Octubre transita lleno de recuerdos. No siempre felices, pero que forman parte de la memoria colectiva. Los hay desagradables, como el azote del huracán Matthew en 2016; tristes por la reciente partida de Ramón Espinosa Martín, entrañable General de Cuerpo de Ejército.
Matthew dejó a su paso desolación.También memorias de optimismo por el legado que deja el Héroe de la República de Cuba, a quien miles agradecen su presencia y conducción de las faenas de recuperación; hombre inolvidable que caló en el corazón de maisienses, baracoenses, imienses y sanatronienses, en fin, de todos los guantanameros por su casi permanente presencia en los duros meses vividos ocho años atrás, cuando el destructivo fenómeno meteorológico.
Hoy, aunque queda por hacer, las desgarradoras huellas de aquellos días son apenas perceptibles por el esfuerzo de miles de manos entregadas desde entonces y hasta ahora a las labores de la Recuperación.
La población sufrió incontables pérdidas, pero preservó la vida y siempre contó con el amparo de la Revolución y sus dirigentes.El huracán azotó la provincia desde las seis de la tarde del 4 de octubre de 2016 hasta las dos de la madrugada del siguiente día, su centro penetró por Punta Caleta, en el municipio de Maisí, con categoría cuatro, vientos máximos sostenidos entre los 220 y los 230 km/h, y rachas superiores que alcanzaron los 245 km/h. Su salida al mar se produjo por la Bahía de Mata, en Baracoa.
Las mayores afectaciones se concentraron en los municipios de San Antonio del Sur e Imías, pero sobre todo en Maisí y Baracoa.
El panorama dejado por Matthew fue desolador: afectó más del 72 por ciento del fondo habitacional de estos municipios, cifra que se traducen en 42 mil 338 viviendas, entre derrumbes total o parcial y daños total o parcial en los techos; 2 mil 186 instalaciones estatales (escuelas, consultorios del médico de la familia, panaderías, bodegas…). Más de 2 mil 706 kilómetros de carreteras y caminos dañados, 37 puentes sufrieron averías, y unos 78 mil 647 clientes quedaron sin electricidad.
En el sector agropecuario arrasadas 70 mil 574 hectáreas de diferentes plantaciones permanentes y temporales, como Cacao, Coco y Café, y las áreas boscosas del macizo montañoso. En las comunicaciones se partió la fibra óptica en la Vía Mulata, la costa sur y en el puente sobre el río Toa. Las transmisiones de radio y televisión colapsaban con la caída de varias torres en Baracoa.
De los 83 acueductos existentes en esos municipios se afectaron 63, quedando sin suministro de agua 79 mil 388 personas. Grandes fueron las pérdidas y daños de bienes y consumo del hogar, fundamentalmente de equipos electrodomésticos, muebles, colchones, útiles de cocina y otros.
Pero, a pesar de tantas afectaciones, el pueblo guantanamero siempre mantuvo en alto su espíritu y confianza en que se saldría adelante, sobre todo tras conocerse que Matthew, gracias a la educación popular y las medidas de la Defensa Civil, no provocó pérdida de vida humana.
La presencia en Baracoa y Maisí del General de Ejército Raúl Castro Ruz, prácticamente horas después del paso del huracán, y del General Espinosa, desde el primer momento y a tiempo completo; así como sucesivamente de toda la dirección de la Revolución, estimuló a los pobladores, quienes manifestaron la confianza en que nadie quedaría desamparado. Así fue y así es.
El General explica al entonces primer Viceprecidente de los Consejos de Estado y Ministros, la estrategia de restablecimiento de la comunicación terrestre y para la construcción del nuevo puente sobre el río Toa, ejecutado por hermanos bolivarianos.Como en todos los fenómenos hidrometeorológicos ocurridos durante la Revolución, fue nuevamente decisiva la unidad popular y el apoyo de los miembros de las FAR, el MININT, de todas las provincias del país, con el empleo de la técnica especializada para brindar vitalidad a las principales vías de acceso; el traslado de materiales de la construcción y productos alimenticios, la rehabilitación de los servicios básicos a la población, el suministro de agua, la elaboración de alimentos, la electricidad, las comunicaciones, la asistencia médica, el restablecimiento del curso escolar, atención a los damnificados, el mantenimiento del orden interior y la protección de los objetivos económicos, políticos y sociales.
Maisí, otro de los escenarios de constantes visitas para dirigir las estrategias de recuperación que involucraron a trabajadores de toda la nación.Cientos de materiales periodísticos recogen la titánica labor de la Recuperación, de los hombres y mujeres llegados desde toda Cuba, de organizaciones no gubernamentales presentes en la Isla, y de países hermanos para brindar su mano solidaria.
Se recuperaron la totalidad de las viviendas que sufrieron derrumbes parciales o perdieron total o parcialmente sus techos, y casi todos los derrumbes totales, que son los casos más complejos.
Renacer a la vida. Esa es la obra de la Revolución y de hombres como el General.A Maisí y Baracoa le nacieron áreas donde se levantan viviendas petrocasas y otras con tecnologías Forsa, Gran Panel y Sandino. Renacieron los hogares de comunidades de Maisí, rehabilitadas por el proyecto Barrio Nuevo Barrio Tricolor. Son transitables la mayoría de las carreteras y los caminos, y surgieron otros, se terminó el majestuoso puente sobre el rio Toa y el tramo La Boruga entre Baracoa y Maisí, lo cual mejora transportación de pasajeros y cargas y permitió el acceso de los ómnibus nacionales.
Se instalaron molinos para procesar áridos y minindustrias para la producción de materiales de construcción y otras para la elaboración de bienes del hogar y la prestación de servicios a la población.
De las 70 mil 574,9 hectáreas de plantaciones forestales, de coco, café, cacao y frutales dañadas casi su totalidad se han recuperado.
Las instalaciones del Turismo se reanimaron en un corto tiempo, construyéndose además la Villa Punta de Maisí y el hotel Faro de Maisí.
Funcionan la totalidad de las escuelas, consultorios y otras instalaciones estatales que fueron dañadas.
Muchos podrían ser los ejemplos, y mucho también lo que falta por hacer, para que, a ocho años del paso de Matthew, la memoria colectiva de Guantánamo recoja las bondades de la Recuperación y con ella el imperecedero recuerdo del General Espinosa Martín, un hombre que en su ejecutoria como José Martí: Con los pobres de la tierra quiso su suerte echar”.