La continuidad de las inversiones hidráulicas ha sido posible, también, gracias a la prioridad que nos ha dado el país ante las afectaciones por la sequía, asegura Delgado Guzmán.
No hay día tranquilo para los más de dos mil 500 trabajadores del sistema de Recursos Hidráulicos de Guantánamo, ni meta totalmente ganada: a una inversión millonaria y urgente le seguirá otra con iguales características, y lo mismo se monitorea la sequía que se vigila y previene ante intensas lluvias.
Nada, o casi nada, les es ajeno. La satisfacción más básica de la población -la alegría del agua al girar de un grifo o la tranquilidad de tenerla cerca-, y los planes de desarrollo económico más complejos…, y Edilso Delgado Guzmán, delegado de Recursos Hidráulicos (INRH) en Guantánamo, lo tiene claro.
Sobre inversiones, estrategias a largo plazo, cumplimientos y deudas, conversó con Venceremos…
Delegado, este ha sido un año complejo en el que, no obstante, Recursos Hidráulicos ha dado continuidad a sus principales obras y proyecta otras, no menos ambiciosas…
Se nos destinaron 108 millones de pesos, de los cuales el 90 por ciento se asignó a obras para garantizar el abasto de agua a la población en municipios como Manuel Tames, Maisí, Caimanera, Guantánamo…, los más afectados por la sequía.
Hoy, ejecutamos el 92 por ciento de lo proyectado para inversiones -sobre todo ante la urgencia de la sequía, que se ensañó varios meses hasta los “alivios” de mayo- y casi un 60 por ciento de los mantenimientos; y, en general, se cumple el planeamiento hidráulico para el decenio 2020-2030.
¿Cuáles son las inversiones más importantes del periodo?
Las obras más significativas se concentraron en Manuel Tames, donde cada año alrededor de ocho mil personas sufren los efectos de la sequía durante largos periodos, y Maisí, que al día de hoy es el municipio más complicado, pues se agotaron, total o parcialmente, las fuentes de 12 de sus 16 acueductos.
En Tames, se terminó la conductora de 10 kilómetros desde El Corojo hasta el tanque de Caña Victoria, tenemos las dos bombas y solo quedan por instalar en las estaciones las pizarras eléctricas y los bancos de transformadores.
Se estima que, para septiembre, ya esté en funcionamiento esta obra que es la solución definitiva del agua para el poblado de Tames, pero que también llevará el líquido a ocho comunidades que hoy la reciben en pipas regularmente, y en un segundo momento, también beneficiará a Héctor Infante.
Se han colocado ocho de los 15 kilómetros de una conductora que trasegará el agua desde el Río Cadena, por gravedad, hasta el asentamiento de Honduras y la parte alta de Jamaica.
En Maisí, por su parte, terminamos un acueducto a partir de un pozo en Río Seco, Boca de Jauco, que eliminó alrededor de 50 viajes de pipa al mes; y una conductora de 8 kilómetros desde Los Ranchos a Sabana, que cuando mejore el estado de esa fuente, dará mejor servicio.
También, concluimos un pequeño acueducto por gravedad en la comunidad del Guárano, en el Consejo Popular de Cantillo, que benefició a 24 viviendas, alrededor de 160 pobladores.
Se trabaja, en el municipio más oriental de Cuba, en una conductora desde Arroyón a La Prieta y Chafarina, a tres kilómetros de su destino, en la interconexión entre Vega y el Alto del Choly; y en la solución del agua para otro asentamiento de Boca de Jauco, a partir de un pozo.
Mientras todo eso se ejecuta, tenemos una tropa de 25 carros cisterna de Guantánamo y de otras provincias como Holguín y Sancti Spíritus, como promedio, tirando agua a la población con el apoyo de puestos de mando liderados por directivos del territorio para evitar ilegalidades y llegar a los sitios más necesitados y a las personas más vulnerables.
En Caimanera, se trabaja en la solución definitiva del abasto a Hatibonico, con la combinación de una tubería de 15 kilómetros -ya colocada- que traerá el agua desde Cayamo, y requiere dos estaciones de bombeo, en ejecución, y un pozo de 5 litros por segundo que debe empezar a dar servicio a más corto plazo; y la rehabilitación de la conductora de Boquerón.
Y, por supuesto, está Guantánamo…
Guantánamo, sin que sea una obra totalmente terminada, pues faltan las bombas, ya recibe los beneficios de la conductora Jaibo-Bano, que aporta 200 litros por segundo a la parte alta del reparto Caribe (Hospital General, Vocacional, Ciencias Médicas) y los edificios.
Eso, nos ha permitido balancear un poco las entregas de Jaibo y Faustino Pérez, y reducir los ciclos de entrega en la ciudad, aunque vale aclarar que no a los niveles de otros tiempos, pues debemos preservar los recursos que tenemos.
¿Cómo se encuentran nuestros embalses en estos momentos?
La provincia almacena poco más del 43 por ciento de la capacidad de sus principales embalses, una cifra inferior en comparación con el año pasado, pero un poco más de lo que teníamos meses atrás. Faustino Pérez es la de mejor situación, a un 90,34 por ciento.
Tenemos afectaciones en 24 fuentes, de ellas 18 agotadas de manera total, y en total más de 20 mil 300 personas afectadas por sequía sobre todo en El Salvador, Maisí, San Antonio del Sur y Baracoa.
El sistema, además, entrega agua en carros cisterna a más de 40 mil personas que viven en unas 200 comunidades sin redes hidráulicas, que requieren alrededor de 100 viajes al día, una cifra que hoy se duplica por la sequía.
Sin embargo, el agua se sigue desperdiciando…
A golpe de inversiones, con los años reducimos las pérdidas en las grandes conductoras. Hoy, los verdaderos problemas están en las redes internas.
El 80 por ciento de las viviendas tienen algún salidero, y eso es significativo. También nos pasa en el sector estatal, y tiene que ver con la conciencia porque sí, un día puede ir un inspector, pero no es la solución.
¿Cuáles son, a estas alturas, las proyecciones fundamentales?
Tenemos, para el último trimestre, el inicio de la conductora que implica también la solución definitiva para el Valle de Caujerí desde Los Asientos: un proyecto de 42 kilómetros de tuberías, estación de bombeo y tanque distribuidor, de 40 millones de pesos que beneficiará a 8 mil personas.
Es muy importante el programa de cambio de matriz energética que se acomete en todo el país y para nosotros implicará la instalación de 32 bombas alimentadas con paneles solares de entre uno y cinco quilos, pequeñas, pero que juntas implicarán un ahorro superior a los 950 megawatts hora al año.
Acciones que aportan a la meta mayor de los hidráulicos: garantizar agua de calidad, y en ciclos más cortos, a la población y la economía.