Liorvis Savón prestó sus servicios en el colectivo técnico de la preselección nacional en 2019.
El equipo de primera categoría de béisbol 5 de Guantánamo atesora dos subtítulos nacionales en apenas cuatro años. La combinación entre juventud, talento y seriedad propician que esa familia mantenga sus excelentes resultados en una novel disciplina, que apuesta por la masificación en el país.
Venceremos conversó con Liorvis Savón, entrenador principal de los Guerreros de Guantánamo, a su regreso del Tercer Campeonato Nacional de la especialidad, donde alcanzaron la medalla de plata.
El destacado técnico es, además, profesor del Departamento Didáctica del Deporte, perteneciente a la Facultad de Cultura Física de la Universidad de Guantánamo.
¿En qué momento asumiste la responsabilidad de dirigir el equipo?
En 2018 llega este movimiento de béisbol 5 a Guantánamo, en el marco del programa de los Juegos Nacionales Universitarios. Nosotros nos estábamos preparando para participar en octubre de ese año en el Campeonato Nacional con vistas a la clasificación para los juegos universitarios. En medio de ese proceso se nos convocó para participar en el Primer Campeonato Zonal Oriental, del cual fuimos sede.
Los atletas que seleccionamos para ese nuevo plantel en la disciplina que recién surgía aspiraban a integrar el equipo universitario de béisbol y no lo lograron porque solo asistirían los de la Academia provincial. Con ese grupo conformamos el equipo para el zonal universitario, que también se desarrolló aquí.
¿Esos eventos sentaron las bases para que Guantánamo creara un equipo sólido en esa especialidad?
Exactamente, éramos principiantes, participamos en el zonal oriental, aprendimos las reglas prácticamente en el primer partido, pero aún así fuimos a discutir la final de la región. Perdimos en dos partidos de tres con Holguín, provincia que ganó el torneo y, como en esos momentos clasificaba solo un equipo, fueron ellos al primer Campeonato Nacional por Oriente, en la modalidad masculina.
Al concluir ese evento, nos preparamos para el universitario y en esos días recibimos la noticia de que a partir de ese momento se competiría en la versión mixta, que hasta hoy se mantiene y es la forma de competición internacional.
A los cinco varones de Cultura Física incorporamos tres estudiantes, una de la facultad antes mencionada, otra de Derecho y otra de Matemáticas. Asistimos a las olimpiadas universitarias en Villa Clara en 2019, allí alcanzamos segundo lugar en el masculino y en el mixto terminamos en primero.
A partir de ahí nos quedamos con la motivación alta y seguimos con la preparación para enfrentar el segundo Zonal Oriental, que por suerte, fue también aquí en la provincia.
Cinco varones y dos hembras integran el equipo de béisbol 5 de Guantánamo, dirigidos por Liorvis y Carlos Preval.
¿Cómo enfrentaron esa segunda edición clasificatoria oriental?
Para ese evento estudiamos más el deporte, con un trabajo más serio y específico, al que agregamos los aportes del preparador físico y especialista en béisbol Carlos Ernesto Preval Pérez, cosa que no hicimos en una primera etapa.
A ese zonal le sucedió el Campeonato Nacional de Santiago de Cuba 2019 donde se llevaron el subtítulo por primera vez ¿Qué experiencias se llevaron de esa lid?
La Comisión provincial confió en nosotros para que continuáramos el trabajo, profundizamos en el estudio del deporte, buscamos las fortalezas y debilidades de nuestro equipo y sobre esa base trabajamos. Ya teníamos información de los rivales que enfrentaríamos y los muchachos supieron responder a la táctica tanto ofensiva como defensiva.
Esas estrategias nos sirvieron como base para discutir el título con La Habana, el único equipo que no conocíamos porque cuando estuvimos en los juegos universitarios ellos estaban compitiendo en un evento en el exterior.
Vino la pandemia, una etapa gris, hubo inactividad total, pero el trabajo a distancia se implementó. ¿Cómo vivieron ustedes ese período?
Fue una etapa difícil. Terminamos ese evento en Santiago de Cuba con la insatisfacción de no alcanzar el primer lugar, pero la motivación seguía alta, teníamos tres atletas en la preselección nacional y otros aspectos desde el punto de vista individual y colectivo que nos mantenían inspirados.
A pesar del confinamiento, pudimos hacer actividad física aislados y siempre se mantuvo la comunicación con Eros Bernal, el coordinador nacional, quien en su momento dio la indicación para que los muchachos empezaran a entrenar y así lo hicimos. Fue una larga espera hasta llegar a este tercer campeonato.
La pasividad se rompió con un nuevo clasificatorio oriental este año, con sede en Holguín, donde fueron con una mayor preparación.
Allí el resultado individual de cada atleta fue alto. El promedio ofensivo fue de 503, todos nuestros jugadores dieron jits, empujaron carreras y en los dos últimos juegos el conjunto no permitió anotaciones.
Llegó la final nacional de Sancti Spíritus, certamen en el que participaron los seis mejores equipos de Cuba, incluyendo los grandes favoritos de La Habana. ¿Cuál fue la mentalidad del equipo de cara al evento?
Fue un torneo bastante tenso desde el comienzo porque estuvimos esperando la transportación alrededor de 11 horas y luego 12 horas de viaje por carretera. Llegamos a Sancti Spíritus a las cinco de la mañana, a las ocho debíamos presentarnos al congresillo y a las 10 ya estábamos jugando, los muchachos tuvieron que sobreponerse a ese cansancio.
El primer partido fue contra los habaneros y caímos. Otro de los desafíos importantes fue ante Holguín, porque si lo perdíamos se agotaban las esperanzas de discutir la medalla de oro. Pero sacamos el juego y los dejamos al campo 6-5, esa victoria nos levantó el ánimo.
Para la final ante La Habana, analizamos nuestras zonas débiles en el juego, pero hay que reconocer que los habaneros son el mejor equipo de Cuba.
Ganamos el primer choque apretadamente, pero en el segundo nos derrotaron con holgura y en el tercero nuestra mejor jugadora y MVP del evento, Shakira Aspiazú, tuvo una lesión y aún con esas molestias, decidió seguir en el juego, a pesar de que la persuadimos para que descansara. Al final también caímos con amplitud.
Fueron jornadas que vivimos y de las cuales sacaremos experiencias para seguir trabajando porque el sueño nuestro es llegar a ser campeones nacionales.