contigo estilo ghili¡Hola, amigos de Contigo! El Studio Ghibli, de animación, fue fundado en 1985 por el visionario Hayao Miyazaki, junto a Isao Takahata y Toshio Suzuki, como un refugio para contar historias que desafían las convenciones del cine comercial. Sus películas no solo entretienen, sino que invitan a contemplar la vida con ojos más profundo.

Dicho estudio, además de volverse exitoso con sus películas, ha instaurado a lo largo de los años una identidad visual fiel a su estilo. Sin embargo, en las últimas semanas ha sido partícipe en una polémica internacional relacionada a su trabajo. ¿Sabes de qué se trata? ¿Te interesa el tema? En el Contigo de hoy te contaremos los detalles.

¿Puede la inteligencia artificial imitar el alma del arte?

Un nuevo fenómeno se viraliza en redes sociales: usuarios transforman sus fotos en ilustraciones "al estilo Studio Ghibli" mediante inteligencia artificial. Basta un comando en ChatGPT: "Haz esta imagen con los colores suaves, trazos expresivos y atmósfera mágica de las películas de Miyazaki", para obtener en segundos una versión anime de cualquier retrato.

La técnica, aunque sorprendente, ha desatado una tormenta ética. ¿Puede una herramienta de Inteligencia Artificial apropiarse de un estilo artístico construido durante décadas de artesanía manual? Studio Ghibli, conocido por su rechazo a los atajos tecnológicos, ya respondió pidiendo el cese de estas acciones y defendiendo su propiedad intelectual.

Hayao Miyazaki, el legendario director japonés, expresó: "¿Dónde queda el valor del trazo humano, de los errores que dan carácter, de las horas de bocetos quemados?". A raíz de este fenómeno, las interrogantes crecen: ¿Deben las herramientas de IA compensar económicamente a los artistas cuyos estilos replican? ¿Cómo proteger la propiedad intelectual en una era donde el pincel es reemplazado? Si la IA puede emular a Ghibli, ¿qué impedirá que lo haga con Van Gogh o Picasso?

El Studio Ghibli no es solo un estudio: es un manifiesto contra la prisa. Sus películas -pintadas cuadro a cuadro- celebran la imperfección y la paciencia. Mientras, las redes glorifican el resultado instantáneo. "La gente ya no quiere entender el proceso, solo el 'like'", lamenta la ilustradora Mariko Kikuchi.

Además, la seguridad de los datos utilizados es otro tema a tener en cuenta. Al subir una foto de nuestros rostros a una IA como ChatGPT para convertirla en estilo Ghibli, podríamos estar regalando sin querer algo muy valioso: nuestros datos biométricos.

Estas herramientas necesitan analizar la imagen para funcionar, pero el problema es que muchas veces no queda claro qué hacen después con esa información. Podrían guardarla en sus servidores, usarla para mejorar sus sistemas o incluso compartirla con terceros, todo sin permiso explícito.

El verdadero peligro está en que, una vez que el rostro queda registrado en estos sistemas, se pierde el control sobre él. En el futuro, esos datos podrían servir para crear deepfakes (videos falsos con estos datos), suplantar nuestra identidad o incluso vender la información a empresas de publicidad.

Aunque parezca inofensivo jugar con filtros de IA, en realidad se está compartiendo una huella digital única que, en manos equivocadas, podría causar problemas de privacidad o seguridad. Por eso siempre es mejor pensarlo dos veces antes de dar acceso a tu imagen personal a cualquier plataforma.

¿Y ustedes qué opinan? ¿La IA facilita la creatividad o la hace menos original? Mientras, el Studio Ghibli sigue en pie. Su último filme, El niño y la garza, se estrenó sin asistencia de algoritmos en 2023, recordándole a la comunidad internacional que la magia, la de verdad, no se programa.

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