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Milagros Calderón es un referente en el estilismo.En su antebrazo derecho un tatuaje muestra un peine y una tijera. Son, al mismo tiempo, marca personal y declaración de principios. Para Milagros Calderón Rivera esas herramientas de trabajo son las llaves con las que ha abierto puertas al empoderamiento femenino en su natal Guantánamo y mucho más allá de las fronteras de Cuba.

De joven, su destino parecía otro. Graduada en Cultura Física y Construcción Civil, Milagros vivía para el baile. En la universidad fue parte del conjunto músico danzario Jagüey y soñaba con escenarios, coreografías y aplausos.

La peluquería, oficio de su madre, no estaba en sus planes. Sin embargo, la vida suele tejer sus hilos con sorpresa. La enfermedad de su madre la obligó a atender a una clienta y, casi sin querer, se encontró de frente con el legado familiar.

“Yo quería bailar, no peinar”, confiesa entre risas. Pero aquella tarea que al inicio cumplió por deber, pronto se convirtió en vocación. Su progenitora le entregó responsabilidades y, entre tijeras y tintes, empezó a descubrir la magia de transformar la imagen de una persona, su ánimo y su confianza.

“Me enamoré del oficio hasta soñarlo. No solo educo a los que se forman conmigo como peluqueros, también educo a los clientes. Eso es maravilloso”.

El puente con la FMC

El encuentro con la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el año 2010 marcó un antes y un después. Desde los primeros cursos que impartió en la Casa de Orientación a la Mujer y las familias, hasta hoy, la relación ha sido constante.

Milagros ha laborado de la mano de la organización femenina en múltiples espacios comunitarios para embellecer a mujeres que velan por la seguridad del país o trabajan en centros penitenciarios. Su presencia a estado desde la Brigada de la Frontera hasta campos de café, talleres familiares y programas en el telecentro Solvisión. Su vínculo con la FMC no se limita a embellecer; ha sido puente para educar, orientar y acompañar a mujeres en su crecimiento personal y profesional.

“Con la Federación he aprendido que la belleza no es solo apariencia, es autoestima, es independencia. Y cuando una mujer se siente segura de sí misma, puede transformar su vida y la de su familia”, afirma.

Su salón es un espacio importante para adquirir habilidades del oficio.Las habilidades de profesora en los cursos de la federación fueron un respaldo cuando desde el sector de Educación le pidieron multiplicar lo aprendido y convertirse en profesora del Politécnico Emma Rosa Chuy Arnau. Allí comenzaron sus primeros cursos de estilismo y cosmetología, germen de lo que luego sería una trayectoria como profesora reconocida a nivel nacional e internacional.

La llegada de la Covid-19 supuso un reto inesperado. Las aulas se cerraron, las prácticas se detuvieron y parecía que la enseñanza de la belleza debía esperar. Pero ella no concibió detenerse. Junto al doctor en Ciencias Luis Manuel Barrios y e Iván Pérez Sosa, (sus guías en el mundo del estilismo) crearon una academia virtual: clases por WhatsApp y Facebook, cursos abiertos a quien quisiera aprender, desde La Habana hasta Buenos Aires.

El resultado la sorprendió incluso a ella: decenas de estudiantes de Colombia, Venezuela, México, Puerto Rico, Argentina y Brasil se sumaron a los talleres. La red creció y la experiencia demostró que la peluquería, como la educación, también podía sobrevivir en la virtualidad.

Su labor no ha pasado inadvertida. Ha recibido reconocimientos de la Academia de Tricología Estética de México, participado en congresos internacionales y ha sido premiada a nivel nacional en eventos de belleza. Entre sus proyectos más recientes destaca el libro Rizos poderosos, un compendio de conocimientos y experiencias que simboliza, con cada rizo, la fuerza de las mujeres.

En Guantánamo, Milagros es referente. Su salón, ubicado en Beneficencia y el cuatro Norte, es también aula anexa de la especialidad Servicios de Belleza, del Politécnico Emma Rosa Chuy Arnau, un espacio importante para crear habilidades en los jóvenes.

De ese vínculo, nace la exposición Beneficios de los productos naturales para la piel y el cabello, presentada por sus estudiantes en el evento regional de sociedades científicas de las enseñanzas Preuniversitaria y Técnico-Profesional, realizado este año, en Granma, donde obtuvieron reconocimientos.

También representa a la Escuela Internacional de Belleza Bella Caribe. Imparte diplomados validados internacionalmente por el Instituto Iberoamericano de Tricología y Estética, radicado en México, y al que pertenecen asesores de fama mundial, y a nivel nacional sus cursos cuentan con el apadrinamiento de la Universidad de La Habana, y la Academia de Ciencias Cosméticas, entre otras entidades.

Con esos saberes, junto con la FMC y la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia, forma a jóvenes y adultos en los servicios de belleza, impulsando oficios que generan independencia económica.

Más que estética

Para Milagros, la peluquería trasciende el espejo. Habla de independencia económica, de autoestima, de familia. “Antes, muchas mujeres dependían del salario del esposo. Hoy, gracias a esta profesión, muchas sostienen a su familia, crean negocios y ganan autonomía luego de los cursos. Eso es empoderamiento”, asegura.

El apoyo de la familia —dice— resulta crucial. Sin ese sostén, es difícil resistir largas jornadas y el esfuerzo de capacitarse. “La familia es la que sostiene al sostén”, bromea. Pero enseguida añade: “Cuando una mujer tiene el respaldo en casa, puede volar alto”.

A sus estudiantes y a quienes sueñan con iniciarse en el estilismo les repite siempre lo mismo:

“Si sienten amor por la moda, el cabello y el arte de transformar a las personas, atrévanse. El estilismo es creatividad, independencia y libertad. Aquí no solo se embellece, se dejan huellas”, reconoce.

Ella bien lo sabe, convirtió una obligación en vocación; y de conjunto con la FMC ha creado un espacio para multiplicar saberes, entre tijeras y peines, que han dado forma a un camino de empoderamiento colectivo.

“Una mujer que aprende un oficio cambia su vida, y la de todos los que dependen de ella, Atrévanse a soñar en grande. Este es un mundo de creatividad y de oportunidades”.