La quietud reinante hasta hace unos meses en los campos de San Juan de Lavadero comienza a trastocarse en trabajo diario y transformador, con evidencia en hombres sudorosos en el surco y en decenas de hectáreas (ha) rescatadas al monte y ya sembradas de yuca, malanga, ñame, plátano, maíz y otros cultivos.

Lavadero foto 21A punta de pico se realiza el hoyado para la siembra de malanga.Es una verdadera resurrección agrícola lo que acontece en ese lejano sitio del noreste maisiense, al que solo es posible llegar a pie, o dando tumbos en un tractor o en un todoterreno, como el Waz de la Empresa Agrofestal del municipio, mediante el cual pudimos acceder al corazón de la agreste comarca de suelo ferralítico rojo.

Dichas tierras estuvieron cubiertas de café por muchos años, hasta que en octubre de 2016 el huracán Matthew destrozó las plantaciones y las áreas se desatendieron, hasta convertirse en montes. Montes que ahora se limpian para dedicarlos a la producción de comida, necesidad esencial de estos tiempos.

El prestigio ganado por la UBPC Iraelda Marzo, hasta hace algo más de un mes dirigida por el joven Alberto Fernández (promovido a director de la Empresa Agroforestal de Maisí), fue un factor decisivo en la recepción de esas tierras, que en total, y hasta el momento, suman 77 ha, de las cuales 40 ya están sembradas, según la afirmación de Marcia Matos Marzo, la nueva presidenta de la cooperativa.

Las áreas de San Juan de Lavadero se encuentran a unos 12 kilómetros de la sede de la UBPC, ubicada en la comunidad de Casimba, lo que agranda el reto que tiene por delante esa forma productiva, sobre todo por las consabidas limitaciones con el transporte, el combustible y otros recursos.

Fuerza de la zona, motivada y consagrada

Por fortuna, la fuerza de trabajo destinada a explotar las parcelas es de la propia zona y, por lo observado en el terreno, dispone de una alta motivación y consagración a la tarea.

Lavadero foto 3Ahora tengo la oportunidad de mi vida de probarme como dueño de finca.- Reiniolvis.Así lo corrobora Reinelvis Matos Matos, quien en las 2,6 ha que atiende tiene sembrado ñame, yuca, maíz y calabaza. Asegura este productor sentirse contento por la presencia frecuente de los dirigentes de la cooperativa, por los recursos recibidos: limas, azadas, machetes; y porque de las cosechas el 80 por ciento lo vende a la UBPC (que lo destina al consumo social, placitas y mercados) y el 20 restante es para el autoconsumo familiar.

Antiguo trabajador agrícola en la granja del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), ubicada en esos predios, Matos Matos asegura que además de los mencionados recursos la UBPC los apoya con alimentos que ellos no producen, como el arroz.

A Reiniolvis, hermano de Reinelvis, lo abordamos en plena faena de hoyado     para la siembra de malanga, labor de exigencia física en la que recibía el apoyo de otros lugareños.

Extrovertido, conversador, Reiniolvis afirma que recibió cinco ha, en tres de las cuales ya crecen la yuca y la malanga, renglón este último que continuará sembrando para realizar varias cosechas al año, según expresa.

Padre de cinco hijos, como su hermano también fue trabajador agrícola en la granja del EJT, faena a la que se incorporó siendo muy joven. “Desde que dejé la secundaria, a los 16 años, trabajo la tierra, a la que le conozco muchos de sus secretos.

“Prácticamente he vivido de la tierra y ahora, con cinco ha que atender, tengo la oportunidad de mi vida, de probarme como productor y cosechar más para el bienestar del pueblo y de mi familia.

“Esta malanga que vamos a sembrar en estos hoyos salen para julio del año que viene. Tal vez estén buenas un poquito antes, pero es mejor que cumplan el año bajo tierra para que alcancen mayor desarrollo”, responde a una interrogante nuestra.

Sustantivo crecimiento en áreas

La novel presidenta de la UBPC interviene en el diálogo para afirmar que si bien se busca diversificar los cultivos, e incentivar el fomento de las viandas tradicionales de la zona, en esta etapa las mayores siembras son de yuca.

Lavadero foto 1Reinelvis en plena faena en su finca, donde el ñame es un cultivo relevante.Esa prioridad con la yuca está en correspondencia con su valor estratégico, al ser un cultivo que se desarrolla bajo tierra, resistente a la escasez de lluvia y factible de cosechar todo el año, si se asegura la siembra escalonada y, consecuentemente, la llamada escalera productiva.

Con el traspaso de las áreas de San Juan de Lavadero a la Iraelda Marzo, esta UBPC totaliza ahora 242 ha, y pasan a ser los cultivos varios los de mayor disponibilidad de tierra, con 101 ha (24 que se disponían más las 77 adquiridas), les sigue el café, renglón principal de la cooperativa, con 88.6 ha y la ganadería ovino-caprina, con 52 ha, de acuerdo con los datos aportados por Decy Labañino Cantillo, jefe de producción de la cooperativa.

Un fruto de la cooperativa

Lavadero foto 4Marcia junto a los implementos para la preparación de tierra, fruto de la colaboración internacional.Marcia, la recién estrenada presidenta, es creación de la propia UBPC, donde inició hace 14 años como auxiliar de contabilidad, luego fue económica de un proyecto de desarrollo local de la cooperativa y posteriormente directora de ese proyecto, responsabilidad que desempeñaba cuando hace algo más de un mes fue designada para dirigir el colectivo.

Locuaz, atenta, servicial, con dominio de su labor, esta maisiense de 37 años y estudiante de tercer año de Derecho, promete continuar el camino ascendente de la Iraelda Marzo, UBPC líder, por sus resultados y reconocimientos, entre las nueve existentes en el municipio.

“Asimilar las tierras ociosas de San Juan de Lavadero y hacerlas producir bien es un desafío para el colectivo, el que ya estamos enfrentando con la responsabilidad que amerita la confianza depositada en nosotros”, asegura con desenfado Marcia. Y concluye:

“No vamos a defraudar esa confianza. En unos meses ya hemos recuperado y sembrado 40 ha y seguimos adelante, hasta llegar a las 77 este año. Recientemente, mediante un proyecto de colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, recibimos un tractor con su dotación de implementos, lo que abre nuevos horizontes a la UBPC y a las tierras de San Juan de Lavadero”.

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