aumenta la cifra de ciudadanos que rebasan el umbral de los 60 años en Cuba. En ese sentido el país cuenta con un Programa Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor, que tiene el propósito de garantizar una atención de salud ajustada a las necesidades de esas personas y lograr que vivan una vejez activa y saludable.

En el municipio de Guantánamo el 20,1 por ciento de la población está envejecida, cifra similar a la media del país. Es por ello que la atención a las Casas de Abuelos está entre las políticas que llevan a cabo para enfrentar el acelerado envejecimiento poblacional, detalla la doctora Rosa Iris Luna, especialista del Programa Adulto Mayor y Asistencia Social en el territorio.

Detalla que aunque la mayoría de estos abuelos tiene familia, ellos necesitan relacionarse con personas de su edad, pues en ocasiones, muchos permanecen solos en las viviendas porque el resto de los familiares trabajan.

“En estos centros, mediante la práctica diaria de ejercicios físicos, juegos, trabajos manuales y cursos de capacitación, los longevos aumentan la confianza en sí mismos y mejoran su estado sicológico, asegurándoles una óptima calidad de vida”, agrega la especialista.

De acuerdo con el programa establecido para este tipo de instalaciones, los ancianos asisten después de las siete de la mañana y permanecen hasta las seis de la tarde. Se les oferta desayuno, merienda, almuerzo, merienda y comida, por lo cual deben abonar una cuota de 792 pesos mensuales.

Son una oportunidad para la familia, asevera, que encuentra en las Casas de Abuelos el espacio propicio para proteger a sus seres queridos más envejecidos, y garantizarles su preparación para seguir activos y aportando en esta etapa tan compleja de la vida.