La demolición de la vía socavada, hasta donde encuentren el firme, es la única solución al problema.“Ahí, en cualquier momento, ocurre una desgracia, eso está hueco y ya se ven las grietas en la calle…, y los vecinos además pusimos ramas, el cubo y el trapo rojo, y advertimos…, pero los carros siguen pasando”.
Habla Yaquelín Tamayo, vecina de Beneficencia entre 16 y 17 Norte, en la ciudad de Guantánamo. Me vio detenerme, preguntar, hacer fotos. Y contó, me llevó hasta la zanja, quitó maleza para dejar ver la dimensión real de sus miedos.
“Se cayó la acera, y esa esquina -y apunta hacia el cuadrado en el que 17 Norte desemboca en Beneficencia- está en el aire y, lo peor, es que por aquí pasan todos los camiones pesados de carga que no pueden transitar por 13 Norte”.
Si uno quisiera, precisa Olidia Caridad Batista Michel, “pudiera ir caminando por debajo de la calle por toda la esquina. Y no viene de ahora, hace años se cae a pedazos, porque cuando llueve la zanja se hace un río y lo arrastra todo; hasta la gente que vivía más cerca tuvo que irse.
“El último derrumbe, apunta Yaquelín, sucedió el viernes pasado. Casi eran las 4:00 de la tarde cuando sintió el estruendo y los gritos del nieto, pobrecito, iba pasando por ahí y cuando ocurrió el desplome vino dando gritos, con los ojos así de grandes y diciéndome que no me quería ver más por todo eso”.
Encuentro la historia el martes, casi al mediodía. En la calle, ante la falta de una señalización oficial que advierta del peligro, no todos los autos “cogen la seña”, y siguen pasando. Desde que estoy en el sitio, cuento un camión cargado de jóvenes, un carro triple semivacío, varios autos más ligeros, motos…
Yaquelín, y cuanto vecino ronda la zona a esas horas, no hace más que llevarse las manos a la cabeza. Lo otro que podían hacer, advertir a entidades políticas y administrativas, ya lo hicieron y solo les queda esperar.
Yaquelín Tamayo, con 52 años en el barrio, vio cuando pusieron los cajones, y se fueron sin fijarlos, “así que algunos se los robaron para tanques, otros se fueron zanja abajo y unos pocos quedan a la vista o están enterrados bajo el fango”.
Responsabilidades
Ramón Savón Cajigal, delegado de la Circunscripción 27, desde hace 14 años, y vecino de Beneficencia entre 15 y 16 Norte, se enteró del derrumbe el domingo por la tarde, pero en realidad no fue una sorpresa.
El peligro del tramo, de hecho, es uno de los planteamientos históricos, uno que ha empeorado con los años y es, a su juicio, “un peligro para todo el mundo, para los vecinos, y cualquiera que pase pues, al ser una vía por donde entra y sale la carga a la provincia podría ocurrir un accidente de gran magnitud”.
“El problema de Beneficencia y 17 Norte viene de años atrás, sobre todo en tiempos de lluvias”, asegura el delegado.
Asegura que “lo sabe todo el mundo, pero hasta ahora no se ha hecho nada efectivo. Hace unos años vino una empresa y colocó unos tubos para entubar la zanja hasta el río y eliminar la fetidez, pues por ahí bajan las aguas albañales del Caribe Alto, pero no llegaron a instalarlos”.
Así que el lunes, bien temprano, empezó a llamar a sus superiores, y a las entidades que, cree, están involucradas. A su juicio, el tema corresponde a Vialidad y Tránsito.
Pregunto por respuestas y acciones, pero Savón Cajigal no recuerda que se haya hecho mucho, tampoco ejerció su derecho de ser recibido en las entidades implicadas. “No respondieron al planteamiento, aunque a una rendición de cuenta asistió Vialidad; trajimos a los diputados hace un par de legislaturas, y vino la empresa que le comenté, pero nada se arregla…
“Hoy, por ejemplo, acudieron de Acueducto, Servicios Comunales, un agente de la motorizada…, pero desde las 7:00 de la mañana estoy llamando a Tránsito para que cierren la vía y son las 11:00 am y no vienen”, sentencia.
Vialidad y Tránsito, la supuesta responsable, no lo es según la Ley 109 del Código de Seguridad Vial, que determina que las vías urbanas pertenecen al Consejo de la Administración Municipal del Poder Popular.
Le “toca”, básicamente, a Servicios Comunales y, por eso, el martes temprano el Gobierno municipal movilizó a Roberto Montañez Croublet, jefe del Departamento de Inversiones, quien realizó una evaluación de la situación.
“La vía está socavada, no tiene asentamiento y, por tanto, es preciso demolerla, buscar una solución para la zanja, con cajones u otra obra de fábrica, y luego rehacer la calle. No es una solución rápida y no está en el plan, pero habrá que buscar una alternativa emergente”, precisa.
Sigue el tránsito peatonal (incluidos niños) y se detuvo el vehicular…
Igual, porque hay una zanja con residuos urbanos de por medio, contactamos con Raúl Sayú Pons, director municipal de Acueducto y Alcantarillado, quien asevera que los desagües en pasos de calle corresponden, también, a Comunales.
“Lo que sí nos toca es la acometida de ¾ de pulgadas que dejó sin agua a parte del barrio. No podemos corregirlo, porque el sitio es inseguro y, además, cuando entren a arreglar volverían a afectarla, así que buscamos una solución por medio de la acometida de otra vivienda, provisionalmente”.
A la hora que hablo con los funcionarios, ya Tránsito cerró el vial con barreras y señales, y es algo, pero para el delegado, solo una pizca de sus demandas, que son las del pueblo.
Mientras, la gente sigue pasando, parándose en donde parece que no pasa nada, porque la calle sigue en pie, por obra de algún milagro y solo hasta que caiga por su propio peso o, por lo menos, así esperamos que sea.