La atención a los jóvenes para incentivar el amor por la lectura es parte fundamental del trabajo de la biblioteca.
Desde su surgimiento, la Biblioteca Municipal Raúl Gómez García, de Baracoa, se pensó como una institución para y por el desarrollo cultural de los residentes en ese terruño. Fiel a tal misión se ha mantenido por varias décadas, fomentando espacios de superación, intercambio con lectores y especialistas, estrechando lazos institucionales y con la comunidad.
Se cumplen unos 70 años de cuando Antonio Morales armó el primer vestigio de lo que es la biblioteca. Entonces tenía solo 47 títulos. El tiempo, las donaciones, el crecimiento de la ciudad y de los asiduos al lugar condujeron al aumento de los fondos, hoy con miles de ejemplares, imprescindibles en el fomento de la sapiencia colectiva.
La Raúl Gómez García es de las entidades de mayor impacto y renombre en la Primada de Cuba, mérito ganado a partir del quehacer diario intra y extra muros, que demuestra la voluntad del colectivo de hacer de la cultura una herramienta eficaz para la transformación de la sociedad.
Brevísima historia
Noelvis Pérez Morales, directora del centro, en entrevista a Venceremos detalla que a partir de la década del 50, con el incremento de las bibliografías, comienza a fomentarse el trabajo de préstamos como acción importante para favorecer el acceso a las publicaciones de aquí y que llegaban de otras provincias, incluso del exterior.
“En 1967 se inaugura el actual edificio de la institución, tras intensa preparación del personal y el inventario de las reliquias históricas que poseíamos. Lo más interesante de este tiempo es que desde entonces por 55 años todas las personas que dirigieron el lugar han sido mujeres, como ejemplo del empoderamiento de ese grupo en la Cuba revolucionaria.
“María Court Hernández fue de las baracoenses que más años lideró la biblioteca y quien la convirtió en referencia en materia de trabajo social-comunitario y cultural mediante talleres, cursos y decenas de iniciativas que fomentaron el hábito de la lectura en el plan turquino del territorio”, añadió.
Pero Court Hernández fue más allá, para los residentes en Baracoa articuló un proyecto de música que incluía la enseñanza de piano, guitarra, flauta, violines… como demostración de que ese tipo de entidades no son meras vitrinas para los lectores, sino también elemento dinamizador de la programación artístico-recreativa local.
Hasta las instituciones del municipio llegan siempre las bibliotecarias como parte de su compromiso con la comunidad y la sociedad.
Puertas adentro
La Raúl Gómez García no es un inmueble de grandes dimensiones físicas. De hecho, a veces se queda pequeña en relación con la demanda y cantidad de obras literarias que posee.
Explica Noelvis Pérez que está estructurada en cinco salas: la general; la de arte; la infanto-juvenil; el Departamento de Procesos Técnicos, que es donde se procesa todo lo que llega por compras en el Instituto del libro o donación especial; y el de extensión (que ayuda a mover los textos por todo el municipio).
“Tuvimos años atrás una hemeroteca con más de 130 ejemplares de 60 periódicos diversos que tuvo Baracoa, y la biblioteca los donó al Archivo Municipal. Algunos rotativos eran de una sola hoja, otros de dos, de cuatro… pero lo importante es que ahí estaba parte de la memoria histórica local que conservamos como interés institucional.
“El área hoy de mayor jerarquía para los lugareños no radica precisamente dentro de la biblioteca, sino fuera. La labor extensionista por las comunidades hace posible que estemos, se nos conozca y reconozca en prácticamente todos los sitios de Baracoa”, señala Bárbara Machado Baratute, jefa del Departamento de Extensión Bibliotecaria.
“Tenemos varios módulos para llegar al pueblo: las cajas viajeras, con hasta cincuenta libros que ponemos en manos de los promotores culturales para que en los barrios más distantes nunca falte una actividad de lectura o debate literario; las casas bibliotecas en los poblados de Jobo Dulce, Treinta aniversario, Paso de Cuba, Mabujabo, Joa… hasta allí llevamos los textos y frente a una bodega o en el hogar de algún residente colocamos un estante, con mesa y sillas y nos ponemos a leer y a compartir.
“Igual contamos con buroes de préstamo en la Casa de Cultura, la Dirección municipal de Cultura y la sede de la Asociación Hermanos Saíz que cumplen la misión de albergar hasta 30 textos que se rotan mensualmente, según los intereses de las instituciones y los trabajadores.
“Además, -añade la especialista- están las salas de lectura, tres hasta ahora, que permiten trasladar la literatura a sitios como los establecimientos penitenciarios. En Paso de Cuba contamos con la sala María Court In Memorian, con cuatro años de fundada en homenaje a esa gran intelectual que creó allí el espacio fijo Cultores de Esperanza.
“Hay salas de lectura, igualmente, en el hogar de ancianos, y la Casa de los abuelos, un sector de la sociedad que debemos cuidar y proteger desde la cultura para contribuir a esa vejez sana y activa que tanto necesitan”.
Noelvis Pérez Morales, directora de la Raúl Gómez García.
De ahí viene el reconocimiento y respeto merecido por ese colectivo vanguardia en Baracoa, así lo resalta Maricel Reyes Pérez, directora radial, “ellos asumen con tal sentido de pertenencia el amor por la lectura que incluso le llevan libros a personas encamadas y con ciertas vulnerabilidades, para ayudarles a lidiar con su situación desde la transformación espiritual.
“Pero también tienen 11 espacios fijos: para niños y jóvenes, de encuentro con la historia, una peña de artes y letras… prácticamente se pasan la semana entera en activo. Se unen a los promotores culturales, a los instructores de arte, a las instituciones culturales… Creo que hoy leemos más y mejor (novelas, poesías, investigación histórica) gracias al empeño de nuestra biblioteca”.
Lo cierto es que no hay obstáculos imposibles de sortear para quienes laboran en la Raúl Gómez García, así lo demostraron en tiempos de COVID-19, cuando a través de las ventanas, casa por casa, mediante llamadas telefónicas e incluso por las redes sociales mantuvieron la promoción de la lectura.
También en esa etapa florecieron proyectos importantes, beneficiados incluso por colaboración internacional desde Italia. Mujeres por la vida es de esas iniciativas interesantes en los que se afana hoy la biblioteca con tejedoras, bordadoras, artesanas… que tienen tres hijos, pero se unen ahora para intercambiar, trabajar y sustentarse de un taller con varias máquinas de tejer como iniciativa de desarrollo local.
El tesoro acumulado por años
En este largo periodo de promoción, colección y salvaguarda de lo mejor de la literatura cubana, desde la primera Villa fundada en la Mayor de las Antillas la biblioteca Rául Gómez García ha logrado compilar un número importante de ejemplares que son tesoros para los lectores.
Cuentan con enciclopedias en español y en inglés, tanto en la sala de arte y literatura como en la general, una excelente compilación de la obra martiana: cuadernos, poemarios y otros escritos del Apóstol, así como creaciones de otros autores que han abordado la figura de José Martí.
Trabajadores de la entidad, en plena pandemia, se dedicaron a recuperar y encuadernar valiosas obras.
“Allí es posible encontrar colecciones interesantes para niños y jóvenes, las reflexiones del Comandante en Jefe Fidel Castro, materiales para débiles visuales, y la mayor colección de libros de Baracoa, de autores locales y foráneos. Aparecen obras de Alejandro Hartman, María Court, Fidel Aguirre, José Ángel Turro, Miguel Ángel Castro, Enrique Floirian, Javier Lavaceno... que hablan de arquitectura, cultura, arte culinario tradicional, artesanía…
“Estas últimas propuestas son muy útiles para nuestro terruño -apunta la lectora Gladys Quintana Centeno- porque refuerzan el conocimiento y sentido de pertenencia del baracoense, algo tan necesario en los tiempos actuales en los que la lucha por la preservación de la identidad constituye la más grande batalla de los pueblos, y la biblioteca asume esa tarea como algo primordial, por eso, deviene bastión fundamental de la cultura en este lado del Archipiélago”.