Caridad del Carmen Pileta Bles, simplemente Cary, lleva en las venas esa rara sustancia que convierte el gusto, la convicción, la mirada crítica, el amor… en activismo puro y pasional -porque no puede ser de otro modo- por los derechos de los animales.
Preside, desde su creación en marzo pasado, la organización de base de la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant), que “avanza”, “pero la mayoría del tiempo está muy sola”, a pesar de los mandatos del Decreto Ley No. 31 de Bienestar Animal.
Su sino, me dice y de alguna forma se adivina, es la insistencia.
¿Quiénes son Aniplant? ¿Cuál es su misión, qué cambio aspira a lograr?
Somos una asociación que busca el bienestar de los animales y las plantas, una cultura animalista así de forma general, pero con acciones y metas concretas, contra el maltrato, el abandono; por el respeto a los seres vivos, su salud, su bienestar.
Hoy somos 35 miembros en el municipio de Guantánamo, aunque la idea es extendernos a toda la provincia. La mayoría venimos de Bienestar Animal Cuba (BAC), un grupo de voluntarios que ante el Decreto Ley de Bienestar Animal decidimos integrarnos a Aniplant, que tiene personalidad jurídica y, por tanto, más alcance y más apoyo de las instituciones, esto último entre comillas.
¿Y las comillas?
Hay mucho apoyo que deberíamos tener y no acaba de llegar, en primer lugar, de la Agricultura que es nuestro principal órgano de relación, el rector del Decreto Ley No. 31, y tiene bajo su mando los veterinarios, los Cuerpos de inspección con capacidad para aplicar decretos...
No tenemos un local donde podamos sesionar; tampoco una clínica, acceso a medicamentos ni apoyo institucional para mejorar el centro de acogida temporal o refugio que, hace alrededor de cuatro años, funciona en el barrio de Montgomery, en el terreno donado por un particular y levantado con nuestros esfuerzos.
Si funcionamos es porque cotizamos fuerte, y tenemos mucha gente que nos ayuda, antiguos miembros de BAC que hoy trabajan en el extranjero, y personas de buena voluntad en general.
¿Cuáles son los principales problemas identificados por ustedes en cuanto al bienestar de animales y plantas en Guantánamo?
En cuanto a las plantas, nos afecta la poda indiscriminada de árboles en zonas urbanas, sobre todo, la realizada por la Empresa Eléctrica, y también la tala, como el caso de la ceiba de La Avenida, que todavía conmueve a muchos citadinos.
Por otra parte, hay maltrato animal, abandono, porque no hay perros callejeros, sino perros abandonados por las personas; peleas entre canes, sacrificio de gatos...
Nos preocupa mucho el maltrato a los caballos que se usan para el transporte público, la falta de condiciones para su descanso y recuperación en las piqueras, la sobreexplotación; como asociación y como sociedad, porque cada día son más las personas que se quejan.
Hay, además, un sentimiento generalizado en todo el país sobre el monto ínfimo de las multas que se aplican a los violadores. Es un tema que se está revisando.
Como animalistas, ¿están en contra de los coches?
Para nada. Ni contra los cocheros, porque uno habla de manera genérica, pero el cochero no necesariamente maltrata a su animal, uno ve a muchos que los cuidan, los protegen…, generalmente cuando son los dueños.
Solo buscamos que se cuide al animal. Los caballos, por ejemplo, deben ser revisados y tener un carné de salud para certificar su aptitud para trabajar, pero basta con mirar para darse cuenta de la cantidad de equinos desnutridos y enfermos en las carriolas; en parte, porque también hay muchos ilegales.
Las carriolas, y esto corresponde a Transporte, andan en la calle con 10, 12 pasajeros, cuando deberían ser ocho, y no siempre tienen las condiciones técnicas para transitar, y eso va contra el animal.
En las piqueras, y más en tiempos de calor, no hay sombra, ni condiciones para que el caballo tome agua o descanse entre viajes. Yo tengo una cerca, y veo cómo llegan, y no termina de bajarse el último pasajero cuando empiezan a cargar de nuevo.
Después, el caballo se cansa, le empiezan a dar latigazos, y se desploma o se descontrola en la calle…
¿Se están procesando las denuncias que llegan? ¿Qué debe hacer una persona si cree que un animal está siendo maltratado?
Hemos recibido muchas quejas y denuncias, pero no hemos procesado más de cinco relacionadas con abuso a gatos y perros. ¿Por qué? A veces faltan pruebas, como en casos de personas que matan gatos, pero también porque falla el acompañamiento de un inspector.
La Policía, en ese sentido, es un gran aliado, porque nos reconoce, ayuda a citar a las personas y provee un ambiente para evitar violencia contra el denunciante, pero no tiene potestad para aplicar multas. Para eso necesitamos un inspector que trabaje con nosotros.
Se aplica también la profilaxis. Ante una demanda, nos acercamos al maltratador, advertimos, concientizamos…, y da resultados.
Para denunciar, muchas personas acuden a nosotros, pero también pueden ir directamente a la Agricultura, o a la Policía, y también a Aniplant Gtmo en Facebook.
¿Qué se considera maltrato? ¿Cómo reconocerlo?
Todo lo que dañe su bienestar, su salud y les cause sufrimiento; el maltrato físico, el no cubrir sus necesidades básicas ni sus enfermedades. Los animales requieren agua, alimento y un espacio vital.
No es solo darle un golpe. Es gritarle, es no protegerlo de la intemperie, crearle estrés, abandonarlo cuando es más fácil contactar con nosotros, gestionarle otra familia a esa mascota. La ley es clara.
Creo que, en ese sentido, BAC Guantánamo sentó un trabajo que hemos continuado, de sensibilizar a las personas, educarlas…
¿Cómo lidia Aniplant con la gran cantidad de perros abandonados por personas que se marchan del país?
Cuando nos contactan, recogemos al perro y, si se puede, lo reubicamos en otra familia, pero realmente son muchos los abandonos. Esos peludos, por lo general, se quedan merodeando cerca de sus casas, los alimentamos con apoyo de vecinos, porque no tenemos condiciones suficientes en el refugio.
Es muy compleja la situación, sobre todo, porque no hay un servicio estatal para esterilizar a las mascotas
Así es. Nosotros, cuando rescatamos a una perrita, la esterilizamos con nuestros recursos, con veterinarios amigos que nos ayudan, casi siempre de forma gratuita…, porque existe una clínica estatal a la que hay que llevar hasta el algodón.
Aspiramos a tener una nuestra. Y también, por medio de Aniplant nacional gestionamos que Labiofam nos provea de medicamentos que, ahora mismo, tenemos que comprar casi siempre a sobreprecio para mantener a las mascotas que llegan al refugio.
Los comienzos siempre son difíciles. Mirando en perspectiva ¿Qué han logrado? ¿Qué les falta?
Existimos, rescatamos, intervenimos. Hemos sacado de las calles a más de 70 perritos y dado en adopción a unos 20. A los que no podemos recoger, los alimentamos, ayudamos.
La gente nos reconoce, nos llama. Tenemos a Jiorbis, Owen y Yury que curan a los perritos que rescatamos, les operan tumores, esterilizan. Tenemos muchas personas que responden cuando pedimos un hogar temporal, medicamentos…
Nos falta apoyo institucional. Somos, pero con mayor sensibilidad y ayuda podemos hacerlo mejor.