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reportaje agua manuel tames 2María: “Desde que empezó a llegar el agua cada tres o cuatro días lavo la ropa, limpio la casa y riego las plantas, sin derrochar”.

Dice María que desde que empezó a "llegar el agua" cada tres o cuatro días lava la ropa, limpia la casa y riega las plantas a su antojo. Es casi un milagro, me cuenta, y puedo ver en su entorno -trapeador en mano, piso mojado y frazada lista para el combate- el alivio de no depender del ahorro, al menos más allá de lo necesario.

Juan, quien vive dos casas más allá, hace suyas las palabras de su vecina. Habla del descanso que experimenta, por primera vez, en mucho tiempo. "No es solo físico, periodista, sino también emocional. Ya no tengo que vivir pensando de dónde voy a sacar agua mañana".

reportaje agua manuel tames 3Alexis: “En 55 años, no había sentido satisfacción igual a la de hoy, con la estación de El Corojo. El agua llegaba cada treinta y hasta treinta y cinco días, ahora es varias veces en la semana”.Una cuadra más abajo está Alexis Betancourt Labazeno. En sus 55 años, no había sentido satisfacción igual. "Hace unos seis o siete años se agudizó el problema de la sequía. Comenzó a escasear el agua, y debíamos ahorrar cada vez más y más.

"Llegaba cada treinta y hasta treinta y cinco días. En algunos lugares existían instalaciones, y llegaba el agua una vez al mes. En otros, nos abastecíamos con pipas, que no eran una solución óptima ni definitiva, pero era la única vía. Esa situación te hacía limitarte, incluso, para las propias tareas del hogar.

"Todo cambió con la instalación que hicieron por allá por El Corojo. Nos resolvió un problema enorme. Ahora los ciclos del agua en nuestro Consejo Popular de Manuel Tames son más cortos, cada tres o cuatro días. No es momento de mirar desperfectos o errores. Ya lo haremos después. Ahora solo podemos disfrutar del sueño cumplido de tener agua en casa con mayor frecuencia", confiesa.

Ellos, hijos todos del guantanamero municipio Manuel Tames, comparten criterios con respecto al abastecimiento del vital líquido, situación que desde hace unos años afectaba la vida de los pobladores locales.

No fue hasta que un grupo de manos solidarias levantó los cimientos de la actual Estación provisional de Bombeo del Corojo, a orillas del río Yateras, que se hizo el milagro y con él, el agua.

Sueño cumplido

reportaje agua manuel tames 1Abelardo: “La estación de El Corojo (a su espalda) es una solución provisional; la definitiva es Loma Blanca, pero permite abastecer al Consejo Popular de Manuel Tames y en breve también a otras comunidades.Abelardo Durán Almeida, director de la UEB de Acueducto del municipio Manuel Tames, explica el funcionamiento de la recién inaugurada Estación de Bombeo del Corojo, en el Consejo Popular Las Delicias.

"Esta instalación es responsable de la transformación positiva que ha tenido el abastecimiento de agua a la población", comenta.

El sistema, que se encuentra en su primera etapa, suministra agua únicamente al Consejo Popular de Manuel Tames. Sin embargo, se espera que más adelante pueda alcanzar otras geografías.

"Pretendemos incorporar algunas comunidades que están en el recorrido de la conductora, como La Delicia, Loma Blanca, San Rafael, El Deseo, La Línea. Se unirían a estas, además, otras del propio Manuel Tames que, por falta de presión, reciben actualmente el agua por pipas, como son Calle treinta y siete, Calle veintisiete, Calle Manuel Tames y Eleno Borge.

A pocos kilómetros de allí se encuentra la Estación de Rebombeo de Loma Blanca, fundamental también en este viaje del agua, desde su fuente natural hasta los hogares. A diferencia de su homóloga, esta instalación es de carácter permanente.

"La pretensión inicial era construir una presa en la zona cercana al Corojo y que para esta fecha estuviera funcionando, pero las limitaciones en cuanto a recursos han imposibilitado el avance del proyecto.

"Por ello, la estación de El Corojo es una solución provisional e indefinida, para garantizar al acceso al agua. Sin embargo, la de Loma Blanca representará un adelanto en la materialización de la futura infraestructura, pues mantendría sus funciones una vez que la presa esté construida", afirma.

Su construcción, sencilla para algunos y milagrosa para muchos otros, funciona a través de un proceso bastante simple. "Su única fuente de abasto es el río Yateras. Cercano a este, hay una galería por dónde circula el líquido. Luego, entra a la bomba por un canal que la conduce hasta la Estación de Rebombeo de Loma Blanca, y hasta el tanque en Caña Victoria. A partir de ahí, el líquido llega por gravedad, hasta los hogares", explica.

Durán Almeida es otro de los pobladores que tanto ansiaba poder tener acceso al agua, sin mayores restricciones. "Esto es un anhelo de las personas, desde hace muchos años.

"Hasta hace unos meses había que abastecer, pipas de por medio, el Consejo Popular prácticamente completo. Eso hacía que los ciclos se extendieran desde veinte o treinta días hasta incluso sesenta, en ocasiones muy específicas, pues la ausencia de combustible para mover los vehículos demoraba, aún más, el proceso de entrega.

"Hoy contamos con un ciclo de abastecimiento mucho más frecuente. Las familias disfrutan tener agua corriente más de una vez a la semana. Se siente alegría, cierta felicidad. Hay que ver, ahora, la situación con algunos salideros, porque no hay que descuidar el agua como recurso. Pero estamos felices, y es lo que importa ahora", concluye.

El agua, fuente de vida que nutre la tierra y el alma, es un derecho inalienable. Ver cómo la nueva estación de El Corojo lleva su bendición a quienes la anhelaban en silencio, desde hace algunos años, es un acto que conmueve el espíritu, y que nos invita a reflexionar sobre la importancia de garantizar su acceso, para todos.

Aunque simple, la pequeña obra de ingeniería hidráulica a orillas del río Yateras es un recordatorio de que cada acción, por pequeña que sea, puede marcar una diferencia en la vida de las personas. A veces, lo más sencillo, se traduce en esperanza, en futuro, en la promesa de un mañana mejor.

Reconocer este logro es festejar la vida misma. Es reconocer que la labor colectiva por garantizar el acceso al agua para todos es un camino hacia la justicia social y la equidad. Celebremos, entonces, cada gota que desde el río hace su viaje hasta los hogares, para entregarse con generosidad.