Dicen que en algún lugar del mundo hay siempre un libro esperándonos para darle sentido a nuestra existencia, máxime cuando vives rodeado de ellos, entonces es imposible que algo de su magia no se impregne en ti, y te habite para siempre.
Así de única es la vida de Soneyda Pérez Durán, quien por casi 20 años ha trabajado en la librería Asdrúbal López, ubicada en Calixto García esquina Emilio Giró. Ese destello, revelador del orgullo que siente por lo que hace, resalta en sus ojos cuando se le mira con detenimiento.
Visitarla en plena jornada laboral es verla caminar, inquieta, entre las estanterías, laberinto que conoce a la perfección, y del cual no sale hasta encontrar el mejor libro para el lector que a ella acude.
Es la primera vez que hago una entrevista rodeada de tantos libros, le confieso, y una sonrisa de satisfacción se dibuja en su rostro. "Hay algo especial en tenerlos cerca. Olerlos, tocarlos, sentirlos. Es como si tuvieran vida propia", me responde, y supe, entonces, que lo suyo por los libros era amor verdadero.
Nunca pensó trabajar en una librería, mucho menos prendarse de uno de los más hermosos hábitos que se puede tener: la lectura. Mientras crecía, no tuvo muchos libros a su alcance, mas todo se revirtió al llegar a su actual puesto laboral.
Cuenta que comenzó a trabajar allí en 2004, como auxiliar de limpieza. "Todos los días debía limpiar los libros y sacudirle el "polvillo" que se produce cuando están un tiempo acumulados. Fue así como comencé a aprenderme los títulos y, aún sin ser librera, hacía sugerencias a quienes venían a comprar algún que otro texto", rememora.
"Años más tarde, en 2014, ya en estas funciones -comparte- fui seleccionada como mejor librera de la provincia, lo que me dio la oportunidad de participar en el Taller de Libreros, que se realiza durante la Feria Internacional del Libro, en La Habana.
"Es una muy grata experiencia porque te permite conocer e intercambiar con libreros de todo el país, incluso de los lugares más intrincados, de esos que ni siquiera imaginamos. Allí se vuelve visible, además de reconocida, toda la labor que realizan para promover el mundo de la literatura".
Disfruta muchísimo ser parte de las actividades que promueve el Centro provincial del Libro y la Literatura. Le gusta "conocer a los escritores cuando vienen, e interactuar con ellos. Saber quiénes son los autores de los libros que vendemos y tenerlos cerca un momento", pero es, sin duda, "estar tras una mesa, sugiriendo libros a todo el que pase", su mayor satisfacción.
Con anterioridad, fue la encargada del Pabellón Infantil, durante las Ferias del Libro. "Trabajar con niños es asegurar que el hábito de leer trascienda a generaciones posteriores. Cuando vas a las escuelas, por ejemplo, se vuelven locos, y a veces compran libros por comprar, pero siempre trato de evitarlo. Me gusta sugerirles títulos de acuerdo con su edad y comprensión lectora.
"Hace algunos años que este Pabellón presenta irregularidades por escasez de ejemplares, pero siempre está la opción de leerlos de manera digital. Es bueno que lo hagan -confiesa-, pero soy de la vieja escuela. Me gusta leer en físico".
La pasión inconmensurable que siente por lo que hace la ha llevado a seguir con ello, aun cuando las condiciones no son las más propicias. "Durante la cuarentena, llevamos un proyecto llamado Tocando puertas. Íbamos promoviendo libros, casa por casa, a los centros de trabajo, a las comunidades. Tratábamos de abarcar la mayor diversidad posible.
"A veces, montaba una mesita en el corredor de mi casa. La gente tenía mucho tiempo libre en la cuarentena, y se vivía una situación muy compleja y triste. Trataba de ayudarlos, acercándolos a los libros, porque la lectura es una forma de escapar un poco de la realidad", relata.
Soneyda mira hacia los libros, testigos de esta entrevista, como buscando su aprobación. "Estoy feliz con los reconocimientos, pero no son mi objetivo, no trabajo para eso. Mucha gente me pregunta por qué no cambio de trabajo, pero me gusta ser librera, trabajar aquí y ayudar a la gente a encontrar lo que busca. De esto me he enamorado, de andar entre libros", admite finalmente.