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PensiC3B3n de orfandad absolutaLos hombres y mujeres que han integrado los órganos de justicia, cumpliendo la honrosa misión de jueces lego, han hecho posible en cada momento de su labor que las decisiones judiciales se caractericen por mayor objetividad y transparencia de los casos que se juzgan.

 

Su origen se remonta en Cuba a épocas muy remontas durante la etapa colonial, solo que en aquel período accedían a este desempeño representantes de las elites del poder. No es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando en el contexto de nuestras gestas emancipadoras aparecen las primeras expresiones de esta práctica en los territorios liberados de la República en Armas, ejercidos por miembros del Ejército Libertador.

 

Después, en el transcurso de la lucha por la definitiva independencia, se impartió justicia por los miembros del Ejército Rebelde, que tampoco tenían, por lo general, formación como juristas, y se inspiraban en los principios de la lógica, lo justo y la verdad.

 

Las auténticas formas de participación popular en los tribunales se dan con el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, como resultado del desarrollo de una concepción y una práctica que vincula a nuestras luchas por la independencia y a la vocación profundamente democrática del ideario revolucionario cubano en nuestro sistema de administración de justicia.

 

Fue al Ministerio de Justicia a quien por encargo estatal correspondió en ese momento transformar las viejas y obsoletas estructuras judiciales hacia nuevos, revolucionarios y renovados conceptos de administración de justicia. La Constitución socialista del 24 de febrero de 1976, en su artículo 124, estipulaba que “para los actos de impartir justicia todos los tribunales funcionan de forma colegiada y en ellos participan con iguales de derechos y deberes, jueces profesionales y legos”, texto que se afianza y consolida en la actual carta magna en su artículo 152 en reconocimiento a su probada valía.

 

Con fecha 23 de agosto de 1999, el Consejo de Estado aprobó el Decreto ley número 195, que estableció el Reglamento para el proceso de selección y elección de jueces legos de los tribunales de justicia, dejando así instituido el procedimiento a seguir por las Comisiones de Candidaturas a todos los niveles integrada por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, las federaciones de Mujeres Cubanas y Estudiantil Universitaria y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, para transparentar el proceso que comienza con la elección democrática en asambleas de afiliados en la base mediante el voto directo y público de los asistentes, experiencia única en el mundo de participación del pueblo en el modelo democrático de administración de justicia .

 

Por imperio de la ley son cuatro los requisitos indispensables que deben reunir las personas propuestas para esta función: ser ciudadano cubano, tener como mínimo 21 años de edad, no pueden ser licenciados en Derecho (se apartan de su verdadera esencia) y la capacidad de actuar en nombre del pueblo, al cual representan, de ahí el carácter electivo de estos cargos, principio que es consustancial al juez profesional.

 

Desde el pasado 17 de julio y hasta el 28 de febrero de 2024, se desarrollara a lo largo y ancho de nuestro país este proceso por un período de cinco años, en el transcurso de los cuales se les llama al cumplimiento efectivo de la función un mes por cada año del mandado, según lo establece la ley.

 

Este 12 de octubre Cuba celebra el Día del Juez Lego, porque en esta fecha de 1962, Fidel se reúne con estudiantes y profesores de la Escuela de Ciencias Jurídicas de la Universidad de La Habana y les da la tarea de organizar de forma experimental tribunales populares en zonas rurales de la Sierra Maestra, Mayabeque y La Habana, como forma revolucionaria de participación del pueblo en las decisiones judiciales, 61 años después es meritorio distinguir y enaltecer a esos abnegados compañeros que desde disímiles funciones como obreros, campesinos, profesionales, amas de casas, jubilados o trabajadores por cuenta propia, contribuyen con sus conocimientos empíricos a la administración de justicia.

 

El próximo 23 de diciembre el sistema de tribunales del país arriba a sus 50 años de constituidos y los jueces legos han sido fuerza decisiva en el empeño de lograr una justicia cada vez más efectiva y transparente.

 

A los que han ejercido con probada vocación tan meritorio desempeño durante estos años, el merecido reconocimiento del pueblo que representan, por su apego e identificación con los intereses generales de la Revolución y los principios de justicia en que se inspiran.