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Adrienis tiene diez años, aunque por su estatura parezca una niña de menor edad. Es ciega, pero ha aprendido a reconocer con texturas, formas, sonidos... también habla con fluidez el inglés y pregunta por todo lo que desconoce.

Desde los dos años asiste a la Escuela Especial 14 de Junio, un lugar “muy lindo, y rico”, según asegura al equipo de Venceremos que le pregunta sobre su centro educativo.

Me siento bien en toda la escuela”, agrega y abre los brazos como si quisiera abrazar al centro entero, olvidando el bastón que agarraban sus manos y ríe a carcajadas.

“Yo sé tender mi cama, bañarme, vestirme y peinarme sola. ¿Viste este peinado?, me lo enseñó hacer la abuelita Alicia, y menciona a una de las cuidadoras que en las noches acompaña a los niños internos de la institución.

A su lado, sonriente, la observa Brayan. Él no puede escucharla, su sordera es profunda, pero sigue la conversación a través del lenguaje de señas guiado por Francisca Cerce Redó, psicopedagoga y profesora de Apreciación Auditiva en la escuela.

Brayan mueve las manos y Francisca, es ahora, la que da detalles de la conversación a Venceremos.

El pequeño, de nueve años de edad, es el jefe del colectivo, y también delegado al Congreso pioneril. Habla con las manos sobre el amor, el cariño y el agradecimiento que siente por sus maestros y compañeros de la 14 de Junio. Ellos también, son parte de su familia.

Francisca traduce que el pequeño dice sentirse feliz, prefiere la asignatura de Matemáticas, jugar fútbol, dibujar, y entre sus sueños está, que el lenguaje de señas se convierta en una asignatura complementaria en todas las enseñanzas, para así compartir con más niños sin barreras en la comunicación.

1La 14 de Junio es un semillero de vida. Adrienis y Brayan son parte de la matrícula de 190 infantes con necesidades educativas especiales en el área de la visión y la audición, atendidos en la institución educativa, un sitio que además ayuda a otros con patologías de ceguera, baja visión, sordera, hipoacusia, además de estrabismo y ambliopía.

Comunicación sin barreras        

Cuatro décadas de trabajo lleva Francisca Cerce Redó en la escuela 14 de Junio, institución que define como su hogar, y donde ha recibido agradecimientos de muchas familias por la formación y atención a sus hijos.

Hoy -asegura-, tiene el regocijo especial de ver “a sus niños” convertidos en maestros, instructores de Lenguas de Señas, auxiliares pedagógicos, incluso, compañeros de trabajo.

3En el salón de rehabilitación auditiva se estimulan los sonidos en los infantes durante las clases de percepción auditiva.Desde el 2022, Francisca lidera el proyecto Comunicación sin barreras, cuyo objetivo es divulgar, promocionar, familiarizar a las personas oyentes con la lengua de señas cubana, utilizada por la comunidad sorda como primera lengua.

“A raíz de la aprobación de la Ley 94, que establece la Lengua de Señas Cubana como idioma oficial y patrimonio cultural de las personas sordas, y que entrará en vigor en agosto, decidimos insertarnos en actividades dentro y fuera del Consejo Popular, donde se ubica la escuela.

“Es un proyecto socioeducativo, que inició interactuando en las aulas, aprendiendo el sistema táctil, por donde el niño sordo comienza, aprende a leer y a escribir. Luego fuimos insertando las otras alternativas de comunicación, como es la lectura labiofacial, que es la actividad de leer los labios de la persona del interlocutor.

“También la expresión corporal, porque la comunicación no es solamente de forma oral, sino que el cuerpo, la expresión facial, muestran los estados de ánimos, si estamos tristes, cansados, alegres, ansiosos”, detalla.

Comunicación sin barreras ha compartido su quehacer en comunidades del reparto Rubén López Sabariego, Río Guaso, San Justo, la escuela militar Camilo Cienfuegos, y en actividades de la Organización de Pioneros José Martí, la Unión de Jóvenes Comunistas, entre otras.

El proyecto, agrega Francisca, involucró también a la familia de los niños sordos, para quienes se organizó un curso corto, y se incluyeron a los maestros que no son especialistas en la lengua de señas. La idea gustó mucho, y hasta en su página institucional se publicó, como un curso de verano.

“A la iniciativa se sumaron muchas personas que no tenían familiares con esa discapacidad, pero querían aprender.

"La estrategia es enseñar las señas más básicas, como pedir el agua, la leche, decir algunos lugares, los colores, porque el niño sordo cuando llega a nuestra institución educativa, muchas veces apenas puede comunicarse con la familia, o viene haciendo señas rudementarias, entonces el padre también se va alfabetizando y conoce el lenguaje de señas igual que su hijo.

“Quienes visitan la escuela, se percatan que nuestros pequeños, a pesar de tener una discapacidad visual, también conocen la lengua de señas porque somos un centro bilingüe. Bajo esa premisa organizamos las actividades culturales del centro, donde los niños oyentes son capaces de comunicarse a través de canciones, poesías, con los sordos”, resalta Cerce Redó.

2Adrienis junto a la profe Teresa, quien le enseña la lectoescritura en braille.Otra “veterana” en la 14 de Junio es Teresa Cintra Toledano, Máster en Ciencias de Educación Especial, quien inició como maestra de apoyo, hace más de 40 años, y sigue enamorada de su profesión, asegura.

“Soy jubilada reincorporada, y en mis años de trabajo cada día es una clase de superación, junto a mis alumnos, y su familia, ese vínculo estrecho es vital para poder avanzar”, aclara

Atiende a escolares ciegos y con baja visión, les imparte asignaturas especiales, como la orientación y movilidad, estenografía braille, escritura plana...

“La orientación y movilidad se da desde los primeros grados y es donde el niño se va a orientar en el medio que lo rodea. Para ello se le enseñan técnicas, ya sea para sentarse, rastrear, subir y bajar escaleras, recoger objetos, utilizar el bastón, porque el bastón es el guía, un medio fundamental para desplazarse, tanto en lugares abiertos como en lugares cerrados.

Es que la escuela tiene como objetivo fundamental eso. Formar a los niños para que sean independientes.

“La escritura plana, en cambio, se imparte a los niños a partir del segundo y tercer grado. Aprenden a escribir textos cortos en tinta, y lo hacen con reglas y lápiz. La estenografía braille llega en el cuarto, quinto y sexto grados, pues los textos son muy grandes y en estos niveles superiores, ellos pueden utilizar la abreviatura.

Teresa tiene muchísimas anécdotas de la superación personal que han tenido “sus niños”, en estas cuatro décadas de profesión, pero prefiere contar la que vive ahora, la pequeña Adrienis

“La niña desde que nació estuvo ingresada hasta cerca de los tres años. Alrededor de los 2 añitos empezó a asistir aquí; su mamá la traía a la rehabilitación cuando aún permanecía en el Hogar Materno, porque estaba delicadita de salud. Ella aparte de la ceguera, tiene el paladar extendido, y otra discapacidad asociada con el crecimiento y la capacidad intelectual.

“Ahora buscamos que logre aprender la lectoescritura en braille, aunque es complejo, ella ya se ha aprendido el alfabeto. Estamos trabajando en base a leer palabras y oraciones.

“La máquina se le da al estudiante en cuarto grado, pero cuando un niño tiene un problema comprometido en el intelecto, o tiene un problema en la motórica fina, que es lo que le desarrolla la habilidad para la escritura, tomamos la alternativa, con el consejo de dirección, de darle una máquina, es por eso que ella ttiene una.

Aunque Adrienis vive cerca de la escuela, está interna para que su mamá pueda a atender a sus otros hijos y la pequeña no falte a la rehabilitación.

“La relación con la familia es buena. Siempre converso con su mamá y con los familiares que la traen. Les explico que aquí hay muchas personas para poder atenderla, y la importancia que asista desde el lunes, y que su recogida sea el viernes, porque por mucho amor que les brindemos como quiera que sea, la familia es la familia”, dice y Adrienis, quien ha escuchado muy atenta la conversación.

Actualmente Teresa atiende en la 14 de Junio a Adrienis y asume la responsabilidad de la continuidad de estudio de otros 45 alumnos, incluidos en las diferentes enseñanzas.

“Son estudiantes que continúan sus estudios fuera ya de la escuela, tienen el intelecto normal y nosotros orientamos a los profesores el tratamiento procedente con el estudiante, el seguimiento.

“A los estudiantes con baja visión y ciegos, le ponemos un niño aventajado al lado para que los guíe en el proceso docente educativo.

“Ellos son ejemplo de lo que se puede cuando hay voluntad, y ahí están, aún con su discapacidad visual o auditiva, insertados en las diferentes enseñanzas, incluso en la Universidad, o ya graduados como profesionales de la sicologia, la medicina", dice orgullosa.

Casa hogar

4 okLos dormitorios tienen buen confort.La vida interna de los estudiantes de la 14 de Junio es similar a la de un hogar, asegura Nélida Benítez Sanz, subdirectora para el trabajo educativo en el centro, quien muestra al equipo de Venceremos el confort de las habitaciones, con camas amplias y cómodas.

"Cada pequeño tienen su ventilador, su closet; disfruta de una sala para ver la televisión, acondicionada con juegos de parchi, damas…

“Tenemos 20 niños internos, 11 hembras y 9 varones. En la primera semana de adaptación vienen con un familiar, quien comparte con el pequeño los horarios y actividades que deben cumplir y puede ver en el ámbito que se desarrolla su hijo, porque en muchos casos son niños muy pequeños, y algunos nunca han salido de su hogar.

“Se levantan a las 6 de la mañana, hacen gimnasia matutina, luego el aseo, desayunan y van para las aulas. Tienen receso, meriendan, regresan a la docencia, almuerzan, reposan, y si tienen clases vuelven a las aulas; luego que los niños semi internos salen de la escuela por la tarde, los internos continúan otras actividades de auto estudio y recreación con los instructores de música, danza, artes plásticas, profesores de educación física, cada uno tiene un día específico.

"A los niños se le enseñan hábitos que les permitan ser independientes, como arreglar su cama, vestirse, peinarse, alimentarse solos. En la habitación con ellos está una veladora, responsable de cuidarlos de noche, darles si lo necesitan, algún medicamento, acompañarlos al baño o conocer si se sienten mal, siempre estará una adulta cuidándolos, tanto en el dormitorio de las hembras como en el de los varones.

“Los pequeños semi internos tienen sus ómnibus que los recogen por la mañana y los regresan en la tarde. Tenemos tres guaguas que cubren las rutas norte, sur y centro de la ciudad, es gratuito y también lo comparten con los maestros que trabajan aquí.

“En medio de la difícil situación que atraviesa el país, la educación especial es prioridad del gobierno, de ahí que se mantengan las seis comidas, con calidad y variedad. Por ejemplo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias garantizan cada mes el plato fuerte, y en el menú está la carne de res y de cerdo.

“Los pases son cada 25 días, y también tienen transporte para sus municipios. Aquí hay niños de San Antonio del Sur, Yateras, Manuel Tames, Caimanera... los familiares vienen a buscarlos los fines de semana si viven cerca, y los más lejanos, tienen las visitas de sus padres. Muchos no quieren irse”, dice sonriendo.

Una escuela integral

51Yaima Salas: “Nuestros niños son tratados como entes únicos cuyas potencialidades merecen ser cultivadas”.La Escuela Especial 14 de Junio es también un centro hospitalario, destaca Yaima Salas Ruiz, directora del centro educativo, pues los niños que ingresan allí poseen un certificado médico que orienta la estadía para su corrección y/ o compensación del defecto que tengan, ya sea visual o auditivo.

“En el caso de los pequeños ciegos, sordos e hipoacúsicos, están en nuestra institución educativa hasta sexto grado, ya de ahí pasan a la continuidad de estudio, que es en las otras enseñanzas educativas, donde nuestros maestros de apoyo continúan guiando el aprendizaje, y preparan a ese personal para que el proceso docente educativo llegue con calidad a nuestros niños con discapacidad.

"Los niños estrábicos y ambliopes, agrega, cesan su atención en cuarto grado, pues la visión se desarrolla hasta los nueve años, por lo que esa visión tiene que estar compensada, luego del tratamiento médico con las técnicas oftalmológicas directamente.

"Los docentes de la escuela son especiales, porque son maestros terapeutas, quienes en las aulas continúan dando tratamiento a la visión y a la audición en cada caso.

"A esas atenciones se suman especialistas de oftalmología, del Hospital General Agustinho Neto y del Centro provincial Auditivo, a través de consultas en la propia escuela y visitas a estos centros médicos.

“Los niños sordos, por ejemplo, son llevados hasta el centro auditivo para realizar pruebas audiométricas, ver las prótesis auditivas, revisar las pilas, estas últimas deficitarias en el paíss por el bloqueo estadounidense que imposibilita su compra en el exterior", lamenta Salas Ruiz.

La solidaridad de amigos extranjeros también ha llegado a la escuela. La organización solidaria Cuba Sí, de Alemania, donó diez modernas computadoras, marca Lenovo, lo que facilita el proceso de aprendizaje de una treintena de niños con implante coclear, sordos e hipoacúsicos.

“Las computadoras están instaladas en el salón de rehabilitación auditiva, es una tecnología única en el país, en este tipo de enseñanza, que permite estimular los sonidos en los infantes durante las clases de percepción auditiva.

“El salón está entre las obras que se inaugurarán en saludo al 26 de Julio, pues se acondicionará el local con un mejor confort acústico, equipos de climatización, entre otras mejoras”, explica.

La institución cuenta también con un salón para acoger a los pequeños desde un año de nacidos hasta el quinto año de vida, el cual funciona como un círculo infantil, atendiendo desde edades tempranas las necesidades educativas especiales.

“El colectivo de nuestro centro es muy unido, es una fuerza especial, que no fluctúa mucho, aquí tenemos fundadores y recién graduados que te hablan con compromiso y amor de su trabajo, herencia legada por Dagmaris Bosch Soler, Doctora en Ciencias Pedagógicas y directora-fundadora de la escuela, a quien recordamos con mucho cariño y respeto”.

“Aquí, cada niño es visto como un individuo único, con potencialidades que merecen ser cultivadas. Los educadores trabajamos en crear un ambiente donde el aprendizaje se adapte a las capacidades de cada estudiante. Y ahí está nuestra esencia, esa que va más allá de las lecciones académicas: formamos seres humanos íntegros, independientes, capaces de enfrentar el mundo con valentía y amor”.