frijoles cultivo valle 1Entre las decenas de productores de frijol en Valle de Caujerí, Delvis ocupa un lugar destacado.El aporte de frijol de los productores de Valle de Caujerí a la canasta familiar normada, en el municipio de San Antonio del Sur, se estima cubra, al menos, seis meses en el venidero año. Esa cobertura, si bien no es toda la necesaria, representa un importante paso de avance para lograr, en el menor tiempo posible, por lo menos en ese renglón, la soberanía alimentaria.

 

Para cumplir con ese objetivo, los campesinos del emporio agrícola han sembrado hasta el momento 260 hectáreas (ha), mayormente negro y colorado, de las 277 planificadas para toda la campaña. En esas áreas prevén obtener 166 toneladas (t) y entregar a Comercio, mediante sus Bases Productivas, 100 t. Las restantes tendrán como destino la venta directa a la población, la producción de semillas y el autoconsumo.

 

Dichas entregas a Comercio, de concretarse, constituirían un paso de avance del municipio en la contribución a la canasta doméstica y en la sustitución de importaciones, de un producto cada vez más caro en el mercado internacional. Al Estado, con sus tradicionales adquisiciones, le correspondería completar la cuota de grano en el resto de los meses.

 

Durante la campaña de frío anterior, en Valle de Caujerí se sembraron 176 ha, es decir, 101 menos que las planeadas para la actual. La cosecha apenas llegó a 56 t, en su mayoría vendidas directamente a la población y ninguna al Mincín, pues entonces no estaba contemplada la entrega del grano a ese organismo, explica Egueny Rodríguez Martínez, director general de la Empresa Agropecuaria San Antonio del Sur.

 

Agua, plagas, lucha biológica  

 

Tanto Egueny, como Úbert Navarro Rodríguez, delegado de la Agricultura en el municipio, aseguran que el crecimiento productivo previsto está sustentado en el incremento de áreas y en la absoluta garantía de agua para riego que proporciona el actual llenado de la presa Pozo Azul, con casi 12 millones de metros cúbicos (m³); no en el rendimiento agrícola, que será bajo, a razón de 0,6 t/ha, como consecuencia de la falta de fertilización química y plaguicidas (antes presentes en los llamados paquetes tecnológicos) para el combate a las plagas y enfermedades.

 

Recuerdan que, hasta el pasado mes de mayo, Pozo Azul estuvo totalmente deprimida, con apenas un millón de m³, lo que en principio limitó por meses el riego de los campos, y después este se suspendió totalmente para preservar la poquita agua para el abasto a la población.

 

Pero, como lo que es bueno para una cosa muchas veces es malo para otra, resulta que las inusuales perennes lluvias de los últimos meses en Valle de Caujerí, si bien han favorecido el llenado de la presa, también están perjudicando al frijol y a otros cultivos, por el exceso de humedad, el cual provoca enyerbamiento e impide la limpieza de los campos.

 

Empero, el mayor perjuicio de la excesiva humedad está en el ataque de plagas como el Thrips palmi y el virus del mosaico amarillo, causado por la mosca blanca, célebre por su azote histórico en el más importante polo productivo guantanamero.

 

Para mitigar, en lo posible, la ausencia de abonos químicos estamos usando biofertilizantes, y como protección fitosanitaria el e-codaoleo, puntualiza Egueny para agregar seguidamente que también acuden al bioinsecticida natural oleonim, que como su nombre sugiere proviene del árbol del Nim.

 

Además, argumenta, aplicamos los productos propios logrados en nuestro Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE). Entre ellos, están el Trichoderma spp y el Bacillus thuringiensis, así como los entomófagos controladores de larvas.

frijoles cultivo valle 2El relevo generacional lo simboliza Liosandis.

 

Los protagonistas

 

Delvis Urgellés Frómeta es uno de los abanderados en la siembra de frijol en Valle de Caujerí, sitio donde el Comandante en Jefe Fidel Castro constituyó el movimiento cooperativo en Guantánamo. Este campesino vive en la comunidad de Sabaneta y está asociado a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Constantino Lores.

 

“Sembré dos ha, todas de la variedad conocida como Buena Ventura. Es mi preferida, por su rendimiento, resistencia a las plagas y enfermedades, y   aceptación por el pueblo”, expresa con su hablar campechano, quien atesora ocho años de experiencia en la cosecha del grano.

 

“Pienso lograr alrededor de dos toneladas y el 80 por ciento entregarlo al Mincín. Hice mi siembra el 20 de octubre y debo cosechar para el 20 de enero”, detalla quien dice ser muy celoso con la semilla que siembra, pues de ello depende el rendimiento.

 

“Mi semilla la produzco, clasifico y conservo yo. Con eso no quiero casualidad, pues de ahí depende la buena cosecha”, sentencia Delvis, quien asegura sentirse honrado y motivado por contribuir a la entrega de frijol para la canasta familiar normada en su municipio.

 

Y como para indicar que el relevo entre los productores está presente, Egueny nos presenta a Liosandis Urgellés Lobaina, un joven de 27 años, solícito, todo entusiasmo por laborar en el campo y por poner su cuota de sudor en la tarea del momento: la producción de frijol.

 

“Ya me siento en la finca como el relevo natural de mi padre, Leonildo Urgellés Frómeta. Él confía en mí, en la manera en que trabajo, con amor y responsabilidad. En el campo le piso los talones y me siento tan campesino como él.

 

“Es gratificante seguir la tradición campesina. La tierra es agradecida, si se le atiende bien y se le cuida. Ahora tenemos un compromiso sagrado, el de la entrega de frijol a Comercio para venderlo en las bodegas. Cuenten con nuestro cumplimiento y el del Valle de Caujerí”.

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