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Yoel en La FarolaEl diluvio ha desbordado el semidesierto cubano. El hasta entonces seco entramado de venas subterráneas en la Sierra del Purial, repentinamente, se ha cargado y en torrente inyecta el cauce del río Sabanalamar, que lleno de furia desborda, aguas abajo, San Antonio del Sur; se expande y arrasa camino hacia la mar, que con su marea alta y densidad salina le cierra el paso y lo obliga a retroceder; haciéndolo más profundo y destructor.

En la vecina Imías se repite la película, de terror. El río homónimo ha despertado embravecido y como el Sabanalamar ha puesto una cota distinta a todo lo previsto, lo conocido hasta entonces hay que reescribirlo: planes de contingencia, de riesgos y vulnerabilidades. Anega, ahoga, impulsa la avalancha de lodo y fango. Derrumba viviendas, atrapa personas, destruye puentes, alcantarillas…

El cataclismo ha llegado. Se llama Oscar. Irrumpió por la bahía de Mata en Baracoa como huracán categoría 1 en la escala Saffir-Simpson a las 6 de la tarde del domingo 20 de octubre; por donde mismo, ocho años, el 4 de octubre de 2016, con categoría 4, había salido Matthew dejando un rastro catastrófico a su paso desde Punta Caleta, en Maisí.

No sorprendió, se vigilaba estrechamente desde su formación. Se pronosticó su trayectoria. Se esperó desde la zona de impacto. En Baracoa, junto al pueblo los designados del Consejo de Defensa Provincial con su líder al frente: Yoel Pérez García, primer secretario del Partido y presidente del órgano. En Guantánamo, la retaguardia, encabezada por Alis Torrebanca Azahares, Gobernadora y vecepresidenta del CDP, está presta para actuar.

Los partes se suceden, las indicaciones también. El tono es de creciente gravedad en el semidesierto, que comienza a ser borrado por el aluvión. Transcurre la madrugada del lunes 21 de octubre: a las 2 am informan al Presidente del CDP: “en Imías los ríos desbordados”; a las 5:30 desde San Antonio del Sur: “el agua ha entrado a toda la ciudad a la altura del primer piso del gobierno”.

La secuencia meteorológica indica que el meteoro, al influjo de las montañas se debilita a tormenta tropical, pero descarga mucha agua sobre ellas. Los pluviómetros llegan a superar la marca de 500 milímetros donde los raros records no superaban los 300.

Recorrió en territorio oriental, hasta salir por Gibara, en Holguín, 250 kilómetros en 25 horas, 18 de las cuales estuvo anegando Guantánamo casi estacionario, a unos cuatro kilómetros por hora, más lento que el paso de una persona, provocando el diluvio de la madrugada y el terror y la desesperación de las familias que nunca supusieron algo similar. Un apocalipsis.

La retaguardia, con el equipo de rescate y salvamento de las FAR, y el Minint en emergencia parte para San Antonio del Sur, donde muchas familias están atrapadas en sus casas, sorprendidas por las intensas lluvias en medio de la madrugada y con el agua al pecho.

El auxilio avanza para San Antonio, pero Imías ha quedado aislado, sin accesos terrestres por irrupción del torrente fluvial, roturas de puentes, alcantarillas, ruptura de la carretera. Desaparece la comunicación y comienza la superviviencia en Isla, los rescates, la desesperación… ¿Abandonados a su suerte? Imposible.

Desde Baracoa, a las 6:30 am, el Presidente del CDP, acompañado por Carlos Turro Martínez, vicegobernador de Guantánamo, sale al encuentro de lo ignoto. Descienden sin mayores tropiezos La Farola hasta Yumurí y al decir del propio Pérez García “cuando pensábamos que ya teníamos esto comido” fue que comenzó la situación más compleja: el desafío para llegar a Imías.

Un deslave exigió cuatro horas de arduo trabajo para poder superar el obstáculo, narraba el propio líder político en el programa Desde la Presidencia, conducido por Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Se incorporaron personas que cooperaban y los animaban: “Ustedes no están solos”. Se sumaron un motoserrero, un cargador del Micons, mientras crecía la desesperación por llegar a Imías para ayudar, sin saber lo que allí pasaba.

Otro obstáculo le deparaba el trayecto de la Farola hacia Cajobabo. Dos ruedas del jeep ponchadas, otra del cargador, pero indetenibles iniciaron la caminata hacia el marcado destino. Las personas continuaban ayudando: un panadero de El Jobo, que avanza en moto, promete avisar a algún carro para que viniera al rescate.

El tiempo pasa y crece la distancia recorrida. Llegan a Veguitas, donde inicia La Farola. El río Jojo está desbordado y aparecen los primeros destrozos: personas que lo habían perdido todo, sus casas… solo conservaban la ropa que vestían y las informaciones no podían ser peores: imposible el paso para Cajobabo por un gran deslave.

Llegaron al punto y en el otro extremo estaba el Panadero, había cumplido y se hacía acompañar por el Presidente de la Zona de Defensa de Cajobabo (Alexander Laffita Matos, delegado de la circunscripción No. 12), quien informó sobre la situación imperante y que el río se había llevado las obras de fábrica en La Chivera, lo cual incomunicaba a Cajobabo con el poblado de Imías.

Acordonados en cadeneta humana y desafiando la corriente cruzaron el río, último valladar del vía crucis. “Por fin llegamos a Imías a las 7:30 de la noche” –narraba Pérez García-. Habían transcurrido 13 horas desde la partida de Baracoa.

Oscuridad total por cielo sin luna, agravada por la contingencia energética que se vivía. Fango, escombros, inundada la carretera central… la ropa mojada pegada al cuerpo y el agotamiento ignorado tras el encuentro con los compañeros del Consejo de Defensa Municipal, reunidos en la Dirección del Gobierno, con quienes de inmediato comenzaron los intercambios, la estrategia para resistir en isla, incomunicados, y la proyección del próximo paso: la recuperación.

Jean Martínez Terrero, vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal y presidente de la Asamblea del Poder Popular en Imías, apunta: “Alrededor de las 8:30 de la noche, ya entrada la noche, nos sorprendió la llegada del Primer Secretario del Partido en compañía de Carlos Turro Martínez, vicegobernador. Nos sentimos felices, alentados por la llegada del primer secretario contra vientos, ríos, deslaves y lluvias. Sin apenas respiro inició la valoración de los daños conocidos hasta ese momento y lamentamos la pérdida de Ramón Díaz Matos, anciano de 86 años residente en Yacabo Abajo, quien sucumbió ahogado.

El secretario se dirigió al lugar en un tránsito irregular, como imponían las circunstancias: tramos a pie, y hasta transportado por un cochero –acota la Coronel Anisley Laffita Sánchez, jefa del Sector Militar de Imías, municipio a esa hora totalmente incomunicado. En Yacabo Abajo dio las condolencias al hijo y al nieto del fallecido e intercambio con las personas; constató el panorama caracterizado por deslizamientos complejísimos, el río había arrasado con viviendas, viales, agricultura…

Con el amanecer se abrieron nuevas perspectivas. El dolor se reflejaba en los rostros, pero también la convicción de que sobre el cataclismo y las carencias renacería la vida. El meteoro abrió otro capítulo, el huracán de la recuperación, de la solidaridad, de la ayuda nacional e internacional que ya rompió la incomunicación vial.

“Trabajamos intensamente por recuperarlo todo y todo tiene que quedar mejor que antes, porque Juntos podemos más”, confirmó a la nación Yoel Pérez García, primer secretario del Partido en la provincia de Guantánamo, al comparecer por videoconferencia en el programa Desde la Presidencia, dedicado en la edición del 2 de noviembre, a los acontecimientos vividos en el Alto Oriente Cubano al paso del huracán Oscar y los avances en la recuperación.