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SerranoOrlando Serrano Rodríguez se declara alumno permanente de Fidel y agradecido de los logros y la participación personal en la obra revolucionaria en Guantánamo, el resto del país y a favor de la liberación de los pueblos.

Orlando Serrano Rodríguez recién regresa a su hogar desde el policlínico donde se le practicó una prueba por una leve, aunque molesta lesión, en un dedo del pie izquierdo, me muestra, sonriente, un pomo con el remedio de infusión de árnica aportado entre familiares y amistades.

 

A la vez, amable, me señala que he llegado con retraso a la entrevista previamente pactada, y me presenta, afable, a la vecina y secretaria del núcleo del Partido de jubilados en su barrio, con quien coopera en la recogida de pomos desechados para medicamentos. "Siempre llegué antes a todas las reuniones".

 

A sus 83 años aporta datos y criterios con sencillez, precisión y seguridad. Nació y creció en Realengo 18, de familia obrera y campesina, de afiliación comunista previa al triunfo de la Revolución. "Fui militante de la organización juvenil y tengo la condición de fundador del Partido y miembro del primer Comité municipal".

 

En la Revolución se considera alumno de Fidel. Fue mi maestro y líder, en sus enseñanzas de seriedad y honradez, responsabilidad y consagración. Por eso lo seguíamos y lo seguimos.

 

Yo era joven y del campo, y ocupé cargos de dirección en tareas de la agricultura, en diferentes niveles, momentos y lugares, en Guantánamo y Palma Soriano, incluso, jefe de mecanización cañera de los 40 centrales azucareros existentes en la entonces provincia de Oriente. Sin mudarme nunca de Guantánamo.

 

No nos preparamos para pedir

 

El 19 de junio de 1972 yo era Delegado de la Agricultura en la región de Guantánamo. Fui convocado a una reunión con Fidel, en San Andrés, casa de visita del Partido, a la entrada del actual municipio de Niceto Pérez.

 

Informé los resultados en los indicadores del sector, como lo hicieron cada uno de los respectivos dirigentes locales del resto de la economía y la sociedad. Para mí fue, hace más de 50 años, la reunión más importante de Fidel en Guantánamo, porque de ella salieron las principales inversiones para el desarrollo de la región. Al final de los análisis él dijo que ya sabía la situación actual y, en aras de aprovechar el tiempo, preguntó qué creíamos necesitaba la región para su desarrollo. A todos nos cogió en el aire. Reconoció que nos habíamos preparado para informar, no para pedir.

 

Entonces dijo que él había traído por escrito algunas ideas para consultarnos. Y leyó: un hospital de 800 camas, una presa de 120 millones de metros cúbicos en el río Jaibo, un poligráfico, una industria láctea, una escuela formadora de maestros, el completamiento de recursos para terminar una senda de la autopista entre la ciudad y Río Frío, lo mismo para la construcción que se hacía de la presa de La Yaya, y de las escuelas secundarias básicas en el campo (ESBEC) en la zona, y tres brigadas de bacheo de calles para la ciudad.

 

Todo eso la Revolución lo cumplió. Él chequeó la ejecución. Inauguró el Poligráfico Juan Marinello y el hospital general docente Doctor Agostinho Neto. Y ahí están todas esas obras de la Revolución como aporte al bien del país y de la actual provincia.

 

Debe recordarse que, en esa época, había disponibilidad de recursos materiales y financieros, pues existía una cooperación económica y comercial mutuamente beneficiosa con la Unión Soviética y el bloque de países socialistas.

 

Repito que no había habido una reunión de Fidel tan decisiva en el futuro de Guantánamo como aquella a la que tuve el privilegio de asistir. Y de participar luego en la ejecución de lo allí aprobado.

 

Fidel fue acompañado por dirigentes políticos y de Gobierno provinciales y del organismo conocido como Desarrollo Agropecuario del País (DAP) y otros sectores en la nación y Oriente. Tras concluir la reunión, hicimos un recorrido por la Ciudad Deportiva, calles guantanameras, y lo despedimos en la sede regional de Partido, en Paseo y Serafín Sánchez.

POLIG003Todas las obras aprobadas para el desarrollo de Guantánamo en la reunión con Fidel en junio de 1972, en San Andrés, fueron realizadas. La gráfica muestra instantes de la inauguración del Poligráfico Juan Marinello.

Gratitud

 

En añadidura al testimonio de Serrano, este redactor advierte que Fidel, en la visión estratégica del desarrollo agropecuario del país, en meses previos, respecto al territorio, donde operaban entonces seis centrales azucareros, particularizó:

 

"Tenemos la zona de Guantánamo, donde nos sobran centrales, donde nos falta caña y nos falta tierra, donde los rendimientos de azúcar son muy altos y donde las sequías son graves; una importante área de producción de cítricos, una importante área de producción de vegetales; una zona con abundante población, incluso con disponibilidades de fuerza de trabajo inmediata, que puede ser empleada en la construcción de presas, en la construcción de sistemas de riego, en la construcción de secundarias y de otras edificaciones económicas y sociales. Las secundarias están en la categoría de obras económicas y sociales".

 

Así lo advertía el Líder de la Revolución, con previsión a aquella visita de hace más de medio siglo a la región, en la clausura de la primera Plenaria nacional del DAP, efectuada en el teatro de la CTC, en la capital del país, el 19 de marzo de 1972, y añadió:

 

"Allí se puede desarrollar un importante plan, primero, de regadío para las cañas, saturación de los centrales, desarrollo del cítrico, y aprovechando el microclima de Guantánamo y de Yateras y de toda esa zona, un importante plan de vegetales.

 

"Es decir, segunda región donde la construcción de presas nos proporciona un beneficio inmediato: Guantánamo". La primera es la cuenca del río Cauto.

 

Los investigadores guantanameros Noralis Palomo Díaz y Ramón Ortiz Matos, que han documentado las más de 25 visitas de Fidel al territorio más oriental de Cuba, entre los valores de aquella a la que trata el entrevistado, refieren:

 

"En el campo de la educación, la Revolución privilegió a todas las zonas posibles del país. El municipio de Niceto Pérez se convirtió en un fuerte polo y ello fue apreciado por el Comandante en Jefe en las visitas que realizara a las ESBEC Eduardo Saborit y Víctor Patsáyev, el 19 de junio de 1972 y en marzo de 1975, donde también realizó un recorrido por el Plan Citrícola de Vilorio".

 

Similar gratitud infinita por la obra de la Revolución aquí subraya el entrevistado Serrano, como parte del homenaje de los guantanameros al Líder Histórico, al conmemorar un nuevo aniversario de su natalicio, este 13 de agosto.