IMAGEN 1 propuesta 1Elizabeth Bermúdez Pacheco. Elizabeth Bermúdez Pacheco aún recuerda, como ella misma lo denomina, aquella maravillosa experiencia del año 2016, cuando participó en la actualización de los libros con los que, a partir de ese momento, cada estudiante aprendería en los centros de las enseñanzas Primaria, Secundaria Básica y Preuniversitaria de todo el país.

Aunque desde entonces labora como metodóloga en la Dirección provincial de Educación, en Guantánamo, su alma de docente vuela siempre al aula y a la clase, un espacio en el que, gracias a la experiencia docente de esta profesional, hoy se pasan páginas nuevas.

Por ese entonces, rememora, el Sistema Nacional de la Enseñanza se veía sumergido en su Tercer Perfeccionamiento. El primero había sido en el año 1975 y el segundo en el 1987. En el 2010 se hizo un estudio diagnóstico en seis provincias de nuestro país, que reveló sobrecarga en los programas y desactualización en los contenidos.

Luego de décadas de cambios y una Cuba distinta, había que actualizar planes, programas, orientaciones metodológicas, libros de textos y cuadernos de trabajo, “resultaba urgente una escuela a la altura de los contextos y las demandas de la sociedad”, explica.

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Luego de décadas de cambios y una Cuba distinta, había que actualizar planes, programas, orientaciones metodológicas, libros de textos y cuadernos de trabajo, “resultaba urgente una escuela a la altura de los contextos y las demandas de la sociedad”, explica.

“Estuvimos nueve meses concentrados en La Habana en el 2016, pasamos después, en cursos sucesivos, a una etapa de experimentación, y por último estamos en una etapa de generalización de los planes”, rememora Elizabeth, quien compartió con voces de diversos sectores, en especial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, sicólogos, juristas, pedagogos, editoriales, universidades, y organizaciones de masas y políticas.

Los materiales sugerían reflejar novedosos conceptos que expresaría, luego, la Constitución de la República aprobada en el 2019, y más tarde otras normas sobre la Familia, la Niñez y la Juventud, Bienestar Animal, y Medio Ambiente. En consecuencia, importantes asignaturas renovaron su nombre, por ejemplo, Educación Cívica ahora es Educación Ciudadana.

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Por otra parte, los libros disminuirían, finalmente, contenidos que constituían cargas y se abría espacio a una mayor diversidad textual, pues si el niño debía escribir una historieta, una noticia o un texto instructivo, tenía que acudir a la revista Zunzún u otras bibliografías que no se encontraban en la institución educativa.

Los nuevos textos literarios que aparecen son fundamentales tanto para el desarrollo de la personalidad del educando, como para el de su expresión oral y escrita, enfatiza la profesora Bermúdez Pacheco. “Además, nos equipamos con nuevas categorías de palabras y términos, y en el caso de otros, alineamos su uso desde la primaria hasta el duodécimo grado.

IMAGEN 2El Tercer Perfeccionamiento actualizó las bibliografías de todos los niveles de enseñanza.

“Los libros de texto y los cuadernos de trabajo tienen diseños más contextualizados, las secciones contienen actividades desarrolladoras, preguntas abiertas, cerradas y combinadas, que permiten que el educando pueda realizar los ejercicios y corregirse a sí mismo.

“Ya el maestro no es protagónico de la clase, sino que va a ocupar un lugar de facilitador, para que sea el estudiante quien cree su conocimiento mediante la reflexión y la crítica. Algunos educadores estaban adaptados a una enseñanza donde ellos eran protagonistas de la clase formal, y esta nueva clase tiene una concepción más desarrolladora y participativa, con métodos que conducen a un proceso de enseñanza y aprendizaje más activo”.

El Tercer Perfeccionamiento saldó una deuda que tenían los libros de las asignaturas relacionadas con la literatura y el idioma español, y era la presencia en ellos de textos de escritores cubanos. Ahora el estudiante puede disfrutar de una representación de autores escogidos de un extremo al otro de Cuba, tanto de poesías del pinareño Raúl Fraguela, como narraciones infantiles del guantanamero Eldys Baratute Benavides.

“Siempre estamos insistiendo en que los niños y adolescentes consuman la literatura cubana, que vayan a la Feria del Libro y compren lo que publican los autores y las editoras de su localidad, y los que ahora conocen desde la escuela”, asegura la pedagoga guantanamera cuya labor, hoy impresa, modelará generaciones de niños, adolescentes y jóvenes, desde las páginas de una enseñanza perfeccionada.

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