oralitura habana2El público los ve salir al escenario con ímpetu, casi al final de la gala inaugural de la más reciente edición del Festival Chocolate con Café. Se presentan y comienzan una batalla campal de rimas e improvisación. Los presentes los acompañan con palmas y exclamaciones, emocionados por la interpretación.

oralitura habana1Roly (izquierda) y Alex (derecha), miembros del proyecto Oralitura Habana.

Ellos, Alex Díaz Hernández y Roly Ávalos Díaz, son representantes de Oralitura Habana, de visita por primera vez en la provincia de Guantánamo. A ambos les llega la improvisación por la vena familiar, pero supieron labrar su propio camino hasta la conformación de un proyecto que tiene como principal objetivo no dejar morir esa tradición.

"La idea nació en septiembre de 2019, con la realización de un festival internacional que respondía a una necesidad obvia. En La Habana no existía ningún evento dedicado a la improvisación poética, y pensamos en ampliar sus horizontes a manifestaciones más allá del repentismo tradicional", comenta Alex Díaz, integrante y líder del proyecto.

"Al día siguiente, y todavía con la 'resaca' del evento, nos preguntábamos qué hacer. ¿Esperar hasta el próximo año para celebrarlo? No era una opción. La aceptación de la gente nos obligó a seguir trabajando, no solo con los espectáculos, sino desde la investigación, los materiales audiovisuales, la televisión, las redes sociales".

Su trabajo defiende las tradiciones autóctonas de la cultura cubana. "Nos centramos en mostrar la gran cantidad de jóvenes que hay haciendo repentismo en Cuba, incluso fuera del festival, afirma el joven repentista. Hemos logrado posicionar una marca que nos sobrepasa a todos, y que incluye a muchos improvisadores, tanto jóvenes como consagrados.

"Es importante mantener viva la décima, el repentismo y el punto cubano, que es Patrimonio Inmaterial de la Nación y de la Humanidad, pero a la vez nutrirlos de prácticas novedosas, y justo eso realizamos. No divorciamos lo tradicional de lo contemporáneo, sino que intentamos crear un punto en común que sea más atractivo a un sector poblacional más amplio", explica.

Roly, a su izquierda, comparte aspectos esenciales de su labor habitual. "Intentamos mezclar la décima con el teatro, como un espectáculo, además de otras manifestaciones como la música, las artes visuales. Es el caso de Cuarto de mala música, poemario de Alexis Díaz Pimienta, próximo a cumplir 30 años de haber sido publicado. Lo llevamos a escena con música, performance, toda una situación poética donde la décima y la improvisación son protagonistas.

"Hacemos, también, ‘choques’ de improvisadores, donde vinculamos a raperos y repentistas en un ring de boxeo, como si fueran rivales. Esta modalidad ha sido muy aceptada, especialmente por jóvenes. Asimismo, impartimos talleres, sobre todo, para adultos. Existen muchas escuelas de improvisación para niños, no así para mayores. Tratamos de realizar, como mínimo, un taller trimestral para que se vuelvan conocedores y defensores de un patrimonio que nos pertenece a todos".

El joven escritor y además Licenciado en Comunicación Social, en la Universidad de La Habana, habla de los proyectos por venir. "Quedan muchos anhelos por realizar. Nos gustaría venir más seguido al oriente del país. Estar en Santiago de Cuba, en Granma. Participar en la Jornada Cucalambeana. Estamos ansiosos por mostrar en otros escenarios lo que hacemos: extender el repentismo a toda la nación”.

Comenta, además, sobre el próximo espectáculo que tienen preparado. "Rimando con mis derechos es un show dedicado al público infantil. Se remonta a otro proyecto que se realizó en 2008 junto a la UNICEF, y conmemora los 35 años de la Declaratoria de los Derechos del Niño.

"Contará con un elenco de todas las edades, y habrá tonadas, improvisación, juegos, adivinanzas, sorpresas, para que el público de La Habana, el 8 de diciembre, a las 4:00 pm -en el Museo Nacional de Bellas Artes- disfrute de esa experiencia", asegura.

"Hacía muchísimos años soñábamos con venir a la zona oriental del país, y llegar al Festival Chocolate con Café -aunque no sea como uno de los espectáculos, sino que vinimos como improvisadores- es importante, de igual manera”, expresa Roly.

En esta ocasión especial, visitaron la provincia en compañía de Eduardo Pocho, un joven virtuoso del laúd "que está haciendo muchísimas cosas interesantes e intenta demostrar que dicho instrumento no se usa solo para el repentismo tradicional, sino también desde otra perspectiva, y esa fusión de su talento con nuestro arte ha tenido mucha aceptación".

Improvisar desde el alma

"La improvisación es una caja de sorpresas -dice Alex, mientras mira a Roly y asiente. Cuando sales a improvisar, lo haces con el alma al desnudo, intentando sorprender al público, que es cada vez más variado, más exigente y más retador. Eso nos hace prepararnos más, en respeto al pueblo, que es muy conocedor de la décima improvisada, del repentismo", asevera.

"Cada vez que subimos al escenario es un contexto distinto -continúa su compañero- es como si fuese la primera vez. Debemos entregarlo todo. No tengo preferencias por ninguna modalidad, ya sea improvisar de manera libre, en controversia, con pie forzado, porque el improvisador no debe seguir un solo estilo. Lo único que tenemos en común es esa entrega en cada una de las presentaciones", afirma.

Oralitura Habana desarrolla un arduo trabajo desde las redes sociales en la visibilización de sus espacios y proyectos, para hacer llegar lo que hacen a más personas. "Que puedan sentirlo como parte de sus vidas, sin que haya una disputa con otros géneros urbanos o más populares"; sin embargo, este proceso atraviesa algunas dificultades.

"Los espacios que existen para la difusión de esta rama de la cultura están lejos de ser suficientes -asegura Roly. Palmas y Cañas es el programa televisivo por excelencia de este sector. Lleva más de 60 años al aire, pero no muestra toda la realidad del fenómeno repentista cubano. Por el contrario, construye de cierta forma una imagen del repentista tradicional, vestido de guayabera, cercano al ambiente rural y no todo es así".

Alex complementa sus ideas. "Esto limita la participación de los jóvenes, quienes muchas veces no se sienten atraídos por esos estereotipos, que no van acordes con sus intereses o tiempos actuales. No todos los repentistas viven en el campo, no todos los campesinos visten de guayabera.

"Esto provoca que muchos niños se alejen del proyecto al llegar a la adolescencia, porque es un arte que, a veces, se asocia a la tercera edad, a un sector poblacional estricto. Por eso, se necesitan alternativas distintas, que muestren la frescura del fenómeno, que se alejen de programas y formas de hacer acartonadas. Que demuestren que se pueden hacer proyectos más allá de la política, de un noticiero, del ambiente campesino", confiesa.

Ambos entrevistados defienden sus argumentos desde el estudio y la comprensión de la realidad. "Cuando llegas a una escuela, por ejemplo, la primera reacción de los jóvenes es de burla, aunque también seamos jóvenes. Después le sigue el interés, y por último, la fascinación y admiración, pero comienzan por el rechazo.

"Es un proceso paulatino que parte de la burla en escuelas, talleres, y lo sufrimos muchísimo. Normalmente se apartan hasta alcanzar la madurez suficiente para ignorar la opinión de los demás. Es el principal problema contra el que luchamos, demostrarle a la gente que el repentismo es un género más rico y abarcador de lo que se imaginan, pero hay que cambiar la imagen popular que se tiene", precisa.

De cualquier forma, Alex, Roly y los demás miembros de Oralitura Habana batallan por lograr sus objetivos, aunque son conscientes de que el trabajo por hacer nunca será suficiente. Sin importar qué, tienen en sus manos una labor encomiable: salvaguardar, con el esfuerzo del día a día, lo más valioso de cualquier nación, su identidad.

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