Yenier Zamora (en el extremo izquierdo inferior) en el debut de los Titanes del Guaso, en el Torneo Clausura de la Liga Nacional. Quince años en el equipo de fútbol de primera categoría no le bastan a Yenier Zamora Carbonell para considerar completa su carrera. Con esa firmeza que caracteriza a los guardametas sostiene que la principal deuda con su público es darle ese título con el que tanto han soñado.
Yenier es hijo de una mujer fuerte y trabajadora que ha sabido educarlo bien, es padre de dos niñas y esposo ejemplar. Proviene de una familia unida, apasionada por el fútbol y buena parte de sus integrantes acuden a apoyarlo en cada partido, en cada desafío.
Vivió los inicios en el fútbol cuando cursaba el tercer grado en el seminternado Iván Rodríguez, en la zona norte de la ciudad de Guantánamo, a través del entrenador Over Sosa Oramas, en el Combinado Deportivo Norte.
Al comenzar la secundaria ingresó a la Escuela de Integración Deportiva Escolar Rafael Freyre, y luego continuó sus estudios en la entonces Escuela de Perfeccionamiento Atlético (ESPA), hasta ingresar al equipo de primera categoría de la provincia. Sus mejores resultados en campeonatos nacionales son segundos lugares en 2012 y 2016, bajo el mando de Alain Decós y Geordenis Gómez, respectivamente.
Para Yenier significa mucho ser uno de los jugadores con mayor experiencia en el equipo, como él dice “son 15 años ya en la primera categoría y jugando como portero titular del equipo. Me he sentido muy bien todo este tiempo. Mis compañeros me han acogido con fraternidad y tenemos muy buenas relaciones.
Esta edición de la Liga Nacional deja para Zamora otro compromiso: la capitanía de los Titanes del Guaso. “La he asumido como el resto de los demás retos, ser capitán de un equipo es algo que todos quisieran alguna vez y hay mucha gente joven con talento en el once del Guaso que puede aspirar a esa condición”, explicó.
Yenier no ha trabajado específicamente para ser capitán, pero a fuerza de disciplina, entrega y talento, se lo ha ganado. “Todo parte del entrenamiento, día a día enfocado en el objetivo, que es darle el resultado que tanto quiere el pueblo guantanamero”.
El consagrado exponente del balompié cubano integró, además, dos preselecciones nacionales: en 2013 y 2020, y fue llamado como refuerzo para Artemisa en la final de la Liga Nacional de 2019, justo antes de que se paralizara el calendario deportivo por la pandemia de la COVID-19.
“Escogí ser portero, porque era la posición en la que nadie se destacaba, todos preferían otra, era un poco ignorada. Juego en otros roles, se puede decir que soy uno de esos jugadores que tiene la posibilidad de desempeñarse en todas las posiciones y, por eso, trato siempre de hacer las cosas bien, pero me gusta más la visión que se tiene desde la portería”, aseveró.
El titán del Guaso es de los que afirma que un buen portero, además de aptitud, necesita responsabilidad y, sobre todo, respeto. “El carácter influye mucho, porque tiene que imponerse ante los delanteros para que te respeten, en el modo de salir al campo, el tono de voz, la forma de hablarles a los rivales y cómo te desempeñas de manera general. Es una herramienta que he empleado y da mucho resultado”.
¿Qué impresión te causa esa afinidad que tiene el público contigo?
“Para mí es algo grande, si el público está bien, yo me siento igual. Si tiene una opinión negativa, me siento mal, porque uno está expuesto a cometer errores, como todo el mundo, y a veces te abuchean, pero hay que levantarse y enmendar el error o, al menos, no volver a cometerlo.
“Tengo muchas deudas con el público, pero también conmigo mismo. Porque, apartando esos dos segundos lugares, ya no se aguanta más por ese título que queremos darle al pueblo”.
Opina que mientras más partidos se jueguen a través de copas nacionales o locales habrá más desarrollo y más resultados. Considera que ha aumentado el nivel de preparación de los entrenadores.
“Se necesita que los oficiales impongan más respeto ante los jugadores, también darle más atención a atletas, entrenadores y jueces, por ejemplo, con recursos como las guantillas y zapatillas, que ya no se venden en las tiendas y muchas veces hay que encargarlas al exterior y adquirirlas de nuestros bolsillos”.