1 Juana Difour RJuana Difour Ramírez.Cuando se conoce a Juana Elcira Difour Ramírez se tiene la certeza de encontrar la experiencia en persona, mujer que no conoce de trabas, solo de oportunidades. Para ella el trabajo nunca termina.

A pesar de vivir mucho tiempo en Santiago de Cuba, porque la preparación y el trabajo lo requerían; para Juana su natal Guantánamo es lo más grande: “aquí nací, crecí, hice familia y conocí personas admirables de quienes aprendí que la honradez, la constancia y el trabajo posibilitan lograr cuanto soñamos".

Desde la infancia, anheló ser educadora, y lo materializó en 1960 en la Escuela Normal para Maestros de Santiago de Cuba, en cuya universidad continuó estudios y se graduó como Licenciada en Español y Literatura; narra esta mujer que en su prontuario anota protagonismo como alfabetizadora en San Ildefonso, Guantánamo.

Juanita, la del Poder Popular

La trayectoria de Difour se extiende por más de 25 años como Secretaria Ejecutiva en la Comisión provincial de Prevención y Atención Social, donde contribuyó al trabajo coordinado del grupo de especialistas de Educación, Salud Pública y otros organismos para la atención de casos críticos en familias, por lo que la Sociedad Cultural José Martí le confirió la distinción La Utilidad de la Virtud, en 2006.

“Esa etapa y labor me permitieron comprender mejor a mis semejantes. Nunca presté atención al reloj, ni me inquieté por regresar a casa; prioricé la atención a todo aquel que lo requería, calé en el corazón de numerosas personas necesitadas e influimos en la transformación de la vida de familias y comunidades.

“La integralidad y cohesión lograda entre los organismos posibilitó por años que la Comisión de Guantánamo fuera ejemplo en la nación por sus resultados concretos, satisfactorios, medibles y transformadores”.

Desde 2012 hasta su jubilación en 2019, con 80 años, Juanita fue funcionaria del Consejo de Administración Provincial en Guantánamo, para atender Planificación.

Crecer en las organizaciones revolucionarias

medallas juanaEl amplio medallero lo encabezan las órdenes Ana Betancourt y Mariana Grajales.Desde temprana edad, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro y Vilma Espín, hace 64, fundaron la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), ingresó en la organización, en la cual ocupó cargos a diferentes niveles y entre 1990 y 1995 integró el Comité Nacional de la FMC.

“Recuerdo con nostalgia los Congresos; Fidel y Vilma fueron paradigmas para mí y tenerlos tan cerca era un honor. Vilma era mi ídolo, tan sencilla, tan empática…, situación que se le planteara siempre la encontraba dispuesta a hallar soluciones”, relata.

“Tuve la fortuna de declarar nuestra provincia cumplidora en la Batalla por el sexto grado y posteriormente por el novena, mientras me desempeñaba como cuadro profesional de la FMC para atender la esfera de Educación”.

Difour también es fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en la provincia y hoy la organizadora de esa institución en su barrio. Participó, invitada, en el VI Congreso.

“Fundados los CDR, la labor se tornó ardua, estábamos inmersos en diversas tareas de apoyo al proceso revolucionario liderado por Fidel, creador de esta fuerza popular, en momentos cruciales del enfrentamiento a la contrarrevolución y el vandalismo. Hoy nuestra misión es persistir en la lucha contra el delito, las indisciplinas sociales e ilegalidades, siguiendo el lema con que nació la organización: Con la Guardia en Alto”.

Esta admirable mujer también contribuyó en las filas del Partido Comunista de Cuba, fue delegada a su primer Congreso y miembro del Comité Municipal de la organización rectora de la sociedad.

“A pesar de mi avanzada edad nunca descuidé ni descuido las organizaciones en que me inicié y crecí como revolucionaria, porque tengo confianza en ellas, a las que hay que fortalecer y fomentar con el acercamiento de los jóvenes. Los CDR y la FMC saben que pueden contar con Juana”.

Nunca trabajé por reconocimientos

Su destacada vida la hacen merecedora de múltiples reconocimientos y condecoraciones, entre ellos el Premio a utilidad de su existencia, la Orden Ana Betancourt; las Medallas 23 de Agosto, Alfabetización, Rafael María de Mendive, Servicio Distinguido de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), por la Educación Cubana, Sellos por los 5, 10, 15 y 20 años de la FMC.

Igualmente atesora las medallas Enrique Hart Dávalos, 28 de Septiembre, XL y L Aniversarios de las FAR, Sello 20 y 30 años de Vigilancia Revolucionaria, Sello XVIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC); además, como hija ilustre de Guantánamo, posee La Fama, símbolo de la ciudad del Guaso, conferida por la Asamblea Municipal del Poder Popular.

El pasado 13 de agosto, Juanita fue condecorada con la Orden Mariana Grajales, máxima distinción que otorga la FMC a mujeres que constituyen paradigmas en el obrar dentro de la organización.

“Resultó de gran beneplácito recibir la Orden, fue un orgullo inmenso que incluso jubilada se tuviera en cuenta mi aval y un honor porque la puso en mi pecho el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel”.

Tras 59 años de incesante labor, sobradas son las pruebas para entregarle la condecoración, pero aclara: “nunca trabajé por distinciones ni medallas, más por amor y por aportar a la sociedad, aunque es cierto que esos estímulos llenan de satisfacción y te impulsan a hacer las cosas cada día mejor”.

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