Acaba de cumplirse el aniversario 50 de la declaración de independencia de Angola y vuelven frescos los recuerdos a mi memoria, la llegada del taxi y mi padre bajando sonriente, vestido con un elegante juego de zafarí, risas, familias y amigos acuden a saludarlo, mientras desde el rostro de una vecina se desprende una lágrima por el hijo que ya no volverá.
Rápido corro a abrazar a papá como quien no quiere verlo alejarse más. Es el año 1980 y el viejo regresa con el deber cumplido desde la República Popular de Angola.
Como esta historia y mis recuerdos de niño, hay miles en esta Isla, pues por doquier existe un familiar o amigo que haya cumplido o cumpla misión internacionalista en otras tierras del mundo “necesitadas –parafraseando al Che- del concurso de nuestros modestos esfuerzos”.
Particularmente Angola, tiene un significado muy especial para los cubanos, la misión en la hermana nación africana se adentró en la psicología de las familias y comenzó a formar parte de nuestra identidad nacional, al hacernos más cubanos y más internacionalistas.
En octubre de 1975, tropas de Zaire y Sudáfrica, armadas por el gobierno yanqui amenazaban la independencia de Angola. El presidente Agostinho Neto solicita la ayuda solidaria de Cuba, y la Isla acude incondiconal al llamado, así nacía la Operación Carlota.
En combates como los de Cabinda, Ebo, Quifangondo, Sumbe en las márgenes del río Queve, Cuito Cuanavale, y muchos otros se demostró la capacidad combativa y el valor de nuestros internacionalistas y de los combatientes angolanos, quienes juntos regaron con su sangre la gran pradera africana.
Angola definitivamente se salvó de las garras fascistas y la preservación de su libertad contribuyó a la erradicación del Apartheid, la liberación de Nelson Mandela y la independencia de Namibia.
Este año conmemoramos el aniversario 50 de esta sagrada página internacionalista de nuestra historia, librada a más de 10 mil kilómetros de la Isla.
Solo de Guantánamo 20 mil 309 de sus mejores hijos cumplieron misión militar en Angola.
De esta tierra partieron también combatientes junto al Che al África, la tierra de los ancestros, forjadores también de nuestra nacionalidad.
Hoy siguen otros ejércitos cubanos: de batas blancas, de la educación y otros sectores prestando ayuda solidaria en Asia, África y América latina, librando batallas contra el analfabetismo, la incultura, diferentes enfermedades.
El paradigma internacionalista de Cuba está a la vista de todos en el planeta, y para vergüenza del imperio y otras potencias desarrolladas que no tienen capital humano sensible y preparado para tal proeza.
Historias como las de mi niñez se suceden a diario en esta hermosa Isla, donde somos y seremos internacionalistas por idiosincrasia, así nos formamos, pues como dice el coro de aquella canción que aprendí de niño y coreaban miles de combatientes cubanos en Angola “A luta continua, A Vitoria e certa”.




