foto Contigo¡Hola, amigos de Contigo! Hoy quiero compartir con ustedes dos historias sobre la virtud del ser, pequeñas lecciones de vida que nos recuerdan la importancia de la atención, la humildad y el respeto hacia los demás. Les invito a leerlas con calma y a disfrutar de cada detalle.

La pregunta más importante

Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la última: ¿Cuál es el primer nombre de la mujer que limpia la escuela?. Seguramente aquello era algún tipo de broma; yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela, ella era alta, cabello oscuro, como de 50 años, pero ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen dejando la última pregunta en blanco.

Antes de que terminara la clase, alguien preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen.

¡Absolutamente!, dijo el profesor. En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son significantes, ellas merecen su atención y cuidado, aunque solo sea si ustedes les sonríen y dicen ¡hola!

Yo nunca olvidé esa lección, también aprendí que su nombre era Elsa.

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¿Escuchas algo más?

Mi padre se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

¿Además del cantar de los pájaros escuchas alguna cosa más?

Agucé mis oídos y algunos segundos después le respondí:

Sí, estoy escuchando el ruido de una carreta.

Eso -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.

Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?

Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Hoy en día cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todo el mundo, inoportuna, presumiendo de lo que tiene (y lo más seguro es que no tenga nada), de sentirse prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.

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