En un contexto donde muchas personas dependen del móvil para comunicarse, trabajar o informarse, aprovechar al máximo cada megabyte se ha vuelto esencial. Una de las primeras medidas es revisar qué aplicaciones consumen más datos desde los ajustes del teléfono
Muchas funcionan en segundo plano sin que lo notes, enviando notificaciones, cargando contenido o actualizándose. Desactiva el uso de datos en segundo plano para las que no sean imprescindibles.
Otra estrategia eficaz es reducir la calidad de reproducción en aplicaciones de video o música. Ver un video en alta resolución puede consumir en minutos lo que usarías en todo el día para mensajería. Configura YouTube, Facebook e Instagram para que reproduzcan contenido en calidad estándar o solo con Wi-Fi.
También es recomendable activar el modo ahorro de datos, disponible en la mayoría de los teléfonos. Esa función limita procesos invisibles que suelen consumir bastante. De la misma manera, evita las actualizaciones automáticas de aplicaciones si no estás conectado a una red Wi-Fi estable.
Las redes sociales son grandes consumidoras de datos, especialmente, cuando reproducen videos o cargan imágenes de forma automática.
Desactiva la reproducción automática y limita la descarga de fotos, videos y documentos en aplicaciones como WhatsApp o Telegram.
Por último, procura aprovechar las zonas con Wi-Fi públicas o domésticas para realizar tareas pesadas como descargas, videollamadas o copias de seguridad. Un uso consciente y organizado puede duplicar el tiempo de duración de tu paquete de datos y evitar gastos innecesarios.
