Alfredo muestra una col de su cosecha, vegetal rico en vitaminas A, B, K, magnesio, potasio y fósforo. El boniato, otra de sus principales producciones, se distingue por su aporte de vitaminas E y C y, como aquella, por sus propiedades antioxidantes.
El campesino Alfredo Ruiz Trejo, de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Ángel Bouza Calvo, en el municipio de Manuel Tames, es ejemplo a imitar en la producción alimentaria.
Aunque estudió la carrera de Veterinaria es un infatigable usufructuario que saca provecho al máximo a las 13 hectáreas (ha) que tiene su finca. En esas tierras, heredadas de su padre hace ya 25 años, pone todo su empeño en cultivarlas y, al momento de la visita, cosechaba sus coles, de las que pretende aportar unas 10 toneladas para la venta a la población.
Son ocho hectáreas dedicadas a los cultivos varios, con acento en la col (Brassica oleracea) y el boniato (Ipomoea batatas), mientras el resto ya las tiene listas para sembrar yuca (Manihot esculenta), y aumentar la superficie sembrada de boniato.
“El que trabaja la tierra debe ser persistente, pues todas las cosechas no resultan como uno aspira, sin embargo, hay que aplicar tecnologías más eficaces, aprovechar los conocimientos y adelantos de la ciencia y la técnica…, y ponerle corazón a la tarea”, asevera.
Apunta que utiliza productos biológicos para combatir plagas y enfermedades que abundan y atentan contra los rendimientos.
“Con el adecuado manejo de esas técnicas y el uso eficiente del riego con el agua proveniente de un arroyo que pasa a un costado de la finca garantizamos alimentos sanos, sin productos tóxicos que, dañan la salud”, precisa.
Mostrando una col de considerable tamaño dejó claro sus resultados agrarios sin empleo de químicos para fertilizar el suelo.
Alfredo, ampliamente reconocido por su trabajo, asegura que está consciente de lo que representa el aporte de cada campesino para la economía del país e impulso de la soberanía alimentaria.
Amparado en su experiencia personal recalca que el suelo es la base del cultivo y, de su calidad y buen estado dependen los rendimientos y volúmenes productivos de cualquier área agrícola.
En un futuro próximo el propósito es multiplicar esos rendimientos y avanzar en otros renglones como los frutales.
“En todos los tiempos hay que observar las buenas prácticas agrarias, estudiar mucho para mejorar. Utilizar las maquinarias para el desmonte y la roturación de tierras es tan importante como incrementar las áreas cultivables, todo lo cual se traduce en más alimentos”, agrega.
Las experiencias de Alfredo deberían ser replicadas por otros cooperativistas para lograr sostenibilidad en la producción de alimentos en armonía con el medio ambiente, recurriendo a métodos tradicionales de cultivo, con el empleo de la ciencia y la técnica, para paliar la escasez de fertilizantes y productos químicos.
“Producir alimentos en el campo es tarea dura, requiere tiempo, recursos y dedicación, de la que debemos disponer todos los días para dar el extra”, concluye.