Es 11 de abril. La luna asoma, roja, bajo una nube, en la Playita, al pie de Cajobabo. En ese escenario, hace 130 años, estuvo José Martí.
Con la mar bravía, bajo torrencial aguacero, desembarcaron el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, Máximo Gómez, el Generalísimo, máximo jefe militar de la contienda de 1895, junto a Marcos del Rosario, Paquito Borrero, César Salas y Ángel Guerra.
El lugar del desembarco es impresionante. Ya amanece, este 11 de abril. Más de medio siglo después, el sol pinta con su luz el cielo de la patria libre, rojizo, azul intenso, violeta, dorado…
Un bote se divisa en el horizonte. Reman brazos jóvenes, reeditando la azarosa recalada. En la orilla, una representación del pueblo los espera, entre la multitud, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República de Cuba. Están en la Playita para honrar a los héroes de aquel suceso y reafirmar que aún seguimos su ejemplo.
La tropa de mambises del siglo XXI llega hasta el monumento, erigido en esa punta saliente de costa, por la cual arribaron, hace más de una centuria los expedicionarios. El acontecimiento, efeméride más importante de la provincia de Guantánamo, se recuerda allí con más vehemencia en un ya tradicional acto político-cultural.
En ese sitial histórico también estuvo un gigante, en una noche, de otro 11 de abril, justo cien años después del arribo de Martí y sus compañeros al suelo patrio.
¡Allí estuvo Fidel! Izó la bandera de la estrella solitaria, frente al mar, y no hubo más sonido que el de las olas, mientras la enseña nacional danzaba al compás de la brisa.
En aquel simbólico encuentro, el Comandante en Jefe convocó a la juventud a mirarse en aquellos patriotas: “¡Que sean como ellos es mucho pedir, pero lo pedimos!, ¡que sean mejores es pedir más, pero lo esperamos!”.
Bajo esa máxima, compartió ahora Díaz-Canel Bermúdez con 130 jóvenes de todo el país, allí, en ese lugar sagrado de la Patria.
La Dra.C. Noralis Palomo inició el intercambio. En verbo encendido, apasionado, trasladó a los participantes detalles de aquella noche tormentosa de 1895.
Hablaron los jóvenes. Se conocieron de historias de superación, frente al genocidio bloqueo estadounidense, de unidad, fidelidad martiana, compromiso.
Díaz-Canel agradeció el encuentro con la historia, el respaldo de las nuevas generaciones.
Dicha grande por tener esta historia, dijo, dicha por contar con figuras como Maceo, Martí, Máximo Gómez, Camilo, Frank, el Che, Fidel.
“Dicha grande porque estamos viviendo este momento decisivo de la Patria. El mejor aporte de estos tiempos será hacer perdurar la Revolución, con compromiso, lealtad, valentía, ¡porque nadie nos a doblegar! ¡Dicha grande!