Miguel Bertrán (2019), en un área próxima a la Sierra de Canasta.Desde el golpe militar del 10 de marzo de 1952, asestado por el general Fulgencio Batista, un numeroso grupo de guantanameros se propusieron luchar para derrotar la tiranía y realizar cambios significativos en la penosa situación económica, política y social que vivía la nación cubana.
La Delegación 11 de los Ferrocarriles de Guantánamo, donde laboraban jóvenes como Julio Camacho Aguilera, Octavio Lowuit, Antonio Torres “Ñico” y Demetrio Montseny Villa, lideraba el movimiento; por su parte, el Instituto de Segunda Enseñanza donde estudiaban, entre otros, Enrique Soto, Manuel Morilla, Orlando Sánchez nucleó combativos estudiantes.
Alfredo Martínez Calderín y los hermanos Olivares Sánchez, del Partido Socialista Popular y el Partido Ortodoxo, respectivamente, figuraban entre los políticos dispuestos a luchar contra el sátrapa, en tanto, entre los hombres del campo se destacaba Miguel Bertrán Bertrán, quien había intentado un alzamiento en Guantánamo para apoyar a los asaltantes de la fortaleza del Moncada, en la mañana del 26 de julio de 1953.
A principios de ese año, Bertrán, quien vivía en Montesano, donde tenía una pequeña parcela de tierra y laboraba como chofer de camión comenzó a organizar, en unión de José Prieto Tito, un grupo armado. Captó a más de 20 jóvenes de la ciudad de Guantánamo, Montesano y de la zona de Camarones, y conformó un grupo que realizaba prácticas de tiro con fusiles calibres 22 y 16. Todos aportaron dinero para comprar unas pocas armas y parque, y mantuvieron contacto con grupos opuestos a la dictadura y, en particular, con dirigentes ortodoxos.
Como expresa el investigador Luis Figueras “las tradiciones revolucionarias y combativas existentes en la zona de Montesano fueron el entorno sociopolítico favorable para que un grupo de jóvenes, liderados por Bertrán, se decidieran a combatir con las armas a la camarilla golpista que había usurpado el poder en Cuba”.
Con el propósito de conocer las defensas internas del cuartel del Escuadrón No. 16 de la Guardia Rural (Guantánamo), Bertrán solicitó a un oficial de la dictadura, que le facilitara el estiércol que se encontraba depositado en la caballeriza del reducto militar, con el pretexto de fomentar una hortaliza en su finca. De esa manera comenzó a visitar y estudiar la instalación castrense. Ya contando con informaciones, junto a José Prieto, empezó a elaborar un plan con el objetivo de tomar el cuartel.
En la mañana del 26 de julio de 1953, el joven Irán Pagés le informó a Bertrán que los militares habían reforzado la vigilancia en el cuartel, lo que indicaba que algo importante estaba sucediendo en el país. Horas después, a través de una emisora de radio, escuchó la información del ataque al cuartel Moncada, del fracaso de la acción y de que varios de los asaltantes se dirigían a la Gran Piedra.
Bertrán nunca había oído el nombre de Fidel Castro, no obstante, cuando escuchó la noticia, decidido y solidario se propuso alzarse con sus hombres y apoyar a los jóvenes desconocidos que combatían a la tiranía.
Como parte del plan que decidió, resuelto, indicó a Raúl Daissón y Mario Montoya, residentes en Guantánamo, que comenzaran la movilización de los comprometidos, para alzarse en la Sierra de Canasta. El traslado del personal se realizó en el camión que manejaba el propio Bertrán y el jeep conducido por José Marcheco.
Ya cayendo la tarde, después de explicarles la situación a los integrantes del grupo, incluyendo la idea de desplazarse para la Gran Piedra en apoyo a los moncadistas, organizaron un campamento en las estribaciones de la Sierra de Canasta, y Bertrán situó una emboscada en el Paso del Cañambú, del río Jaibo, con el propósito de combatir a los efectivos del ejército que intentaran avanzar en esa dirección.
Una gran responsabilidad asumía el líder del grupo: velar por la seguridad y la vida de los jóvenes. En la mañana del día 27, ante la falta de nuevas informaciones procedentes de Santiago de Cuba, Bertrán, junto a Marcheco, se trasladó a Guantánamo para contactar a dirigentes estudiantiles. En el campamento quedaron al frente del grupo Prieto y Mario Montoya Arias.
Ya en Guantánamo, guiado por Felipe Pardo, se entrevistó con Serafín Soto Caballero y Miguel Rodríguez, momento en que son detenidos por efectivos del ejército y Silverio del Prado conducido al cuartel. Pardo logra escapar e informa a los concentrados en la Sierra de Canasta, que valoran la difícil situación y deciden esconder las armas y desmovilizarse, para cuando las condiciones lo permitieran, empuñarlas y reiniciar la lucha armada.
De ese grupo de jóvenes, entre ellos, Bertrán, los hermanos Herrera Tito, Zulueta Pozo y Serafín Soto crearían a partir del 30 de noviembre de 1956, el grupo guerrillero de la Sierra de Canasta, primera guerrilla del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, que operó en el Alto Oriente, dirigido por Luis Herrera Tito “Wicho”, unidad combativa que se incorporó en abril de 1958 al Segundo Frente Frank País.
Fuentes:
-Miguel Bertrán Bertrán: Memorias de sangre y fuego. Editorial El Mar y la Montaña, 2009.
-Síntesis histórica municipal Guantánamo, Editora Historia, La Habana, 2011. Capítulo sobre la Etapa 1952-1958, escrito por Luis Figueras Pérez.
-Entrevista concedida al autor, por Miguel Bertrán Bertrán.