Colombia Natalia Felipeok Nathalia y Felipe, actores del grupo colombiano Fantoches y MonalisasPara amar la Cruzada Teatral Guantánamo- Baracoa hay que vivirla a plenitud, desde aquella salida el 28 de enero en la mañana hasta la vuelta a casa, cada 3 de marzo (este año fue el día 2). Todo aquel que vive esa experiencia la lleva grabada en su pecho, y anhela repetirla. Por eso es que en más de una ocasión, teatristas de diversos lares vienen y van hasta la más oriental de las provincias cubanas para revivir este encuentro con el público serrano, gente agradecida que hace a uno amar más su profesión.

Esa es también la opinión de Nathalia Villegas y Felipe Rodríguez Wilches, dos actores colombianos del grupo Fantochesy Monalisas, que por vez primera llegaron a Cuba para participar del más importantes evento comunitario de las Artes Escénicas en Guantánamo.

“Hemos estado en Honduras, Monteverde, Felicidad, La bamba… y cada presentación fue un reto muy interesante, desde la primera hasta la última. Ver al público, sentir sus risa y aplausos, es algo reconfortante”, comenta Nathalia.

“También nos dimos cuenta, que nosotros no veníamos preparados, no entendíamos realmente lo que es la Cruzada. Sí habíamos dado funciones en calle pero con opciones y más de tiempo para prepararnos.

“Aquí nos ha tocado empezar a mirar qué adaptaciones hacerle a la obra para cada contexto – continúa- normalmente en Colombia tenemos un músico que nos acompaña pero esta vez trajimos grabada, pero hubo lugares donde no había electricidad y teníamos que dar la función y la dimos, o sea esta pieza que tiene más de 200 funciones en Latinoamérica por primera vez aquí la presentamos sin música, y nos fue muy bien.

“También descubrimos cosas nuevas de la obra a través de las experiencias que vivimos en la Cruzada. A través de las funciones notamos que una serie de vocablos de lenguaje aquí significan una y en Colombia otras por ejemplo la palabra rabo que forma parte de una canción y cada vez que los decíamos los niños se quedan boquiabiertos…en fin que tuvimos que hacer ajustes y sentimos que todavía hay hacer más pero al público le gusta”.

Felipe Rodríguez explica que la obra titulada Canturrio de amor es una historia compleja, larga, que tiene cinco personajes y contada sin seguir la estructura clásica narrativa de inicio y desenlace sino que viene y va entre el pasado y el presente, lo que hace que el público se tenga que concentrar más pero entienden siempre.

“Ha sido un gran honor y una gran responsabilidad estar aquí en nombre de los titiriteros de Colombia y narradores orales, llevar nuestro amarillo azul y rojo de la bandera por los hermosos senderos de Guantánamo hasta Baracoa. Agradecemos el reconocimiento desde Cuba a la trayectoria de Colombia en la Cruzada y como cuna de grandes teatristas.

“Yo creo que en Suramérica no existe algo así como lo que hace las Artes Escénicas de Guantánamo por estos valles y montañas. Muy cerca está la Guerrilla Teatral, hay festivales de una semana o dos, que traen agrupaciones, rotan, en Colombia, Perú, Argentina pero yo creo que tantos artistas yendo a tantos puntos para atender comunidades alejadas por kilómetros y en este largo tiempo solo sucede en la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa.

“No existen tampoco porque falta esa voluntad institucional y estatal de mantener toda la logística que implica movilizar la Cruzada y garantizar su estancia. Todo esto es supremamente interesante para nosotros y nos vamos con muchas preguntas a Colombia ¿Cómo podemos llegar a estos lugares donde no saben que existe el teatro? ¿Cómo traer o incentivar esos talentos hay en las comunidades alejadas de la capital o las grandes ciudades?

“Entonces sí nos vamos con la mochila cargadas de ideas, de amor, de amigos, y eso que aún nos queda mucho tiempo por vivir en la Cruzada, pero estamos satisfechos de que en nuestras mochilas viajeras están llenándose del buen trigo que cosechamos cada día en estas montañas”.

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

feed-image RSS