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asamblea piloto codigo de trabajo en sancti spiritus 1 foto curiel 768x512Guantánamo vive por estos días un ejercicio democrático que trasciende el ámbito laboral: la consulta popular del anteproyecto del nuevo Código de Trabajo, un proceso que moviliza a más de 80 mil trabajadores en toda la provincia, y que se extenderá hasta el próximo 30 de noviembre.

La meta es clara, construir colectivamente una legislación que responda a las realidades actuales del modelo económico y social cubano.

“Este nuevo Código de Trabajo es de vital importancia para los trabajadores cubanos y para el país en general”, afirma Juana Eglis Fernández Louit, secretaria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Guantánamo, quien encabeza la organización del proceso en el territorio.

Para ella, la clave está en la participación consciente de la clase obrera. “Lo primero es la participación de los trabajadores como muestra de la democracia de nuestro país. Vemos cómo se consultan las leyes y decretos con los trabajadores, quienes pueden adicionar, suprimir o modificar aspectos del cuerpo legal.

“Y algo muy importante: aquí no se somete a votación ninguno de los criterios, todos los planteamientos se recogen, incluso, si alguien no puede asistir a la reunión y deja su opinión por escrito”.

En la provincia, se prevén mil 740 encuentros, que comenzaron el pasado 8 de septiembre, con una reunión piloto en el colectivo de la Fiscalía provincial, mientras que iguales encuemtros en los municipios arrancaron los días 9 y 10 del propio mes. Cada sesión, detalla Fernández Louit, cuenta con la presencia de juristas, diputados a la Asamblea Nacional, representantes del Partido, el Gobierno y las organizaciones de masas, quienes acompañan a los trabajadores en la discusión artículo por artículo del texto.

La dirigente sindical destaca que ninguna reunión ha quedado sin planteamientos, reflejo de un debate vivo. “Creo que lo más importante es que la gente opine y no se quede callada”, asegura.

Para garantizar una mayor preparación, se distribuyeron tabloides impresos con el anteproyecto, documentos explicativos, transformaciones propuestas y un compendio de preguntas y respuestas frecuentes.

El proceso tuvo una etapa preparatoria nacional el pasado 17 de junio, encabezada por Leobanys Ávila Góngora, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, y Yiseilis Ferrer Mariño, directora jurídica del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Luego se replicó en cada municipio con la capacitación de cuadros sindicales y trabajadores durante los meses de julio y agosto.

Novedades del anteproyecto El nuevo Código, que se someterá a la aprobación en la Asamblea Nacional, en julio de 2026, se aplicará por igual a trabajadores del sector estatal y de las nuevas formas de gestión no estatal, un cambio que lo hace más inclusivo frente a la legislación vigente.

La líder sindical, precisa que entre las propuestas más comentadas en las reuniones de consulta figuran el Artículo 54, relacionado con los límites de la jornada en el pluriempleo.

“Se fija un máximo de 13 horas diarias para quienes combinan una jornada completa y otra a tiempo parcial, con el objetivo de garantizar la salud, el descanso y la vida familiar.

Algunos colectivos proponen flexibilizar ese límite o dejarlo a decisión del trabajador.

“También en el Artículo 174, que aborda las prestaciones durante el embarazo y cuidado de los hijos. El anteproyecto refuerza la protección a las trabajadoras, ampliando las prestaciones monetarias, en servicios y en especie durante el embarazo y la maternidad.

Muchos trabajadores han planteado que la prestación social para el cuidado de hijos enfermos se mantenga sin límite de edad, siempre que el hijo esté vinculado al estudio.

“Otras de las coincidencias en esos encuentros, están dirigidas al Artículo 97, referido a las situaciones para la concesión de licencia no retribuida.

Se propone sustituir el término “licencia no retribuida” por “licencia retribuida” en determinados supuestos, con el fin de fortalecer los derechos de los trabajadores en situaciones familiares o personales de urgencia.

Además, surgen debates en torno al concepto de “capacidad demostrada”, especialmente sobre los indicadores y períodos para evaluarla, cuestión clave para promociones y estímulos laborales.

Fernández Louit subraya que ese proceso no es exclusivo del movimiento sindical: “Es una tarea de país, que compromete a todos los sectores en la construcción de un Código de Trabajo que responda a las condiciones actuales y futuras del modelo económico cubano”.

Con las reuniones en pleno desarrollo y miles de opiniones recogidas, Guantánamo se convierte en un escenario de diálogo que reafirma la participación popular como pilar del sistema político cubano.

En palabras de la dirigente sindical, cada criterio cuenta: desde el más técnico hasta el más cotidiano, porque el objetivo final es que la nueva ley nazca del consenso y refleje artículo por artículo, la realidad de los trabajadores de hoy.