Los pobladores de la comunidad de La Ranchería, del Consejo Popular de La Caridad de los Indios, en el municipio de Manuel Tames, aúnan esfuerzos junto a los vecinos de otras localidades para reparar el vial que, por deterioro, los mantiene incomunicados con la cabecera municipal.
Blanden picos, arado, mandarrias, azadas y yunta de bueyes entre La Ranchería, comunidad autóctona, último bastión aborigen de Cuba, y La Caridad de los Indios para mejorar un camino que ya no atienden los peones camineros por problemas salariales, y las lluvias se han encargado de hacerlo intransitable aún para tractores.
Un reporte del programa Acontecer, de la emisora CMKS, da cuenta en entrevista con Vladimir Ramírez Ramírez, hijo de Francisco Ramírez Roja (el Cacique Panchito), que hace más de 25 años el vial no se repara en los cerca de 30 kilómetros entre el poblado de Manuel Tames y el barrio de Pinar de Ceiba, hasta donde antes llegaba el transporte serrano.
De acuerdo con la fuente, Ramírez Ramírez aseguró que la situación es tan compleja para el reducto indígena que se dificulta la llegada de los surtidos de la canasta básica a la bodega y el acarreo de las producciones agropecuarias.
La Ranchería, en las intrincadas serranías, es una comunidad de apenas 11 casitas construidas por la Revolución en sustitución de los bohíos y una veintena de personas descendientes de indios taínos, que consiguieron sobrevivir a la barbarie del conquistador tras internarse en parajes inaccesibles del macizo montañoso Sagua-Nipe-Baracoa y hoy mantienen su composición étnica y herencia cultural.
Los autóctonos no escapan en sus necesidades al negativo impacto del bloqueo que agrava la disponibilidad de equipamiento para la reparación de las vías; las limitaciones con el financiamiento y el petróleo, que afectan en gran medida los caminos en las serranías guantanameras, independientemente de lo cual no esperan con los brazos cruzados y eso merece atención.