Desde las escuelas, los instructores de arte gestan iniciativas que tributan a la recreación dentro de la institución y en las comunidades.
Durante el último bienio Maisí resultó el mejor en la emulación del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Cultura en la provincia de Guantánamo. El cumplimiento de las principales tareas sindicales y la sobresaliente labor comunitaria figuran entre los méritos que hicieron sobresalir al colectivo de ese terruño.
Precisamente, para conocer los detalles del quehacer de los maisienses en pos de la espiritualidad del pueblo y la preservación de la identidad local, Venceremos dialogó con Arletty Matos Pérez, directora de la Casa de Cultura municipal Gertrudis Gómez de Avellaneda, institución líder del trabajo social dentro del territorio y pilar fundamental de la política cultural allí.
La joven instructora y promotora es una apasionada de las artes, del papel transformador que poseen, y con ese empuje lidera a los más de 90 trabajadores bajo su tutela, incluyendo los instructores de arte de las escuelas maisienses, con quienes lleva a cuesta la música, la danza, las artes plásticas, el teatro y la literatura por los más intrincados parajes de la zona.
“Atendemos con transporte irregular ocho Consejos Populares distantes y de muy difícil acceso, pero ninguno ha sido olvidado por nuestros soldados de la cultura, quienes bien asesorados y evaluados técnica-metodológicamente, trabajan con esmero y mucha calidad.
“Tenemos miembros de la Brigada José Martí, que aun siendo muy jóvenes tienen excelentes resultados y gran responsabilidad. Por eso, aunque contamos con escasos recursos tanto en la Casa de Cultura de La Asunción como en la casa comunal en La Tinta, los procesos formativos no se detienen y, además, aprovechamos las redes sociales, plataformas útiles en tiempos de COVID-19.
Arletty Matos Pérez, directora de la Casa de Cultura municipal Gertrudis Gómez de Avellaneda.
“Ya no debíamos ir a lugares recónditos como Los Gallegos, Tres Palmas, Veguita Prieta… para comprobar y saber qué hacen los promotores culturales. Las nuevas tecnologías permiten enviar fotos y videos por Whatsapp, que nosotros revisamos, rectificamos y divulgamos para que el mundo vea lo que se hace desde este rincón de Cuba”, significa Matos Pérez.
“Además con todo este movimiento de las comunidades vulnerables -agrega- le brindamos atención sistemática a los asentamientos distantes y llegamos hasta ellos con la brigada artística Cuba Adentro, para desarrollar intercambios, porque en esos asentamientos casi siempre hay alguien de nosotros que crea proyectos, unidades artísticas, grupos tradicionales… todo por el arte.
“Las iniciativas comunitarias son, en Maisí, el sostén de la vida cultural, por eso gozan de reconocimiento a nivel nacional e internacional. Esa es la fortaleza de nuestro movimiento de artistas aficionados, apadrinado siempre por la Casa de Cultura. Muestra de ese talento está en los proyectos Arcoíris, Raíces y Pequeños Relevos, de gran impacto y aceptación popular”.
Arletty Matos conoce bien el potencial que tiene su municipio. De hecho, como directivo ha enfocado las políticas institucionales en función de crear opciones atractivas para sectores como el Turismo, sobre todo ahora con la existencia aquí de nuevas instalaciones para ese servicio.
“Nuestra programación es variada y para públicos de distintas edades. Tenemos grupos tradicionales, se conmemoran las fechas históricas, hacemos rondas de infantes que danzan, espacios de artes plásticas e incluso atendemos a los adultos mayores en el Hogar de ancianos, la Casa de abuelos y los comedores comunitarios. Donde exista alguien ávido de opciones recreativas, ahí estamos.
“Igualmente, trabajamos el Programa para la conservación de la memoria histórica, junto con el Museo Municipal Ovidio Hernández que mantiene vínculos sistemáticos con las escuelas y la comunidad. Se pintan, limpian y recorren los sitios donde hay tarjas y monumentos, se explica la historia detrás de ellos y hemos tributado, asimismo, a la conservación del patrimonio inmaterial.
“Fue gracias a la investigación de la Casa de Cultura que en 1982 inició el proyecto de rescate de la puntillita y la cañandonga como bailes autóctonos. Fue un proceso arduo, de intercambio e indagación profunda, pero logramos que lugares como Chafarinas crearan grupos tradicionales con parejas de baile que alcanzaron tal popularidad, que hoy en los talleres de música y danza es obligatorio empezar con la enseñanza de esas costumbres”, apunta.
Tanto en invierno, como en verano, de vacaciones o en pleno curso escolar, la Casa de Cultura Gertrudis Gómez de Avellaneda no se detiene en su accionar: estable, seguro, con sumo cuidado de los valores técnico-artístico, así lo avala la Dirección municipal del sector, pero especialmente el pueblo, principal protagonista y beneficiario de las labores de la entidad.
Matos Pérez confiesa que buena parte de los logros de la Casa se los deben al apoyo incondicional del Sindicato municipal de los Trabajadores de la Cultura, siempre prestos a respaldar los sueños de los más jóvenes y dotar a los maisienses de las herramientas para aumentar el nivel cultural local.
Para las brigadas artísticas de Maisí cualquier escenario es propicio para compartir sus obras.
La directora de la Avellaneda maisiense apunta que en estos años bajo el influjo negativo de la COVID-19 y la crisis económica, si los “culturosos” de Maisí lograron crecerse, fue gracias a esa unidad entre cada uno de los factores, también motivados por la vocación de servir.
“Actualmente tratamos de multiplicar el talento local en la artesanía, sabemos que hay recursos naturales que no explotamos y debemos aprovecharlos para ganar en autonomía y brindar ofertas novedosas.
“También queremos aumentar la fuerza calificada, con graduados del sistema de la Enseñanza Artística que salgan de nuestros talleres y retornen para revitalizar la programación y el sistema de eventos locales como son la Jornada de la cultura municipal, los festivales de la Malanga, la Uva, la Piña, el Plátano… de manera que lo tradicional se funda con lo profesional a favor del crecimiento espiritual del pueblo.
“Para lograr nuestro cometido desarrollamos alianzas con todas las organizaciones políticas y de masas; firmamos convenios de trabajo con otros sectores y así les garantizamos que cuando realicen actividades, actos u otras celebraciones, los protagonistas sean nuestros artistas formados y educados bajo los principios de la Política Cultural de la Revolución Cubana”, concluye.