Sede de la Facultad universitaria del Partido Israel Reyes Zayas, en Guantánamo.El enero victorioso de 1959 representó en Cuba el inicio del tránsito hacia la construcción de un sistema basado en la justicia social y el bienestar popular, mediante las decisivas transformaciones que lo fueron cimentando.
En su avance revolucionario, la sociedad cubana se tornó cada vez más compleja, frente a la política agresiva del gobierno de los Estados Unidos y de las fuerzas reaccionarias internas que se oponían a él; en el transcurso de aquel proceso, las masas se fueron radicalizando, lo que exigía niveles de conciencia popular en correspondencia con los cambios que demandaba la coyuntura histórica, lo que constituía una tarea priorizada del nuevo gobierno liderado por Fidel Castro y de las fuerzas revolucionarias que asumieron el poder; particularmente se requería preparar política, ideológica y culturalmente al destacamento de avanzada para la conducción de la nueva etapa que se declaró en abril de 1961: el socialismo.
Un paso decisivo ante aquel reto fue la creación de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria (EIR), por iniciativa del Fidel Castro, con el propósito, -según argumentaba él- de explicar y difundir la ideología marxista leninista, así como elevar la cultura política de los revolucionarios; ello se materializó el 2 de diciembre de 1960, fecha memorable de la historia patria, en que se creó la Escuela Nacional que recibió el nombre de Antonio “Ñico” López.
Inmediatamente se fundaron doce escuelas provinciales de su tipo en el país, las que marcharon en proceso paralelo al de construcción del Partido Comunista de Cuba (PCC); se materializaba la idea fidelista de que: “No se concibe a la Revolución sin su Partido, ni al Partido sin sus propias escuelas”.
Constituyó un proceso dinámico y entusiasta, en el que se evidenció compromiso con la labor encomendada a ellas. Los egresados de las EIR inicialmente fueron los encargados de trasmitir la preparación política e ideológica integral al resto de los dirigentes a todos los niveles; también a militantes; trabajadores industriales y agrícolas, maestros, intelectuales, miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT), de las organizaciones juveniles y de masas (sindicales, campesinas, femeninas), estas últimas organizadas en toda esta etapa e incorporada su membresía a las nuevas aulas que se diseminaron por todo el territorio nacional como Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR).
La primera escuela fundada en Guantánamo fue la “Gustavo Moll”, en el central azucarero Argeo Martínez, en abril de 1961, dirigida por Ada Valentina Quert Castillo; a ellas asistieron, en cursos intensivos, los principales dirigentes del territorio. Un año después esta amplía su plan de estudio, claustro de profesores y matrícula, lo que le posibilitó incorporar a compañeros de otras regiones de Oriente; ello determinó un salto de calidad en su nivel y denominación, funcionando por varios años como EIR provincial, con el nombre de “Carlos Baliño”.
Durante los cursos en estas Escuelas sus alumnos alternaban el estudio con el trabajo, por lo que se vinculaban a las disímiles y más complejas tareas de la Revolución; su contribución fue decisiva en muchas de ellas como la Campaña de Alfabetización, las zafras del pueblo, la lucha contra bandidos, las movilizaciones a planes productivos, constructivos, educacionales, culturales, defensivos, entre otros; estimulados por la visión de Fidel: “Se enseña haciendo y se hace enseñando”.
Esta red de preparación ideológica contribuyó a afianzar los valores humanistas, patrióticos y revolucionarios; así como la toma de conciencia popular de lo que significaba el imperialismo, ante la creciente política de hostilidad del enemigo histórico de la Revolución cubana: los Estados Unidos; también a despejar los prejuicios del anticomunismo; particularmente difundidos en la población guantanamera por esa propaganda enemiga, a través de la base naval que ilegalmente ocupan en este territorio.
En cumplimiento de los acuerdos del Primer Congreso del PCC se produce la nueva división político administrativa, fruto de ello se crean las provincias con sus correspondientes Comité Provincial del Partido y su escuela política a esa instancia; en Guantánamo la Escuela provincial del Partido se apertura el 1ro de septiembre de 1976; esta durante más de 50 años se honra en llevar el nombre glorioso de “Israel Reyes Zayas”, combatiente de la guerrilla del Che en el Congo y en Bolivia.
Con misión renovada nacionalmente, estas instituciones de enseñanza partidista se adentraron en un proceso de perfeccionamiento ascendente, no excepto de dificultades, el que posibilitó elevar la calidad de todas sus actividades docentes, investigativas y de vinculación con la práctica política de dirección, en todas las esferas de la sociedad.
Sus docentes cada vez mejor preparados desde la ciencia, se han empeñado en explicar y ayudar a los cuadros, militantes y revolucionarios a entender, interpretar y aplicar la política orientada por el Partido en cada momento histórico, con un enfoque político e ideológico contextualizado, desde la teoría marxista, leninista y martiana, auxiliados por métodos de persuasión y convencimiento y la guía del Fidel.
Pero los predios de las Escuelas provinciales no fueron suficientes para cumplir con esa misión impostergable; por ello se crearon inmediatamente en todos los territorios los Centros de Superación Política e Ideológica (CSPI), instituidos con el objetivo de mejorar la calidad de la superación en la base. Estos dieron paso, en 1987 a las Escuelas municipales del Partido (EMP), las que han desempeñado un papel loable en la preparación política e ideológica de los cuadros, las reservas, los militantes del PCC y de la juventud comunista, de las organizaciones de masas, así como de los trabajadores y el pueblo.
Un momento significativo en este proceso de instrucción revolucionaria, transformado en Sistema de Escuelas del Partido (SEP) lo constituyó la fusión, en cada provincia, de la Escuela de Dirección de la Economía con la del PCC, en la década de los 90; esta última asumió la preparación en temas de dirección y la de carácter político e ideológico de los cuadros del Estado de los sectores priorizados, a través de cursos de corta duración; en este contexto se incorpora la enseñanza de postgrado, dirigido desde la Escuela Superior del Partido “Ñico López”.
La experiencia acumulada evidenciaba la valía de dichas Escuelas; estas se consolidaban como baluartes de la cultura política ideológica en las que se fragua el espíritu de los revolucionarios. Cada contexto histórico ha demandado comprensión y aplicación creadora de la teoría revolucionaria para la continuidad del proyecto socialista, estas han desafiado ese reto histórico y han ocupado un lugar de vanguardia en ello. Un salto de calidad significó el pase de la “Ñico López” y su SEP a la Enseñanza Superior, en el año 2003.
Nuevas oportunidades de superación se abrieron cuando las instituciones de enseñanza política en las provincias se convirtieron en filiales universitarias; a partir de ello, la totalidad de sus claustros poseen categorías docentes, académicas y/o científicas; incrementando el número de máster y doctores en ciencias en varias especialidades; además del nivel, diversidad y calidad de las actividades docentes.
En el devenir estas instituciones de estudios políticas e ideológicas han abierto nuevas oportunidades en la enseñanza postgraduada: Licenciatura en Ciencias Sociales; diplomados propios en Estudios Sociales; maestrías con igual nombre para profesores y activistas de las EMP; “Cultura Económica y Política” y en Dirección Política de la Sociedad (DPS) para cuadros políticos; Especialidad y un Programa de Doctorado en DPS, el que ya exhibe los primeros graduados.
El prestigio docente y científico de estas Escuelas y de su personal docente se acrecienta en la medida en que los resultados de las investigaciones han sido expuestos en eventos científicos provinciales, nacionales e internacionales, sometidos al debate crítico-propositivo. Trabajos de calidad científica, han visto la luz en publicaciones del SEP, en edición de libros, revistas, boletines en formato impresos y digitales y en páginas WEB de gran aceptación; así como en la participación de concursos y otros; destaca el Premio Nacional “Ñico López”, instituido por la Casa de Altos Estudios Ideológicos, por más de 30 años.
Como premio a la labor desplegada, la experiencia acumulada y los resultados en cumplimiento de su objeto social durante 6 décadas, el centro rector de la preparación política e ideológica en el país, por Decreto Ley No. 72 del Consejo de Estado de la República de Cuba, cambió su denominación de Escuela Superior del PCC, por el de Universidad del Partido Comunista de Cuba “Ñico López”; con ello sus escuelas provinciales se convirtieron en facultades del Partido, manteniendo su nombre tradicional; ello ha constituido un incentivo para continuar su misión, contextualizada por el 8vo Congreso del PCC, la que garantiza su marcha indetenible con la convicción de Raúl Castro, de que “el Partido y su Escuela, como el Granma, siempre navegarán bien aunque sea en aguas tormentosas”.
*Noralis Palomo Díaz: Doctora en Ciencias Históricas y Profesora Titular. Vice Decana de la Facultad del PCC “Israel Reyes Zayas” de Guantánamo.