La producción de Bocashi, un abono orgánico fermentado de origen japonés, de probada efectividad en el desarrollo de los cultivos agrícolas, se fortalece en el municipio de Maisí, pues además de elaborarse en el Centro de gestión Los Llanos, su iniciador, ahora se extiende a otros colectivos de ese tipo, como Cantillo, La Máquina, Vertientes y La Tinta, pertenecientes a la Empresa Agroforestal del territorio.
De acuerdo con Alexey Leyva Marzo, jefe del Centro de gestión Los Llanos, la experiencia destaca por su adaptación al contexto local, pues lejos de depender de insumos importados, emplea subproductos abundantes en la zona, como pulpa de café, cascarilla del beneficio seco del grano, residuos de carbón, suelo y melaza.
Para el presente año, Maisí planifica producir 350 toneladas del compuesto orgánico, y hasta mayo logra 220, aseguró Mireya Alba, especialista en Suelo, en la Delegación Municipal de la Agricultura. Esas cifras evidencian un escalamiento de la producción, respondiendo a la creciente demanda del surtido.
El abono, vendido a los productores locales al módico precio de cinco pesos el kilogramo, se ha convertido en un insumo clave. Su aplicación es versátil, pues beneficia a siembras diversas, aunque hasta el momento su uso se concentra principalmente en cultivos varios y posturas de café. La dosis varía según el cultivo.
La elaboración del Bocashi en el oriental municipio data de unos dos años, con impacto positivo en el desarrollo de los cultivos y la agroecología. Las siembras tratadas con él muestran un crecimiento vegetativo vigoroso y acelerado, según sus aplicadores.