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Esbelín Mendoza Velázquez contralora jefa en GuantánamoMendoza Velázquez: “La responsabilidad primera en el control interno es de las administraciones”.

A pocos días de que termine la XV Comprobación Nacional al Control Interno, Venceremos conversó con Esbelín Mendoza Velázquez, contralora jefa en Guantánamo, sobre esta acción de control que tiene, como objetivo fundamental, evaluar el fortalecimiento de la empresa estatal socialista.

 

Son, a no dudarlo, palabras mayores. Pero también mucho más. “Hablamos del cumplimiento del plan económico del año, con números, pero también de producciones físicas, de cuentas, de encadenamientos productivos… Cosas tangibles, que influyen en el día a día”, alerta a la primera.

 

Pero vamos por pasos…

 

¿Contralora, en qué momento está la Comprobación?

 

Iniciamos el 18 de octubre, con la etapa de exploración y planeación: un estudio previo para familiarizarnos con las 10 entidades que evaluamos, que incluye la revisión de la documentación que necesitamos acorde con nuestros objetivos, fundamental y complementarios, y la identificación de riesgos.

 

Diez días después, entramos en la fase de ejecución, la más significativa y en la que aún estamos. Lo que hacemos es profundizar en esos riesgos, e identificar los hallazgos, que es como se define lo que detectamos, y pueden ser positivos o negativos.

 

Es posible que, en el primer acercamiento, por ejemplo, detectáramos como riesgo una contabilización incorrecta o alguna falla de procedimiento, pero cuando revisamos mejor, es posible que esto se aclare o se convierta en un hallazgo negativo.

 

¿Marcha, entonces, según lo planificado?

 

Los tiempos se han ido cumpliendo, pero algunos procesos han tardado más de lo previsto, por varias causas. Primero, las afectaciones de la electricidad y los planes para reducir el consumo del sector estatal, pues tenemos que acomodarnos a las medidas internas en ese sentido.

 

En este Control le hemos dado un espacio significativo, además, a la formación de los jóvenes, los 34 estudiantes involucrados, pero también los adiestrados de la Contraloría y los profesionales de menor experiencia. Nos ocupa tiempo, pero es una necesidad y una oportunidad.

 

Las empresas, por su parte, de manera general cumplen sus obligaciones y han sido muy receptivas con los resultados que se les han informado, aunque en algunas hemos visto demoras en la entrega de la documentación.

 

¿Ya tienen los primeros resultados?

 

Aún no terminamos de revisar el objetivo fundamental de esta Comprobación, relacionado con la ejecución del plan económico de 2023, que es donde se ve de manera tangible el cumplimiento de las 43 medidas para el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista, los encadenamientos productivos, las contrataciones, lo que se hizo el año pasado y cómo empezó este, si se ha cumplido lo planificado…

 

Es, en definitiva, un tema muy abarcador en el que deben “tocarse” muchos aspectos para darle criterio a los resultados, para ir a lo objetivo.

 

Lo previsto, es que el 31 de octubre se cierre el proceso dentro de las entidades, se entregue el informe de la actividad de control a las administraciones y la calificación de cada entidad: satisfactorio, aceptable, malo o deficiente, porque a diferencia de otros años, en este se realizaron auditorías de cumplimiento.

 

Después, vienen las conclusiones, del 15 al 24 de noviembre, durante las cuales conformamos los resúmenes de cada uno de los temas, y el general de la provincia.

 

El control es importante siempre, pero en momentos difíciles como los actuales, lo es aún más… ¿Cree que ese sentimiento de compromiso se asume entre los auditores?

 

La auditoría, por sí sola, no resuelve los problemas y cuando los detecta son resultados de fisuras del control interno. Así que sentimos la responsabilidad, por supuesto, pero el compromiso debe partir de la entidad, de hacer correctamente todo proceso, y pedir ayuda si es necesario.

 

Hoy, la mayor dificultad está en el compromiso de los trabajadores con el control y el seguimiento de los directivos.

 

Ciertamente, en muchas entidades “suena” el control solo cuando hay Comprobación, cuando debía ser un asunto de todos los días…

 

Cada año, la Contraloría elabora una guía de autocontrol para que las entidades la apliquen. Este 2023, por ejemplo, se realizaron dos: para el sector estatal y el presupuestado. ¿Qué pasó? Cuando revisamos, vimos que por lo general se realiza como un formalismo, van por puntos: “Esto aplica, esto no”; pero sin revisar las operaciones contables, por citar un ejemplo.

 

Las entidades deben trabajar con control siempre. Si hoy hiciste algo mal, rectifícalo, porque de lo contrario facilitas que se creen condiciones para otros hechos, delitos incluidos.

 

Por años, existe el reclamo de que las directivas de las entidades no le dan la importancia y el espacio que merecen los departamentos económicos y, donde los hay, los auditores internos. ¿Sigue ocurriendo?

 

Partiendo de los riesgos de la entidad, el director aprueba el plan de los auditores internos, y a partir de ahí estos hacen su trabajo. Así debería ser. Pero en la práctica, muchas veces se les emplea en funciones ajenas: en hacer conteos físicos, participar en comisiones.

 

El fortalecimiento de la contabilidad es una política del país, pero lo que vemos es que los económicos no tienen la atención que requieren. Si falta una computadora o un aire acondicionado, son los de ese departamento. Eso causa desmotivación, éxodo, falta de confiabilidad.

 

Ahora mismo, la Ley 158 de la Contraloría General de la República de Cuba y del sistema del control superior de los fondos públicos y la gestión administrativa, de este año, aprobó un nuevo tipo de acción de control: el concurrente.

 

La aplican los auditores internos que, de conjunto con sus directivos, revisan un proceso de manera integral. La idea es que sea preventiva, y que las deficiencias se vayan solucionando a medida que aparecen. Es una gran herramienta de trabajo, si se aplica como debe ser.

 

¿Sigue siendo un hecho que la mayoría de los hallazgos negativos -incluidos hechos de corrupción, malversación…- son detectados por controles externos?

 

Lo sigue siendo. Para cambiarlo, y sé que lo he mencionado ya, hay que entender que el sistema de control interno es la entidad, de sus trabajadores: haya auditores internos o no. Y que corregir las debilidades a tiempo, evita males mayores.