Viernes 26 de enero de 1990. Las luces del teatro Guaso se apagan y un silencio expectante envuelve la sala. En instantes, la oscuridad cede ante un haz de luz que revela el inicio de una nueva era para la danza guantanamera. El telón se levanta, y la escena vibra de energía, amén de la contundente cadencia del folclor cubano.
Cuerpos en movimiento -fluidos y etéreos, enérgicos y terrenales- recorren el escenario con fuerza interpretativa.
Así, bajo la impronta de Elfriede Mahler, reconocida bailarina, coreógrafa y directora artística norteamericana, debuta en el escenario la naciente Danza Libre. Mahler encontró en Guantánamo un destino alejado de la bulliciosa Habana: el espacio ideal para concretar su visión artística.
Fundó la compañía desafiando distancias y diferencias culturales, en su búsqueda por un nuevo horizonte para la danza, e integró la tradición musical y danzaria cubana con las últimas tendencias coreográficas.
Hoy -35 años después de aquella noche- al repasar ausencias, fugas y mutaciones, se advierte cómo la danza continúa aferrada a muchas de sus historias, búsquedas y encuentros, que no dejan de ser instancias de emancipación. Aferrada a sus propias historias, a los encuentros que la hacen florecer, Danza Libre sigue defendiendo el canto a la libertad, una revelación constante de la capacidad humana para crear y transformar.
Movimiento y pasión
Marveyis Martínez Isalgué, primera bailarina y maestra de danza, dirige Danza Libre desde finales del pasado año. Su objetivo con la agrupación es afán de parecer regionalista, Guantánamo tiene innato el baile, es un territorio de danzantes. “Nuestros coterráneos siempre han tenido un sello identitario desde el ámbito profesional, con un excelente talento que ha permitido a muchas generaciones de bailarines posicionarse en muchas partes de la Isla y el mundo”.
Sus iniciativas con la compañía son notables, y pretenden burlar, con aires de renovación, todo pensamiento obsoleto. “No podemos mantener la mentalidad cuadrada de que hay que cumplir con cierta cantidad de actividades al mes. Debemos buscar alternativas. Se puede combinar la danza y la poesía en algunos espacios, por ejemplo. Se pueden dar clases de bailes populares, abiertas a la población. Trabajar con las masas, lograr que los jóvenes se integren.
“Otra de mis grandes pretensiones es realizar un espectáculo folclórico para conservar el hecho de que Danza Libre sigue siendo una escuela donde se baile desde folclor hasta lo más moderno, contemporáneo. Una compañía única de su tipo en el país, pero para ello necesito mayor número de bailarines”, reconoce.
Sobre las dificultades que enfrenta el grupo tiene mucho para decir. “Asumo la dirección en un contexto bastante difícil, marcado en esencia por las migraciones. El número de bailarines con que contamos actualmente no es saludable, y nos limita a desarrollar muchas ideas.
Esta carencia de personal danzario se debe, en gran medida, a la insuficiencia de los salarios, a la ausencia de motivaciones y remuneración necesaria, y a que “las compañías de Guantánamo, a pesar de que todas exceden los 30 años, no tienen prioridades de ubicación con los estudiantes que se instruyen en nuestra Escuela Profesional de Danza.
“Formamos jóvenes bailarines de toda la región oriental y después se van a otras provincias. Creo que Guantánamo debería verse favorecido en este sentido.
Una alternativa podría ser que parte de los estudiantes graduados de otras localidades realicen su servicio social aquí. Después de ese tiempo pueden decidir entonces cómo encaminar su trayectoria profesional, pero eso garantizaría que de una graduación a otra Guantánamo, responsable de su enseñanza, contara con cobertura danzaria a tiempo completo”.
A pesar de las complicaciones se mantiene optimista. “Todas las compañías atraviesan tiempos difíciles, no es la primera vez. Tengo las mejores intenciones y la esperanza de que en Danza Libre está la semilla de lo que será en el futuro. Tenemos un muy buen equipo técnico, compuesto por el productor, administrador, sonidista. Es difícil de encontrar, pero lo tenemos, y eso es un paso de avance”.
Habla, además, de la necesidad de preparar el re- levo. “Uno de los grandes compromisos que me hice es no dejar la enseñanza en la escuela. Hay muchos profesores recién graduados bien preparados, pero carentes de experiencia y asesoramiento. Convertirse en maestro cuesta la misma cantidad de años que hacerse bailarín, no es defender un ejercicio de culminación de estudios y ya. Enfrentarse a un salón de niños no es fácil, y creo que podría aportar en eso”, explica.
Por lo pronto, aspira a que sus bailarines se preparen en diferentes tendencias y estéticas de la danza para que puedan enfrentarse a las coreografías, sin dificultades. Danza Libre, en ese sentido, destaca por la fluida combinación de ambas vertientes, logrando una fusión innovadora de estilos, géneros y técnicas musicales y danzarias que singulariza su propuesta en el panorama cultural.
El próximo 25 de enero, en el mismo teatro que los vio nacer, homenajearán el aniversario 35 de la noche de su debut. Entre todos preparan un espacio para celebrar la trascendencia en el tiempo de sus propósitos iniciales.
“Lo estaremos dedicando al aniversario 130 de la caída en combate de José Martí, y pretendemos invitar a las compañías guantanameras y a la Escuela Profesional de Danza, para hacer un reconocimiento al movimiento profesional danzario. Para ese espectáculo, repondremos las obras Mi rastro sin rostro, de Ayme del Toro, y Amor Sonámbulo, de Alfredo Velázquez, parte del repertorio tradicional, y como estreno, dos obras de la coreógrafa británica S. Ama Wray y del español John Midolo”, expresa.
La danza contemporánea, que constituye el núcleo de esta propuesta artística, se fusiona con la danza moderna y otras técnicas, para lograr una expresión única y significativa. Al conmemorar el aniversario 35 de la compañía, los bailarines -bajo la guía de Marveyis celebran la trayectoria y el impacto de una compañía certera en la formación de nuevas generaciones de bailarines y en la promoción de un arte tan libre como su danza.