El éxito de la bancarización, aunque parezca lo contrario, no se mide exactamente en números, aunque estos puedan, y lo hagan de hecho, dejarnos pistas de avances, de retrocesos, y de rutas…

bancarizacion reportaje 1Tener al menos una opción de pago electrónico desde el 2 de febrero es mandatorio para quienes ejercen actividad comercial. No hacerlo, puede costar multas y cierres o, al menos, es lo que dice la ley. En realidad, es mucho más simple: dejaremos de hablar del tema como un objetivo, y será un hecho el día en que un cubano se sienta perfectamente cómodo en la calle y sin efectivo engordándole la billetera.

Cuando pueda pagar con una tarjeta o desde el móvil, sin necesidad del “resguardo” de papel moneda que, incluso, si sabemos que un servicio puede pagarse por un canal electrónico, cargamos “por si las moscas”.

Entre “en línea” y muchas curvas

Las entrevistas, recopiladas durante varias semanas, pintan un panorama heterogéneo. Las historias de pagos electrónicos exitosos lo mismo ocurren en sitios estatales que privados, y así mismo pasa con los reticentes, negados y “confundidos”.

Han pasado, y esto no es un detalle menor, algunas semanas desde que, el 2 de febrero, se cumpliera el plazo previsto -Resolución 93 del 2023, del Ministerio de Comercio Interior- para que las personas naturales y jurídicas que realizan actividades comerciales garanticen facilidades de pago por las pasarelas nacionales o terminales de punto de venta. De no hacerlo, “se procede a la suspensión de la actividad que realizan”, indica la normativa.

Con el mandato en mente llegamos a la unidad El Alba, sita en Martí entre 9 y 10 Norte, un par de jóvenes se acomodan para llevarse sus “mandados” de la canasta familiar normada. ¿Usaron el pago en línea? ¿Es que no se puede?, los abordo. Me responden que de poder sí, pero ellos lo hicieron en efectivo.

La bodeguera sonríe, y aclara que el QR funciona, pero solo tienen el de Enzona.¿Y eso es un problema?”, inquiero. “Tengo consumidores que vienen y pagan regularmente de esa manera, pero la mayoría lo quiere hacer por Transfermóvil”, responde. Una realidad en muchos otros negocios, donde generalmente, solo hay uno de los dos QR posibles.

La lista, donde anota los pagos en línea, está en una libreta con fecha, importe y datos de la transferencia. “Al principio uno se resiste un poco, pero ya le cogí la vuelta”, reconoce.

También, buena, es la experiencia en la mipyme Aroche, en Pedro A. Pérez entre Prado y Aguilera. Lo dice Vivian Rivera, una “habitual” de ese comercio, al que acude, por lo general, en busca de pescado y siempre paga por canal electrónico, y lo confirma Alejandro Pelegrín, el encargado.

“El pago en línea siempre está disponible, y eso hace que muchas personas vengan con confianza a comprar lo que necesitan. De momento, solo tenemos pago por el QR de Transfermóvil”, agrega el último.

Casi pared con pared, en la cafetería Arlequín -que pertenece a la mipyme Transnovoa- me dicen que no hay pago en línea, pues el QR -que puede verse en una pared del establecimiento- no funciona, pero sí aceptan transferencias. ¿A una cuenta personal o fiscal? No sabe decirme.

Claudia Suárez, cuya familia regularmente se provee de las ofertas de la mipyme, ubicada en Santa Rita entre Jesús del Sol y Prado, dice que tiene que ingeniárselas para conseguir efectivo porque, allí, no hay otra opción.

Por su parte, Manuel Sánchez señala al Punto de venta de Pintó entre Máximo Gómez y Luz Caballero, y los puntos de venta de la Plaza Polifuncional que están más próximos a Paseo, como sitios con “transferencia no grata”.

Otros entrevistados denuncian que, incluso, en los sitios donde aceptan pago en línea, en ocasiones -sobre todo, cuando es más difícil conseguir efectivo- se limita a una cantidad de operaciones o a un por ciento del dinero consumido.

Por lo claro…

Para el 18 de abril, en Guantánamo apenas el seis por ciento de las personas naturales o jurídicas que realizan alguna actividad comercial, y tienen condiciones de acceso a la red -una cifra cambiante que anda por los 11 mil 200-, tenía implementados o está en fase de ejecución el Bulevar Mi Transfer, de Transfermóvil, creada por Etecsa.

bancarizacion reportaje 2“Incluso quienes están en zonas sin cobertura podrían tener sus QR ambulantes, pues no sirven en la montaña, pero sí en las ferias agropecuarias en los poblados y ciudades, por citar un ejemplo”, dice Gell Pelegrín.Eber W. Gell Pelegrín, jefe del Departamento Comercial de la División Territorial de Etecsa Guantánamo, señala, con los mayores avances, al Ministerio de Comercio Interior, pues de 920 unidades donde es posible tener pasarelas de pago, hay 958 negocios con QR -en una misma entidad puede haber varios códigos-, lo que representa casi la mitad de todos los generados en la provincia.

De las Unidades Básicas de Producción Cooperativa con cobertura, solo 10 tienen contrato, y de las 82 Cooperativas de Crédito y Servicios, apenas 12, y es válido señalar a las mipymes, pues aunque no tienen un mal por ciento (31) tienen un gran peso en el consumo de la población. Finalmente, en primer puesto, que sería realmente el último, los cuentapropistas, que aquí suman más de 12 mil 600 y andan por un tres por ciento”.

Las cifras, empero, no son absolutas. En primer lugar, esos “faltantes” podrían estar bien “armados” con QR por la plataforma Enzona, que desarrolla la Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa (Xetid) o, incluso, disponer de las opciones de pago electrónico por medio de un contrato concertado a nivel nacional.

Tampoco puede compararse el nivel de operaciones de un código QR en una entidad estatal o una mipyme con el de un trabajador por cuenta propia, por lo general, aunque el grueso de los últimos hagan peso en los porcentajes.

La Xetid tendría mucho que decir, pero no lo hizo a pesar de múltiples gestiones para concertar una entrevista, la primera de las cuales fue una llamada el 4 de marzo pasado. La causa de la negativa, que debía “consultar” con sus superiores en La Habana.

Sin acceso a Xetid -aunque, según materiales online la generación de los QR es más expedita-, solo con Etecsa podemos indagar sobre el proceso. “La contratación es a través de https://www.transfermovil.etecsa.cu/contratacion/ luego viene el proceso de aprobación que incluye revisar la documentación, las cuentas bancarias…, y puede tardar un poco; cuando se aprueba, el Grupo de la Electrónica para el Turismo, genera el usuario y la contraseña, por donde el usuario entra y crea los diferentes negocios y, finalmente, con Joven Club se termina la implementación y se generan los QR.

Para resumir, podría ser más simple. Pero a estas alturas, no es esa tardanza lo que marca la diferencia abismal entre quienes disponen de canales de pago electrónico -incluso de adorno- y los que aún desoyen los mandatos de las Resoluciones 111, del Banco Central de Cuba, y 39, del Mincín.

A pesar de ello, por cierto, solo el Banco de Crédito y Comercio (Bandec), registró un incremento significativo de las operaciones por canales electrónicos: de 23 mil al día, como promedio, que se realizaban antes de la bancarización, se creció a más de 35 mil, solo en este primer trimestre.

Crece, también, la domicializa-ción de nóminas -pago por tarjeta magnética-, se incrementan las entidades con caja extra y el uso del Virtual Bandec, según información de Yaislania García Rivas, jefa de Banca Electrónica allí.

Otras variables

Niurka Yñurrieta, jefa de la Comisión de Asuntos Económicos, del Consejo de Administración Municipal, identifica como proble-mas el incumplimiento de las resoluciones y violaciones en los términos del depósito de efectivo en los bancos, sobre todo, en los nuevos actores económicos.

bancarizacion reportaje 3Comercio va delante, aunque no siempre garantiza un pago satisfactorio sobre todo, por resistencia del personal. No es el caso de esta cafetería, en Sabana de Maisí, que presta además servicio de caja extra. También señala la tendencia de aceptar transferencias que “van hacia sus cuentas personales y no a la fiscal, lo cual podría estar relacionado con evasión fiscal” y la existencia de QR que no funcionan o son para transferencia y, por tanto, el cliente no recibe las bonificaciones que sí aplican al pago en línea.

Aprecia, además, lentitud de Comercio en la imple-mentación del pago por Transfermóvil, el más demandado; que no todas las bodegas brindan servicio de caja extra, y no siempre se divulga en donde sí funciona, y desconocimiento de los cuentapropistas sobre la resolución y las consecuencias de no cumplir.

“Creo, y es la conclusión del trabajo de la comisión, que hay que pasar a una etapa superior en la aplicación de las medidas que logren disciplinar y hacer cumplir lo reglamentado”, resume la funcionaria.

Para los cuentapropistas, según algunos que respondieron a mis preguntas y prefieren el anonimato, la cuestión es más compleja, y tiene que ver con más de una distorsión que incide en la cadena de suministros de sus negocios y su margen de ganancias.

Concuerdan que si no todos, al menos, la mayoría no puede vender en línea, ni siquiera por transferencia, pues no les sirve para pagar a los suministradores (importadores) de productos o materias primas, que a su vez tienen que comprar los dólares, en el mercado informal, también en efectivo y en billetes grandes”.

También, admiten, es una manera de preservar alguna ganancia, ante la inflación de los últimos meses con el dólar rebasando los 350 pesos -y su impacto en transporte, mano de obra…-, por un lado, y los topes de precios que no tienen en cuenta el precio real en el que se adquiere la mercancía.

Lo mismo, y algo más, ocurre con las mipymes. “El principal problema de recibir dinero en nuestras cuentas tiene que ver con cómo sacarlo del banco o poder reutilizarlo en comprar insumos, pagarle a terceros. El flujo de efectivo que hoy necesita un negocio para funcionar, no se puede sostener si no tenemos el dinero en la mano, sin garantía de poder sacarlo cuando y como lo necesitamos, porque también nos ha tocado irnos con una mochila de billetes de 10 pesos, que casi nadie nos acepta”, explicó un joven emprendedor.

Es, básicamente, una cadena que tiene que tensarse lo justo, “compensar” las fuerzas, porque de lo contrario solo puede romperse, como siempre, por el lado más débil.

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