Eric Ángelo Ravelo Lobaina, amante del ajedrez.El ajedrez para Eric Ángelo Ravelo Lobaina es un deporte espléndido, ama sentirse sorprendido por los secretos que tiene y por su impacto positivo en la capacidad de concentración, así como en la disciplina.
Eric tiene once años, asegura sentirse apasionado frente a un tablero de ajedrez y a las piezas que lo componen. Su pasión le ha permitido conducirse con éxito por ese universo emocionante. Atesora varios éxitos, entre ellos una medalla de oro en el XXX Torneo Internacional Guillermo García, en el apartado sub 12, su más reciente logro.
En ese evento, efectuado en Santa Clara, Ravelo Lobaina acumuló 6,5 puntos, de forma invicta (seis victorias y un empate) y se convirtió en el primer guantanamero de la categoría en titularse en esas lides.
Confiesa que, de cada desafío, le gusta analizarlo, conocer a sus rivales y crear una gran amistad. Acostumbra a adoptar una postura adecuada, concentrarse y desviar la atención de todo lo que acontece a su alrededor, esa es su clave para el triunfo.
Cuenta el niño Ravelo que un día descargando aplicaciones de internet encontró una de ajedrez y tras aprender el movimiento de las piezas comenzó a adentrarse en ese mundo. Poco tiempo después comenzó la práctica oficial de la especialidad en la escuela primaria Vietnam Heroico, con los profesores Nolvis Marzo, Jorge Argüelles y Henry Osoria.
Ese deporte le ha ayudado a elevar su preparación psicológica para enfrentar las situaciones de la vida a su corta edad, a ser más apasionado por el estudio y más sacrificado, explicó el mejor deportista masculino guantanamero de la categoría pioneril en su disciplina, durante el año 2022.
Eric junto a sus padres Fidel y Alianne en el Torneo Nacional de Ajedrez donde se alzó con el título.
En el Torneo Internacional buscando un Capablanca, efectuado paralelo al Memorial Capablanca, en el capitalino Pabellón Cuba en mayo de este año, Ángelo culminó en la quinta posición de la categoría sub 12 años con 6 puntos y medio, de un total de 250 participantes cubanos y de cinco países de América Latina, en las categorías comprendidas desde sub- 8 hasta sub-16 años.
“Allí me sentí muy bien, también constituyó una prueba para ver cómo voy mejorando cada año. A medida que iba subiendo de rango me tocaban mejores jugadores y eso me obligaba a dar todo de mí”.
El pequeño trebejista se visualiza en el futuro como un estudioso del deporte que practica y asistiendo a muchos torneos, es la vida que escogió y así lo afirma con certeza.
Reconoce que sus padres siempre han exigido más de él, aconsejándole, y nunca lo han dejado solo.
Su progenitor, Fidel Alejandro Ravelo Gil, cuenta que “al principio no le hicimos mucho caso, pensábamos que lo hacía por diversión, sin embargo, cuando comenzó a asistir a competencias y a obtener resultados relevantes nos dimos cuenta que la cosa iba tomando seriedad”.
“Eric participó en un torneo sub 7-8 años donde quedó invicto, nos aseguramos de que le gustaba, tenía talento y era momento de apoyarlo" agregó su padre, quien también es amante y fue practicante activo del deporte ciencia.
Cuenta además que al llegar la COVID-19, su primogénito se mantuvo todo el tiempo entrenando en casa, por internet, y gracias a eso fue adquiriendo mayores conocimientos de forma autodidacta. “El primer entrenador, Marzo, nos lo decía, que tenía habilidades, decidimos apoyar su práctica y gracias a ello y a su dedicación ha mejorado mucho.
“Ha asistido también a dos Capablanca, dos Guillermo García, a dos Nacionales Pioneriles y va en ascenso. Empezó ubicándose en los primeros 20 lugares y este año ganó el Guillermo Barreto, fue medalla de plata en el nacional juvenil y bueno, va mejorando, hay mucho trabajo por delante", relata Fidel Alejandro con conocimiento de causa, porque sigue los pasos de su hijo como propios, en compañía de su esposa Alianne Lobaina Frómeta, madre de Ángelo.
Aún en tiempos de descanso Eric entrena tres veces por semana para mantener el ritmo, con miras a los próximos eventos que se avecinan. En Rodas, municipio de Cienfuegos, será el próximo desafío de Eric Ángelo, pero las dificultades con el transporte pueden impedir su participación en el mismo.
La mamá, Alianne, asegura que no fue un niño intranquilo, pero sí muy ávido de conocimiento. "Desde pequeño todo lo preguntaba, era muy curioso".
Ella, al igual que Fidel, vive mucha tensión porque en el momento de cada partida deben estar alejados de su hijo y no conocen cómo se va desarrollando el juego. “Es muy serio, no sonríe, sobre todo cuando está concentrado. Al inicio nos poníamos muy tensos, imagínate, algunos niños salían llorando, pero ya nos adaptamos y se disfruta verlo competir. Le damos más confianza”.
Antes de terminar, nuestro protagonista se confesó muy agradecido con sus entrenadores por el apoyo que le han dado, por los recursos y libros que le han regalado, por enseñarle los conocimientos básicos, alentarle a participar en cuanta competencia pudiera asistir y, a pesar de no seguir entrenando juntos, mantiene el vínculo con ellos.