K popMucho se conoce, y habla, sobre la presencia de la cultura foránea en nuestra idiosincrasia y cotidianidad, pero está ahí, en cada rincón de la ciudad al que vayas. Se cierne como una sombra a veces nociva, infértil y seca; otras prolífica, excelsa, refrescante, pura… arte para todo aquel que sepa apreciar con una mirada profunda, crítica y analítica.

El grupo de baile y eventos de temática sur-corena, Frassmoon, actualmente es uno de los principales referentes de la cultura asiática en el territorio nacional, con méritos y galardones en eventos de baile y modelaje.

Personalmente supe de ellos mediante uno de sus principales gestores, Edward Martínez Marrero que, junto a Elizabeth (Eliza) Pereira Arias, emplearon las estrategias correctas para evolucionar de un pequeño grupo de frases en la aplicación de mensajería Telegram, a toda una compañía de espectáculos. El baile es su actividad principal.

Una tarde, mientras caminaba en los alrededores del parque José Martí en la ciudad de Guantánamo, inspirado en nuestra parquedad catalana, a la sombra de la catedral, pude presenciar un ensayo del grupo y quedé asombrado ante la mezcla y fusión de culturas, el vestuario, maquillaje, la belleza de las bailarinas…

En ese momento estaban ensayando cuatro integrantes, en total son 12: diez hembras y dos varones. Las presentes eran Migdalia Beatriz Barcelay Suárez, Nahya Marian Raymond Correa, Mary Rosy Savigne Muñoz y Amanda Maray Torres Fernández.

En medio de mi fascinación alcancé a acercarme y dirigirme a ellas apenas habían terminado su sesión. Sudadas y con el cansancio reflejado en sus rostros, accedieron a una breve conversación con el periodista y el resultado sería el siguiente diálogo.

La idea surge por Elizabeth Pereira en los días previos a la Covid-19. “En ese momento sólo publicábamos frases de motivación hasta que se le ocurrió empezar a realizar peñas. Hizo las gestiones en el centro cultural La Guantanamera y una semana después ya teníamos nuestro primer evento. Luego de eso, todos los terceros jueves era nuestro espacio fijo”, comenta Migdalia

“El K-Pop (Korean Pop) es un género musical muy amplio, -asegura Mary Rosy- , en él influyen corrientes del pop, blues, rock, soul, jazz y los elementos de la cultura asiática que lo acaban de conformar como un género que se nutre de otros para crear algo original, llamativo e interesante”.

“Además, - añade Nahya-, no es sólo un movimiento de cantantes, sino una industria donde tienes que actuar, bailar, modelar y cantar. Puedes encontrar influencias desde el ballet clásico, hasta los bailes callejeros como el hip hop”.

Por su parte, Amanda Maray afirma que “la cultura coreana en todo su espectro es muy sana. Se caracteriza por sus sesiones y rutinas de cuidado de la piel, rostro, uñas y por un alto sentido estético en cuanto al físico y la ropa.

“Hoy en día se viven muchos prejuicios a la hora de realizar una presentación o un ensayo, sobre todo con los varones. Muchas personas al verlos maquillados los tildan de homosexuales sin conocer que el maquillaje forma parte de nuestro vestuario y cultura.

“Nosotros, además de defender esa cultura que también sentimos como propia, incitamos mediante las letras, peñas y encuentros, a evitar el consumo de sustancias nocivas como las drogas el cigarro y alcohol.

“Sufrimos bullying, sí. Y es algo que se ha vuelto tan común, tan a diario, que ya no nos molesta, pero no es lo correcto. Debe existir respeto. Nosotros no denigramos las demás culturas, dígase regguetón, trap, rap o demás géneros urbanos.

“Tampoco es que tenga un límite de edad. Casi todas somos universitarias y cuando los compañeros de aula se enteran de nuestros gustos nos dicen que dejemos eso, que ya no tenemos edad para seguir escuchando esos géneros y que este o aquel son mucho mejores.

“Hoy día podemos presumir de excelentes resultados con nuestro arte. Hemos participado en actividades de diferentes organizaciones como la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (Uneac), la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en la Casa de la Cultura y demás proyectos propios.

“Recientemente obtuvimos el primer premio en el Festival Permission to Dance, del proyecto K-Revolution, en Camagüey. Fue una grata experiencia que nos ayudará a superarnos. Hubo participantes de La Habana, Holguín, Cienfuegos, Camagüey, entre otros.

“Contamos con el apoyo del grupo Arcort, que reside en La Habana y es el principal gestor y promotor de las actividades concernientes a la cultura surcoreana. Esperamos crecer más como grupo y pertenecer a ellos dentro de poco.

“Para sentirnos bien, bailamos. Defendemos lo que nos gusta y en lo que creemos. Es nuestra filosofía. Ansiamos que algún día podamos coexistir todas las culturas sin ningún tipo de prejuicios ni problemas”, concluye.

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